Parte 4

3.7K 431 20
                                    

Tres semanas después Sacha sabía que estaba en problemas. Quizás porque el padre era un monstruo, su embarazo no progresaba como el típico embarazo en absoluto. En los últimos días su vientre se había hinchado escandalosamente dando la apariencia de tener más tiempo de embarazo cuando tan solo un mes y un poco había transcurrido.

Sacha ocultó esto de todos en la ciudad con el uso moderado del manto, lo suficiente para confundir su figura, pero no para borrar su presencia por completo.

Su hambre también había aumentado, no solo eso, un nuevo tipo de ansia había despertado en su interior. Ansia de carne, carne cruda. La primera vez que cazó y devoró a un conejo su estómago se rebeló y vomitó el contenido de este al lado de un árbol. Con el tiempo su estómago se acostumbró a la nueva dieta, pero como cazar por si misma le exigía demasiado físicamente hablando, terminó por proveerse de carne comprándola en el mercado.

"como sospechaba ahora mismo esto es lo más complicado" dijo estudiando su figura en el espejo de cuerpo completo que había conseguido en una tienda de segunda mano también. Este tenía varias grietas en distintos lugares de su superficie.

Frotó su estómago prominente, sonrió cuando una patada chocó contra su mano.

"vaya ¿no eres bastante enérgico?" dijo, pero las comisuras de sus labios temblaron de preocupación.

No sabía qué hacer.

Aun en el caso de dar a luz sola –cosa que no quería, pero no tenía otra alternativa- aún estaba el problema del crecimiento sobrehumano de sus hijos. No quería mantener a sus hijos prisioneros dentro de su habitación. Eso no sería bueno para ellos y mucho menos para ella.

"¿debería mudarme a otra aldea cerca de aquí?" al menos allí tendría más espacio e intimidad para criar a sus bebés.

Sacudió la cabeza.

"como sea, voy a pensar en ello detenidamente más tarde" sonrió a su reflejo y abandonó la posada.

Caminó a paso moderado y en poco tiempo llegó a las abiertas puertas Oeste, donde la usual fila de personas se alineaba para entrar a la ciudad. Saludó con la mano a los guardias en la puerta. Matthew y Adam. De alguna manera se habían hecho bastante cercanos a ella. Lo suficiente para detenerse durante unos segundos y charlar sobre cosas como sus familias, la ciudad y cualquier otro tema intranscendental. También estaba el hecho de que ella conseguía un tipo de planta en particular muy importante para ellos como regalo. Una planta que servía para aliviar la irritación de la piel producida por el uso constante de una armadura.

Recorrió la distancia de la ciudad al bosque e hizo su trabajo como todos los días.

Echó un vistazo de reojo.

Si tuviera que decir algo lo único diferente era el trio de herboristas que acechaban sus pasos, eran los mismos que semanas antes viera en la puerta al atardecer. Sacha más adelante se arrepentiría de no haberlos eludido más activamente.

A media mañana y cuando un total de diez brotes de plantas mágicas yacían en su bolso de herborista, fue cuando todo sucedió.

Un segundo caminaba cerca de los limites exteriores del bosque y en el siguiente fue empujada contra un árbol. Su cabeza chocó con fuerza contra el tronco duro de este y un latigazo de dolor estallo en su mente. Chiribitas danzaron ante sus ojos medio cerrados por el dolor. Un aroma metálico y dulzón lleno sus sentidos junto a la sensación cálida viscosa de sangre corriendo por su sien. Su respiración se atascó, y aliento a cerveza rancia abanicó su nariz.

Su estómago se revolvió con repugnancia.

Su corazón latió al verse rodeada tres hombres más fuertes que ella, pero su cabeza no dejaba de girar y girar. Saliva llenó su boca y las náuseas revolvieron su estómago.

El padre de mis hijos es un monstruo ¿Y qué? [Completa]Where stories live. Discover now