Cada uno de mis muros se vinieron abajo cuando te vi, no pude aplacar mis sentimientos y todo mi mundo se puso de cabeza.
Amarte fue como volar y salir de órbita.
Pertenecerte fue como arrodillarse sobre lava caliente.
Formar parte de tu vida fue co...
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La música retumba con fuerza por todas partes, hay muchos autos y muchas personas. Varios hombres gigantes y mujeres con poca ropa, parezco un bicho raro entre tanta gente. Siento varias miradas sobre mí, lo que me pone nerviosa. Debo tener las mejillas rojas como tomates.
—Aquí tienes, linda —Rachel me entrega una Coca-Cola, luego se sienta a mi lado.
—Gracias —le sonrío. Rachel castaña o pelinegra, sus ojos son azules... no sabría decirlo y sus facciones son delicadas, es muy linda—. ¿Conoces a Jordan desde hace mucho?
—Sí, prácticamente crecimos juntos —dice sonriendo—. Mi hermano es James, creo que ya lo conociste —asiento, varias chicas pasan rostizándome con la mirada—. No le prestes atención, solo hacen eso porque viniste con Jordan y su clara muestra de afecto les confirmó que no tienen oportunidad con él —palmea mi pierna, muerdo mi labio inferior.
—Es raro todo esto... nunca había venido —digo, ella me mira sorprendida.
—¿En serio? —asiento—. Vaya, sí que eres diferente —me sonrojo—. En el buen sentido, claro —le doy largo sorbo a la Coca-Cola—. Entonces... ¿Ya son novios?
—Eh... no —me sonrojo más, ella abre la boca, luciendo indignada.
—¿Cómo qué no? —frunce el ceño—. Este tipo sí que es lento —sacude la cabeza—. Me alegra que seas tú.
—¿Qué sea yo? —ladeo el rostro sin entender, Rachel asiente.
—Sí, eres tierna. Pareces ser dulce, amable, buena persona —explica—. Usualmente él sale con chicas... extravagantes, irritantes, mimadas y eso no es lo que él necesita. Hace mucho tiempo Jordan no estaba tan... relajado cómo ahora, tú tienes que ver mucho con eso —suspira—. Al parecer mi amigo fue flechado por Cupido, y está vez parece ser en serio.
—¿Está vez? —pregunto ella asiente otra vez.
—La última relación que tuvo... no salió muy bien. No puedo contártelo... pero él te lo dirá cuando esté listo. No te preocupes, le gustas y mucho. Sé le nota —sonríe con picardía—. De hecho, debes gustarle demasiado, de lo contrario, te habría traído aquí.
Algo pasaba, lo sabía. Jordan tenía un pasado oscuro, era más que obvio, no sé si estoy lista para saberlo aún, así que solo me limito a asentir. No me atrevo a preguntar nada más.
—¡Basta de charlas aburridas! —exclama—. ¿Cómo se conocieron?
—Iba de camino a casa cuando lo encontré herido, mojado y lleno de sangre. Lo acompañé al hospital y bueno... ahora estamos aquí —relato, ella hace un puchero.
—Ay, que tierno —dice, sonrío—. Es como un cuento. Tú eres la bella y él la bestia bajo la tormenta —suspira—. ¿Por qué no me pasa a mí? ¡Necesito un novio!
