11.

61 10 0
                                    

Se encontraba sentada muy cerca de la cancha de baloncesto, y su mirada estaba perdida, aún analizaba las palabras que había escuchado salir de los labios de Matthew, ¿eran ciertas? ¿De verdad se había enamorado de ella? Pero ¿por qué debía decírselo rápido? ¿Cuál era la enfermedad que él tenía que lo obligaría a decírselo? Soltó el aire que estaba reteniendo sin darse cuenta.

— ¿Estás bien? — Somin se sobresalto por la pregunta, y por supuesto sabía a quien pertenecía la voz, por lo tanto sus mejillas se colorearon de un rojo suave, se sentía avergonzada.

— S-sí... — estaba dispuesta a golpearse por haber tartamudeado, además de sus mejillas que las sentía muy calientes en ese momento.

En cuanto a Matthew, él solo pensaba que ver a Somin tan nerviosa y sonrojada era muy tierno, todo en aquella chica le parecía demasiado tierno, y es que Somin había logrado lo que nadie había hecho que sintiera, y eso era una combinación perfecta que hacía que se sintiera tan perdido con esa chica, quería estar con ella todo el tiempo, quería ayudarla, quería estar solamente allí para ella.

— ¿Tienes fiebre? — Matthew le dio una cálida sonrisa.

— ¿F-fiebre? — Somin no comprendía porque se sentía ahora tan nerviosa, casi nunca le pasaba esto, y es que ahora en verdad no sabía que hacer, Matthew prácticamente se le había confesado sin siquiera saberlo — No.

— ¿Segura? Es que estás demasiado roja.

El de tez pálida se acerco más a Somin, y de inmediato se coloco en cuclillas frente a ella, y la miro a los ojos, Somin por más que trato no apartar la mirada, sentía que debía hacerlo, los ojos de Matthew eran de un marrón oscuro, pero sentía que lograban hacerla sentir tan nerviosa, no podía verlo a los ojos, su corazón comenzaba a acelerar las pulsaciones y eso hacía que se sintiera tan nerviosa.

Aparto la mirada, Matthew ladeó un poco su cabeza para después con su mano derecha acercarla y colocarla justo en la frente de Somin, y por supuesto en cuanto hizo está acción había notado el ligero temblor que tenía Somin, y por supuesto por parte de la de labios, solo sintió como su corazón seguía aún más desbocado, sintió sus mejillas arder de nueva cuenta, y sentía que seguramente ya era todo un tomate, miro a Matthew.

El estaba concentrado en la frente de Somin, analizaba si acaso tenía la temperatura demasiado alta, de ser así entonces iría de inmediato por unas medicinas para bajar su fiebre, pero no era así, lo que le sorprendió, pues cuando miro a Somin, ésta seguía roja.

— ¿Q-qué haces? — a duras penas eso había salido de los labios de Somin.

— No tienes fiebre, pero estás muy roja, te ves muy linda.

— No...

— Sí — Matthew apartó la mano de la frente de Somin, y claro Somin extraño por unos segundos aquél toque, las manos de Matthew en verdad que eran muy suaves —. Disculpa si te molestó que hiciera eso.

— No, no me molesto, de hecho fue... ¿cálido?

Matthew soltó una pequeña risa para después incorporarse, Somin aún mantenía su mirada puesta en Matthew, y claro el de tez pálida le sonrió, y Somin no espero lo siguiente, Matthew se acerco hacía ella, sus rostros estaban demasiado cerca, por unos momentos Somin creía que iba a obtener un beso en los labios por parte de aquel chico, pero no, Matthew deposito un pequeño beso en la punta de la nariz de Somin.

— Tan linda — canturreo Matthew para después retirarse.

Simplemente Somin sentía que le estaba dando una taquicardia con cada acto de Matthew Kim.

Garden || BM y Somin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora