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El desayuno se ha acabado, los platos se han lavado, Louis ha tomado un baño y Harry ha decidido que lo hará más tarde. Nadie se mueve, están sentados en el frío suelo de la habitación del alfa uno frente al otro, ninguno de los dos habla, pero a penas pueden apartar la vista del otro.

El omega lleva su ropa puesta, caliente de la secadora que evita que el aire helado que entra por la ventana les cale a los huesos, Harry sabe que debe cerrarla porque él tiembla a causa de la temperatura, pero no quiere irse, no sabe si es porque no desea alejarse de Louis o sí es que ya no siente las piernas y no puede pararse.

No sabe, no quiere averiguarlo aún.

Louis de pronto se relame los labios, a Harry le gustaría saber en qué piensa, por qué no habla, por qué no dice algo insolente que lo haga sentir incómodo pero la verdad es que eso es justamente lo que teme el omega, aunque el rizado no es consciente de ello.

Uno de los dos suspira, el otro endereza la espalda y ambos piensan en que es realmente extraño. La situación lo es, mas no la cambiarían por ninguna otra.

Louis cree que es mejor besarse, Harry cree que es mejor abrigarlo porque ha empezado a temblar, así que hace lo que no quería y se pone de pie. Camina hacia su armario sintiendo calambre en la pierna derecha y hace una mueca de incomodidad, busca el suéter más grueso que tiene, que resulta ser uno de color vino realmente oscuro, con mangas extremadamente holgadas y que a simple vista asegura la calidez.

Regresa, Louis lo está mirando con una pequeña sonrisa que a Harry no le agrada del todo porque es de burla, y él cree que el omega se ríe de todo cuando hay momentos en los que no debe hacerlo, como ese.

De todas maneras, se pone de rodillas frente a él, cerca, puede incluso sentir su aliento caliente. Un escalofrío le recorre la espina y quiere creer que es el contraste repentino, pero en el fondo sabe que es por Louis, por su simple respirar, por su sola presencia.

El de ojos azules extiende las manos para tomar la prenda, Harry frunce el ceño y eso provoca que las baje. De repente se siente estúpido, tal vez el suéter ni siquiera es para él.

—¿El abrigo es para mí?— Se digna a preguntar, se prepara a sí mismo para el rechazo, sabe que no es la gran cosa.

Harry le ha resultado ser bastante difícil, cerrado. No le sorprendería si pensara de manera errónea.

—Es para ti.

—Entonces, dámelo.

—No.

Louis alza las cejas.

—¿No?

—Yo te lo pongo. Yo quiero abrigarte.

Las palabras le saben dulces en la boca, en el pecho se le instala un nervio leve y siente que se le calienta el rostro, pero no está sonrojado, al menos ruega por no estarlo, aunque Louis sí lo está.

Baja la mirada incluso e intenta disimular su sonrisa, lo hace de manera espantosa, Harry lo admite en su cabeza y no le importa que sonría tan amplío sin darse cuenta.

Se mueve sobre sus rodillas, la madera del suelo casi le hace daño, pero no es consciente de ello, está cerca, mucho, y cuando por fin queda delante de él le pasa la prenda por la cabeza, le aparta los mechones castaños de la frente y se da la libertad de usar como excusa el desorden que ha provocado para acariciarle el cabello.

Quería hacerlo, de hecho, anhela acariciar más que eso, pero se contiene.

Tiene que.

—Un brazo— Dice.

Cruel World ✦ omegaverse [ls] | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora