quinze

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Lo primero que hace Harry al llegar a casa, después de quitarse los zapatos, por supuesto, es ir descalzo directo a su calendario y marcar los días de supuesto celo de Louis, busca en su memoria, los marca con un pequeño asterisco y en una esquina de la hoja del mes escribe: "Celo. Omega. Importante recordar".

Se siente satisfecho de pronto y cuando ve que no hay más nada que hacer decide tomar un baño, sin embargo, cuando se está desvistiendo, un olor conocido, pero aún sin nombre le llega a las fosas nasales.

Frunce las cejas, huele la tela y cae en la realización de que no es eso. Se siente confundido y olisquea su propio brazo, y pestañea perezoso cuando cae en cuenta de que es él.

Louis lo ha marcado con su aroma, le ha dejado aquel regalo para su regreso a casa y se siente tonto al no haberlo notado antes, en el momento en que el pequeño omega ha restregado la mejilla contra sus hombros, su afilada mandíbula y luego le ha dado un pequeño beso en los labios mientras le deseaba buenas noches.

Harry respira, se le mezclan los olores y ya no quiere tomar un baño, lo hizo aquella mañana, no sudó, está seguro de que no huele tan mal.

Se convence a sí mismo que no está siendo poco higiénico y busca su ropa de dormir, ya son pasadas las once, y aunque el día siguiente lo tiene libre en el trabajo se siente agotado, y lleno, porque Louis le ha hecho de cenar y han bebido vino de nuevo, y han pasado un rato estupendo aunque Harry no ha tenido el suficiente valor para decirle que su compañía le está gustando más de lo que debería y que a veces, cuando mira su cuello desearía ver su mordida.

Abre la ventana un poco para que entre el frío y dulce aire de noviembre y se cuela entre sus sábanas. Abraza la almohada que tiene al lado y duerme, y puede que crea que en lugar de estar rodeando la superficie esponjosa tiene al omega.

Cinco minutos antes de que su despertador suene, Harry ya se está duchando. Hace más frío que de costumbre aquella mañana y en el suelo junto a la ventana hay un pequeño charco de agua que le da a entender que haberla dejado abierta no ha sido la mejor de las ideas.

Sale con el pelo mojado, una toalla alrededor de la cintura y los dedos entumecidos, estornuda, respira y ruega por no estar enfermando de nuevo. Debería de considerar el instalar un sistema de agua caliente, puede ahorrar y en unos meses conseguir el dinero suficiente, pero sabe que tiene otros gastos y más ahora que hay un omega al cual cortejar.

Respira, busca el trapeador aún sin ponerse ropa interior y seca el piso. Le echa un vistazo a la ciudad y se da cuenta de que todos los autos que una vez estuvieron parqueados, están cubiertos por una capa de nieve. No se ve difícil de remover, pero Harry sabe que a los dueños no les complacerá nada aquello.

Desea que el invierno acabe.

Deja el trapeador en una esquina, lo lleva luego, apaga la alarma, camina al calendario y tacha con una x el día anterior, y de manera casi instantánea cuenta los días que faltan para el celo posiblemente irregular de Louis, unas dos semanas.

No es mucho, Harry es paciente.

Camina hacia el espejo y se mira el brazo, los colores se han calmado, ya no le duele moverse y aparentemente aquella crema lo ha curado verdaderamente. Ojalá tuviera el nombre para poder aplicarla un poco más y que el cariño de Ed desaparezca totalmente.

Se viste, se muerde la boca cuando se mira en el espejo y se siente atractivo, incluso coqueto con aquella camisa de diminutos estampados abstractos, el jersey, y la chaqueta azul, se coloca una bufanda alrededor del cuello, sus pantalones no son demasiado ajustados y no se molesta en arreglarse el cabello.

Se vuelve a mirar, y se da cuenta de que no tiene ningún lado al cual ir, por lo que vestirse de aquella manera es casi tan inútil como el haberse levantado temprano.

Cruel World ✦ omegaverse [ls] | ✓Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora