𝑽𝒆𝒊𝒏𝒕𝒆

1.4K 98 5
                                    

Se miraba en el espejo con algo de horror, pero sonrió al recordar el motivo de aquellas marcas. Tenía varias en su cuello y abdomen, le dolían pero no se quejaría. Edward Stroker le había dejado un recordatorio de que el era sólo suyo.

–Joder..

Se quejó al tocar la gran mordida en su cuello, ya estaba quitándose pues sus heridas se recuperan rápido a cambio que la muñeca de Kaleb, la cual aún seguía morada pues no se tomó los inflamatorios por estar trabajando en su despacho.

–¿Estas bien?– le preguntó, Mizuki, pues el chico se había quejado del dolor por escribir tanto.

–Estoy bien, ya te lo dije.

–Pero no me dijiste como te hiciste eso– Kaleb iba a dar una excusa. –Y no me creo lo de fue con Ninie– habló.

–Si te cuento, ¿me vas a dejar en paz?– preguntó a lo que la chica afirmó con su cabeza – Haber, cuando Zed manejaba..frenó rápido y yo me estrelle.

–¿no piensas decirle?– Black negó con la cabeza. –Tienes que decirle, el podría curarte..

–Hoy iré a verlo – suspiró –Tal vez le comenté, pero no te prometo nada.

~

E

l sonido de la puerta no hizo que se levantara solo contesto con un "Adelante" como solía hacer siempre. Ni siquiera levanto la vista de los miles de papeles que había encima de su escritorio y no notó cuando aquella visita rodeó su cuello con sus brazos, había reconocido aquel dulce olor.

–¿Dejas que cualquier persona entre y te abrace?– dijo algo irritado de que su actual pareja no dijera nada.

–Podría detectar ese olor a kilómetros.

Zed se dio vuelta en su silla y beso los afinados labios de el menor. Cuando el celular de el despacho empezó a sonar.

–Joder. – contesto de mala gana con el menor en sus piernas –¿que quiere? –

Lamento interrumpirlo señor..pero su madre está aquí, exige que la deje pasar– escuchó como el teléfono era arrebatado –...¡ZED! Esta secretaría no quiere dejarme pasar

–Elizabeth, estoy ocupado. Vuelva en otro momento– dijo casando

¿que? Ahora no tienes tiempo ni para tu madre...ya estoy subiendo– Zed solo suspiró y colgó la llamada.

–Vendrá mi madre– le comunicó a su mate el cual se quedó con una cara pálida.

–¡Me tengo que ir!– trató de levantarse pero fue inútil, Zed lo tenía agarrado –Zed– dijo en súplica.

Iban a seguir así pero el ruido de la puerta, interrumpió el momento, Kaleb solo se escondió bajo la mesa, era invisible pues esta era algo grande y no daba comunicación desde afuera.

–Eres un niño.– dijo con una sonrisa –Pase–

–¡¿Por que no me dejaban entrar?!– entró mientras gritaba –¿Estaba Kaleb aquí?– decía mientras olfateaba el lugar.

–Eso no te incumbe, ¿qué quieres aquí?

–que educado eres, hijo.

–Bueno, tu fuiste quien habló de hacerme a respetar.– aclaró –No tengo todo el día, ¿que haces aquí?

¡¿Eres Un Alfa?! © [BLACKVERSE #1] ✓Where stories live. Discover now