1 Hombre de Papel (I)

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En el verano del año veintitrés de Tianxi, un dragón cayó en el territorio de Huameng, Guangdong. Era mucho más alto que un humano, de varios metros más de altura, estaba atrapado en una red, su piel y carne estaban desgarradas, y parecía que había perdido su columna. Los oficiales y la gente lo vieron mientras caía durante una tormenta, las olas estaban embravecidas y el dragón se sumergió en el mar y desapareció. Crónicas de Huameng.*

Invierno de ese año, Distrito de Ningyang, Prefectura Huizhou.

La campana de la quinta guardia había sonado y el cielo seguía obscuro pero ya se comenzaban a escuchar voces débiles en la calle Xingtang. Los trabajadores del restaurante Jiuweiju cargaban unos cuantos cajones grandes de bollos al vapor para un puesto que estaban acomodando delante del establecimiento.

El guardia se acomodó el cuello de la ropa y corrió, tallándose las manos, a comprar tres bollos. Se devoró uno en dos bocados, tragando con dificultad y levantó las cejas hacía uno de los meseros.

"¿Mnnn? ¿Están las cosas listas?"

"Está listo, aquí lo tengo." El mesero le dio unas palmaditas al cajón de comida con una mirada triste.

El guardia estaba sorprendido. "¿Realmente estás listo? ¿Qué pasa si él... si esa cosa no viene hoy?"

El mesero se estremeció en silencio y dijo de manera cortante. "Por mi madre, por favor que no venga."

El restaurante Jiuweiju era un establecimiento bien conocido en el Distrito Ningyang, el nombre del cocinero era Liu Sanyang y se decía que había sido capaz de volverse famoso con sólo tres platillos especiales, cerdo rostizado con durazno, pollo rostizado en olla de barro y cola de perro mapache crujiente con pera. La carne era suave y sin pellejos, el pollo era gordo y suave como los faisanes de la montaña y el perro mapache debía ser cazado durante las nevadas.

Con estos tres platillos, el restaurante estaba lleno de clientes todo el día y no tenían que preocuparse por la prosperidad del negocio pero Liu Sanyang era un hombre arrogante, sólo atendía diez ordenes de comida al día y no preparaba una sola más, por lo que la gente tenía que apurarse si quería comer. Sin embargo, para hacer una orden de comida tan temprano en la mañana, era probable que esa persona estuviera mal de la cabeza.

El hombre enfermo de la cabeza había ido al establecimiento por dos días seguidos. El primer día, después de decir el nombre de los tres platillos, no volvió a hablar de nuevo. Era muy aburrido y, como estaban a mitad de un invierno intenso, era normal que cada vez que una persona abría la boca se viera una delgada línea de vapor pero el rostro de esta persona estaba limpio, sin un sólo rastro de vapor. Al siguiente día había hecho más demandas, el pollo rostizado no podía ser servido en la olla de barro, no podían usar anís o hinojo y el perro mapache no podía llevar pera...

Estas solicitudes no parecían estar relacionados con los platillos sino como si fueran una señal.

Sin embargo, en lugar de echar al comensal, los meseros lo atendieron esos dos días temerosos y este día, incluso habían preparado los platillos con antelación.

Miró hacía el cielo con las piernas temblorosas, movió el cuello como si fuera un pollo y le preguntó al guardia. "Ya casi es hora, ¿por... por... por qué no estas temblando?"

"¿Por qué temblaría si llevo caminando toda la noche?" El guardia bajó la voz y dijo. "Además, este año ha sido bastante conflictivo y no es raro toparse con monstruos. En junio, la gente de Guangdong vio un dragón real, ¿qué opinas de eso? Estaba tirado en la playa, ¡escuché que su piel y huesos habían sido removidos por alguien! ¡Que sorprendente! ¿Quién piensas que lo haya hecho? También se rumora que el Maestro Nacional casi muere hace dos meses..."

-Monedas de Cobre- Libro 1 BúsquedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora