Ha vuelto a ocurrir.
El destino de Kurt parece estar sentenciado a enamorarse de chicos que simplemente no pueden corresponder sus sentimientos.
Ha pasado de nuevo.
Se a fijado, otra vez, no solo en el novio de su amiga Quinn Fabrey, sino tambien d...
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Y ahí estaba.
Delante de todo el club glee. Sobre el escenario del auditorio. A punto de cantar la canción que más podría haber significado en su vida hasta ahora, las más significativa en esos momentos que ninguna otra.
Parecía ser una broma como una canción que escucho solamente un verso momentáneamente sonando desde la radio de un auto contiguo cuando se dirigía a casa la noche del sábado, que era de un cantante que lamentablemente era poco conocido, tal vez por su reciente inicio en lo que a la música respectaba, había descrito exactamente lo que había vivido durante estos últimos meses.
Había buscado ese corto verso en la red esa noche. y como esperaba, esa canción describía exactamente, palabra a palabra lo que pasaba con él.
Se declaro automáticamente fan de ese hombre.
Conan Gray.
Esa noche se la paso escuchando esa canción una y otra vez, mientras las últimas lágrimas amargas bajaban por sus mejillas.
Sus ojos cruelmente tristes posaron por cada miembro del Club Glee. Se pregunto si todos sabían las penas por las que había pasado esos últimos meses, lo dudo, tal vez no era el mas discreto en cuanto a sus sentimientos se trataba, pero ellos tampoco solían ser los mas suspicaces. Paso por cada uno de ellos. Finn, Rachel, Mercedes, Artie, el Sr. Schu, la Srta. Pilsvuri, Tina, Blaine, Suggar, Joe, Santana, Quinn y Sam.
Oh, Sam.
Detuvo sus ojos en el chico rubio por solo dos segundos, no quería ser indiscreto. Más aun teniendo a su amiga rodeada por los brazos del rubio.
Esbozo una sonrisa y miro Puck a su lado, tomo la guitarra que el chico le ofreció,y lo vio saltar del escenario, cuando vio a todos sentados en su lugar comenzó a tocar en ella las suaves notas mientras recorría la sala una vez mas. Tocar la guitarra jamás había sido su fuerte, no era ni la mitad de bueno de lo que era aquel rubio, pero era suficiente para las sencillas notas que tocaba.
