13.- Botella.

812 85 76
                                    

Narra Altagracia

- Disculpa - fue lo único que pude pronunciar, no había visto como había quedado, realmente José Luis pega duro.

- Hola, Altagracia, que gusto verte - dijo sonriendo sin mirar a José Luis.

- Si... ¿Q-Qué tal? - dije nerviosa, lo que menos quería era que estos dos se volvieran a agarrar.

- Bien, bastante, te ves linda - sonrió, sentí unas manos abrazando mi cintura que me hicieron reaccionar.

- Mi amor, ¿No teníamos que seguir buscando cosas? - preguntó José Luis cerca de mi oído, la piel se me erizó al instante.

- Si... - giré mi cabeza y me quedé mirando sus ojos hasta que reaccioné - Si, ya nos tenemos que ir - le dije a Saúl.

- No te preocupes, que te vaya bien - sonrió y pasé por el lado.

- Pendejo de mierda - escuché a José Luis susurrar cuando ya estábamos lejos.

- ¿Qué? - hice como que no escuché.

- Nada.

- Ayer me llamó Felina, me dijo que había una fiesta y que podíamos ir - traté de suavizar el ambiente.

- ¿Mereces fiesta? - preguntó pesando los tomates.

- Oye, me he portado bien y he hecho mis tareas, aparte de que iríamos los dos. Porfis - me apoyé de su hombro.

- No sé, no soy mucho de fiestas.

- Pero vas conmigo y yo te guío - sonreí.

- Tienes de aquí hasta la casa para convencerme - saca el tiquet de los tomates.

Empecé a sacar mis mejores maniobras, lo ayudé en todo lo del supermercado y estuve atenta a todo lo que pidió.

- ¿Y? - pregunté cerrando la puerta de la casa.

- Está bien, eres intensa cuando te lo propones.

- Me pediste que te convenciera - dije como niña buena.

- Bueno y, ¿Cuándo es la fiesta?

- Hoy en la noche.

- ¿Qué? - me miró.

- Es que no sabía cómo decirte y pues aprovechando que estábamos en el supermercado te lo dije.

- ¿Y eso que tiene?

- Qué así no me podías mandar a la verga o a hacer mis tareas.

- No vamos a ir - se dió vuelta.

- Ay, porfis... Solo una fiesta, no tienes que ir formal.

- ¿En casa de Felina me dijiste que era?

- Si, sus padres no están así que va a hacer fiesta - José Luis suspiró.

- Está bien, pero te advierto que no acepto estupideces, y que obviamente no vas a tomar, no estoy dispuesto a traerte toda borracha en el carro.

- Ay, relájate, no va a pasar nada. Es en tres horas, voy a ir a preparar mis cosas - sonreí y fui a buscar mis cosas.

Las horas me pasaron super rápido, no tenía nada que ponerme, o sea si pero parece que la ropa de mierda desaparece justo ahora.

Terminé eligiendo un vestido rojo, combinaba de maravilla con mi pelo, aunque mostraba bastante, pero esta vez no me vestía para mi como siempre, esta vez quería ver la cara de José Luis.

Terminé eligiendo un vestido rojo, combinaba de maravilla con mi pelo, aunque mostraba bastante, pero esta vez no me vestía para mi como siempre, esta vez quería ver la cara de José Luis

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Me va a regañar, lo sé, pero aún así sé que le va a encantar verme así.

Bajé las escaleras como toda una diva fingiendo que no lo veía, cuando levanté la mirada estaba embobado viéndome, llevaba un pantalón negro una camisa blanca abierta por arriba y una chaqueta de cuero negra, ¿En mi opinión? Demasiado guapo.

- No vas a ir así - dijo mirándome.

- ¿Por qué? ¿Me veo mal? - pregunté inocente.

- Claro que no, al contrario, aparte que enseña mucho - se cruzó de brazos.

- ¿Y eso es malo? - me acerqué.

- Obvio.

- ¿Entonces me cambio? - pasé mis manos por sus hombros. - Me había gustado, cortito, cinturita - toqué mi cintura - Espalda - me giré dejando verla, cuando volví a él se estaba mordiendo el labio inconscientemente - Y es obvio que no me voy a cambiar - sonreí.

- Entonces no vamos. No tienes ni idea de lo que puedes provocar al ir así.

- Claro... ¿Provocar qué? ¿O en quien? - susurré -  Tú y yo no somos nada, no puedes decirme que debo o no debo usar. Aparte ya aceptaste, en cinco minutos llegan.

- Te quiero cerca de mi, no hagas tonterías - amenazó.

- ¿Tonterías como cuáles? - me acerqué anulando el poco espacio que quedaba haciendo que nuestros cuerpos quedaran juntos. Obviamente lo que más resaltaba de ese vestido eran mis senos a los cuales José Luis miraba inevitablemente. Cuando éste iba a hablar sonó la bocina de un carro afuera. Terminé el contacto visual que llevábamos desde que bajé, tomé mi chaqueta de cuero, me la puse al hombro y salí moviendo mis caderas sutil pero sensualmente.

* * * * * * * * * * * *

- ¡QUÉ PERRA! - Salió Felina gritando desde su casa, ella llevaba un vestido negro con brillos.
Al entrar ya había muchísima gente, algunos bailando, otros atacando el alcohol y algunos jugando a la botellita.

- Pasen, ¿Se quieren unir? - preguntó Felina yendo a sentarse con Braulio y todo el grupo de los que estaban jugando.

- ¿Vamos? - me giré a ver a José Luis.

- No - cortó.

- ¿Por qué? - hice un puchero.

- ¿Cómo que por qué?

- Bueno... Está bien si no quieres, no sé... No se vería bien si el novio no acompaña a la novia a un leve juego, quizá y nos tocaba a los dos - toqué su oreja - Pero bueno - me giré avanzando cuando sentí unas manos en mi cintura avanzando hasta dos lugares disponibles en el suelo. Como era obvio la gente me quedaba mirando y a José Luis también.

- Bien, ya dale - le dijo Felina a Braulio.

Narra José Luis

Me estaba provocando, demasiado. Las ganas que tenía de follarmela ahí mismo eran inexplicables, ese vestido corto le quedaba de maravilla, resaltaba ese hermoso pelo del cual anhelo tirar teniéndola en cuatro. De la botella salieron marcadas dos niñas las cuales tuvieron que besarse con manoseo incluido, me estaba excitando muchísimo desde que vi a Altagracia en su vestido.

Felina tomó la botella y la giró, pensé que iba a salir yo pero la botella giró unos centímetros más apuntando a Altagracia. Ambas rieron y Altagracia fue hasta ella sentándose en sus piernas.
Beso de diez segundos tocaba, esperaba ansioso ver ese espectáculo.
Entre risas empezaron y los demás empezaron a contar, al principio empezaron lento y ya luego se descontrolaron hasta que los diez segundos pasaron, ¿Que si mi erección aumentó? Claro que si.

Altagracia se devolvió a mi lado dándome una mirada que sin duda me volvió loco mientras se pasaba sensualmente los dedos por la extremidad de sus labios. Le tocaba a ella, ese pensamiento me quitó toda excitación posible.
Tomó la botella y la giró, pareció una eternidad hasta que finalmente... Yo... Me tocaba a mi con ella. Felina gritó pícara mientras que los demás también, sacaron los retos.

- ¡Beso de tres minutos con manoseo incluido! - gritó Felina.

Éramos los primeros a los que les salía ese reto, todos comenzaron a gritar.

- ¿Empezamos? - le dije suavemente, ella me sonrió y la invité a sentarse en mis piernas, ella con actitud pícara lo hizo aunque en el fondo sé que es inocente en todo esto y estaba más que avergonzada. Esta colorina hace que se me ponga más que dura.
Se sentó sobre mi erección y nos miramos a los ojos mientras que ponían el cronómetro.

- En tres, dos, uno... ¡Ya!











































Me Faltabas Tú || NavagraciaWhere stories live. Discover now