43.- Prueba

609 84 120
                                    

Narra Altagracia

Su brazo aprisiona con fuerza mi cuerpo y su mano en mi nuca me obliga a mirar su rostro. Sus pupilas están dilatadas, siento como mis pechos se mueven en el sube y baja potente de su pecho. Sus ojeras me demuestran que ha pasado la noche en vela, y la forma que tiene de mirarme me demuestra lo enojado que está conmigo.

- Me vas a explicar ahora y me lo vas a explicar bien - dice furioso y maldice algunas cosas en Sueco - ¿Qué carajos tienes conmigo? ¿Por qué mierda hiciste eso?

No hablo. Estoy nerviosa. Mi respiración comienza a acelerarse y mis pechos apegados a su pecho comienzan a seguir su mismo ritmo.

- Te acabo de hacer una pregunta - ruge otra vez.

- Yo...

- Sí, tú, la que ayuda a drogadictos ¿no? Chistosita. ¿Por qué mierda hiciste eso? ¿Tienes idea de la vergüenza pública que me hiciste pasar? ¡¿Tienes idea de la humillación que me hicieron?! ¡¿Por qué?!

- ¡Porque te lo mereces! - le grito.

- ¡¿Sigues con lo mismo?! - me grita cerca - ¡Yo no te hice nada! ¡Nada! ¡Fuiste tú! ¡Tú! ¡Fuiste tú, quien terminó todo maldita sea!

- ¡¿Yo?! - me suelto de su agarre - ¡Muéstrame esa puta carta entonces! ¡Mentiroso de mierda! ¡Eso es lo que eres! ¡Un maldito mentiroso! ¡Un ladrón! ¡Un sinvergüenza! ¡¿Tienes pruebas de esa carta de mierda que tanto dices que yo di?! ¡Yo sí, yo sí tengo pruebas de la tuya! ¡Y estoy segura que desde que propusiste ser mi novio ya estabas planeando como robarme!

- ¡Eso es una maldita mentira! ¡Te amaba, Altagracia! ¡Te amaba de verdad! ¡Y si propuse ser tu novio fue porque de verdad quería! ¡Lo quería muchísimo! ¡Me costó muchísimo olvidarte, aún estoy en proceso incluso! Pero no puedes decirme después de años, ¡años! que fui yo el que acabó todo. ¡Intenté volver! ¡No sabes lo mucho que lo intenté! ¡Pero ni tus padres ni los míos nos querían juntos! ¡Muéstrame esa carta de la que tanto hablas! ¿Sabes que? - comienza a buscar en su teléfono - creo que tengo tu puta prueba aquí mismo. Toma, listilla. Aquí tienes tu puta prueba. - Me pasa su celular y comienzo a leer:

Hola, José Luis, espero estés bien..., con todo el dinero que me has robado debes estarlo. Bien jugado. Eres un sinvergüenza. De verdad confié en ti. Y ¿sabes qué? No me interesa tener respuesta a este mail. Es más, ni te molestes en hacerlo. Seré breve, pero espero que te quede muy claro: Olvidame, José Luis. No quiero nada contigo. No quiero seguir contigo. ¡Jamás! Quise algo contigo. Eras mi niñero, maldita sea, y yo, yo solo era una niña caprichosa. ¿De verdad podía haber pasado algo entre tú y yo? No, no lo creo. Y tampoco quiero descubrirlo. No deseo saber nada más de ti. Si vuelves, diré que te propasaste conmigo. Estas advertido. Olvídame, no quiero verte nunca más. Nunca más quiero volver a escuchar tus mentiras, nunca más tus tontas palabritas y mucho menos tu rostro. Te odio. Espero no verte nunca más. Gracias por los momentos bonitos, aunque hayan sido una farsa. Espero que te vaya bien, espero que tu consciencia siga bien después de todo lo que me hiciste. Recuerdalo, si vuelves, diré que te aprovechaste de mi, y te aseguro que haré todo lo posible por verte tras las rejas.

Altagracia

- ¿Estas contenta? - dice dolido casi en un susurro. - Ahí tienes tu puta prueba. Tu ridícula carta que destruyó todo. Lo que pasó entre tus padres y los míos me salpicó, lo acepto, pero no te engañé jamás. Nunca lo habría hecho. Quizá haya sido a corta edad, pero te aseguro que me enamoré como nunca de alguien.

- Yo no escribí esto - digo con mi voz quebrada.

¿Qué es esto? ¿Quién carajos escribió esto?

- Ay, si, ay si - dice incrédulo - Hazte la que no sabes. Ahí tienes tu prueba. Ahora, ¿cómo chingados quieres que acepte lo que hiciste? La humillación que me hiciste pasar no te la voy a perdonar, Altagracia. ¿Quieres guerra? ¡¿Eso quieres?!

- Yo no escribí esto. De verdad. - consigo hablar y este comienza a reír. Me siento mareada. Agobiada.

- ¿Tienes pruebas? - se me acerca acorralandome en la pared. - Ahí mismo tienes la fecha de envío junto con la hora. Está enviado desde tu mail, incluso. No me vengas con mentiras.

- Yo... - trago saliva - Tengo tu carta. Yo...yo tengo una copia. Está en mi oficina.

- Ah, claro, claro. - ríe.

- Te lo juro - lo miro con mis ojos llorosos.

- Pues entonces muéstramela. Muéstrame esa supuesta carta. Pero luego de eso, Altagracia, que no te quepa duda de que tú y yo vamos a hablar seriamente sobre lo que hiciste.

- No me amenaces, José Luis. No estás en posición. - digo firme. - Ven - digo y salimos del baño donde me había acorralado. Al hacerlo, nos damos cuenta que la mayoría nos está mirando.

Hemos gritado muy fuerte, y, por consecuencia, hemos despertado la curiosidad de todos.

- ¿Qué es lo que tanto miran? - pregunto enojada - ¡Vuelvan a trabajar! - digo y camino furiosa hasta mi oficina mientras discuto con José Luis.

- Nu visar det sig att jag är lögnaren - murmura algo en suizo de lo que no tengo ni idea.

Tomo la manilla de la puerta de mi oficina y la giro completamente furiosa. Lo que veo después de abrir me deja aún más. Justo ahora, ¡justo ahora tenía que aparecer mi madre!

Se gira rápidamente asustada debido a mi bruto movimiento. Me mira, pero en cuanto José Luis avanza haciéndose ver en la puerta, su rostro cambia completamente. Sus ojos se abren como platos al igual que su boca. Sus facciones se tensan, y, al igual que siempre, comienza a apretar su mandíbula y gesticula un profundo:

- ¿Tú?

Me Faltabas Tú || NavagraciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora