Te quiero, no lo olvides. [Gemeliers]

5. Prometeme que sonreirás

-JESÚS OVIEDO MORILLA TE MATOO.-Dije quitándome el trozo de pizza de encima.

Yo es que me lo cargo.

Me levanto.

Le voy a tirar el trozo en la cara.

¡Mierda que le he dado a Dani!

Me empiezo a reir mucho.

-¿A si? Pues toma-Y me tira una especie de salsa espesa de queso.

Eramos todos contra todos.

A los cinco minutos estábamos completamente llenos de tomate y comida.

Hemos acabado en la piscina de mi jardín.

No sé como, pero hasta con ropa.

-ANAA ¿QUÉ COÑO HAS HECHO?-Escuché gritar a mi hermano.

-Hostia que no hemos recogido la cocina.-Dije saliendome super rápido de la piscina y liándome en una toalla.

Fui a la cocina.

Mi hermano estaba en la otra puerta con cara de asombro.

-Christian vaya cara más falsa tienes puesta.-Dije riendome y ya se rió él.

Empezamos a limpiar la cocina.

Entre risas, el trabajo se hizo más rápido.

Mi hermano les dijó ropa a los gemelos.

Ellos dormirían en la habitación de invitados.

Me llegó un whatsapp de Carlos.

A las 12 en el parque.

Que raro, él nunca queda a esa hora.

Empiezo a preocuparme.

Eran menos cuarto y tenía que salir ya.

Les dije a los chicos que salía a que me diera el aire.

Me preguntaron como unas 50 veces si venían conmigo.

Por supuesto les dije que no.

Llegué al parque y Carlos estaba en un banco sentado.

Fui hacía él.

-¿Ocurre algo?

-Ana, te tengo que decir algo. Pero no te enfades, por favor.-Dijo triste

-Carlos me estas preocupando.-Dije sentandome junto a él.

-Cuano he llegado esta tarde a mi casa, estaban mi tía y mi madre en el sofá. Me dijeron que me sentara y así lo hice. Como sabes mis padres estan separados y yo vivo con mi madre, entonces ahora ella tiene que irse a Almería donde vive mi padre para hablar sobre mi custodia y que me quedara yo aqui, entonces como no sabe cuanto tiempo va estar fuera...-Empezó a llorar.

-Carlos, respira y termina de contar.-Dije con lágrimas en los ojos y dándole un abrazo.

-Bueno pues eso que como no sabe cuanto tiempo va a estar fuera me tengo que ir con mi tía durante ese tiempo a Cadiz con ella...y yo no quiero, tengo aquí mi vida y te tengo a ti...-Dijo con la voz entrecortada.

No aguanté más y lloré con él.

-Quédate en mi casa, haz algo para quedarte, no te puedes ir ahora.-Dije abrazandole.

-Ana, se lo he dicho pero...es que...me voy mañana por la tarde.-Dijo todavía abrazandome.

-¿QUE? ¿MAÑANA?-Dije separandome.

-Sabes, me he ido corriendo de casa y no voy a volver.-Dijo cabizbajo.

-A mi casa del tirón.-Dije levantandome y cogiendole del brazo.

Ninguno habló en todo el camino.

Abrió mi hermano.

-¿Se puede saber que haceis los dos llorando?-Dijo mi hermano sorprendido.

-Larga historia.-Dije sentandome en el sillón del porche.

-Ana, por favor no creo que sea mucho tiempo, prometeme que no te pasarás los días encerrada, ni que no comerás, prometeme que sonreirás...-Dijo Carlos sentandose a mi lado.

-Es que cuando todo empieza a ir bien, te vas...Si es que siempre me pasan las cosas a mí...-Dije poniéndome las manos en la cara.

Carlos y yo nos abrazamos.

¿Que voy a hacer ahora sin él?

Subimos a mi habitación.

Los gemelos nos miraban extrañados.

Saqué el colchón de debajo de mi cama, donde dormiría Carlos.

No sé de quién fue la idea de los dos, pero nos pusimos a ver nuetras fotos desde peques hasta ahora.

Alguna que otra risa se nos escapaba al ver nuestras caras.

Al cabo de las horas nos quedamos dormidos.