kindergarten | luke hemmings

four

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6 de mayo, 2019.

Comencé a dudar de las intenciones de mi hermano cuando llegó a mi con un pack de cervezas artesanales y una botella de tequila. Jack, había llegado de visita a casa y desde que llegó no ha dejado de hacerme halagos y de regalarme alcohol. No me extrañaría en una instancia común, pero llevaba semanas sin verlo ni hablar con él luego del acto del zoológico. Me había molestado bastante con él y él se había molestado conmigo por haberme enojado con él. Muy maduro de su parte.

Comencé a beber más lento y a mirar cada insinuación que el rubio me hacía. Era un maldito descarado. Cuando comenzó a abrazarme lo empujé lejos, lo conocía demasiado.

—Eres un jodido interesado ¿Qué mierda quieres? — espeté furioso. Noté como Jack comenzaba a desesperarse. Se tomó la cabeza con sus manos.

—Quiero pedirte un favor. —dijo aún sin mirarme.

Un favor.

Negué rápidamente. Ya sabía para donde iba esta mierda.

—No jodas. —bebí un poco más de mi cerveza.

—Sabes que no te lo pediría si no estuviera desesperado. —junto sus manos a modo de suplica y me miró a los ojos. — Ben y yo conseguimos entradas para Red Hot Chili Peppers para el sábado pero resulta que ese mismo día tenía una excursión al bosque con Finn en el jardín. Celeste debe trabajar y me comprometí a ir, pero lo olvidé. — lloriqueó.

— ¿Cómo que irán a ver a Red Hot Chili Peppers y no me han invitado? Son una mierda de hermanos. — gruñí furioso.

—Luke, la entrada estaba muy costosa y no tienes dinero. No dejaríamos que mamá y papá te pagaran. — murmuró.

— ¿Y con qué cara vienes a pedirme un favor? —bufé.

—De verdad necesito que vayas con él, le prometí a Celeste que Finn no iría solo. — lloriqueó. — Sabes que no te lo pediría si de verdad no lo necesitara.

— ¿Y tu crees que voy a aceptar después de la mierda que me obligaste a hacer? No tengo ningún interés en volver a ese jardín de mierda con esas maestras amargadas y niños llorones. — espeté.

—Por favor, Luke. Haré lo que sea que me pidas.

—Cien.

— ¿Qué? — dijo confundido.

—Necesito cien dólares. Si me los das lo hago, es mi única oferta, ¿Aceptas o no?