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25 de junio, 2019.


Estaba debatiéndome entre sí hacer esa llamada o no. Dos semanas habían pasado desde la amenaza de mi madre y aún no conseguía un empleo. Había intentado convencer a papá de que me dieran más tiempo para conseguir el dinero, pero fue casi imposible. Calum y Michael me habían ofrecido vivir con ellos con la condición de compartir la renta, pero entre vivir gratis acá en casa o con ellos y gastar mi dinero en el apartamento, prefería quedarme acá.

A pesar de mi experiencia laboral, no recibí ninguna repuesta de parte de los lugares en los cuales solicité empleo, todos se excusaban con que todo estaba copado.

Miré mi cuarto y no pude evitar sentir nostalgia y algo de decepción. Amaba mi habitación, me había cambiado a esta cuando Ben se fue de casa, era espaciosa y tenía un pequeño balcón que me permitía apreciar gran parte del vecindario, mamá y papá me habían regalado una enorme cama en mi segundo año de Universidad y tenía una serie de consolas que me entretenían durante todo el día. A pesar de eso, sabía que este no era mi lugar, yo debería estar en Los Ángeles, con el resto de mi banda por la cual me desgaste el lomo trabajando, debería estar en una enorme Suit de hotel con servicio a la habitación y una vista a la ciudad. Estaba atrapado en Sidney y en estas cuatro paredes.

Me preguntó si llegará el día en donde pueda emigrar. Me preguntó si llegará el día en donde me levanté con el suficiente ánimo como para buscar un empleo digno y por mi cuenta, y no los contactos y las sobras de mis amigos. Me preguntó si llegará el día en donde vuelva a creer lo suficiente en mi mismo como para entender que merezco muchísimo más reconocimiento del que ahora mismo no tengo nada. Me preguntó si algún día despertaré con las ganas de cambiar mi apagada vida.

Posicioné el móvil en mi oído mientras escuchaba los pitidos, rogándole a la vida que la castaña no contestara.

— ¿Luke? — preguntó esa voz a través de la línea.

—Sí, soy yo. — solté rápido. La castaña río levemente.

— ¿Cómo estás? Tengo que admitir que es un poco raro recibir una llamada tuya. — reí algo incómodo.

—Te llamaba por la oferta de trabajo— solté rápidamente, antes de arrepentirme.

— ¡Oh, eso es grandioso! — sonó emocionada. —Te pasaré el número de Mónica, es la directora. Dile que yo te he recomendado el empleo

—Gracias, te debo una. En serio no sé cómo te recompensaré esto. — dije algo abatido.

—Se me ocurren varias maneras de cómo podrías recompensármelo. — habló entre risas. Solté una carcajada. — Aunque tu me has ayudado con lo de Spencer, supongo que estamos a mano.

— ¿Sabes que si debes sacarle celos a alguien para que te ponga atención es por qué ahí no es? — cuestioné.

—Lo sé, Luke. —me cortó rápidamente. — Siento que esto le dará el empujoncito que falta. — rodé los ojos y le agradecí a la vida que esta conversación haya sido telefónica. — El viernes Nicole hará algo en su casa, debes ir. Puedes traer a Calum y Michael si gustas.

—Okay, jefa. Ahí estaré... ¿Te me cuidas, eh? Adiós, odiosa. —me despedí.

— ¡Llama a Mónica! Éxito con el empleo... Adiós amigo mío. —soltó sarcástica en medio de una carcajada. Me reí irónicamente mientras cortaba con una sonrisa en mi rostro.

Sonreí aún más cuando vi que tenía un mensaje de parte de la castaña en donde me adjuntaba el número de la tal Mónica.

kindergarten | luke hemmingsWhere stories live. Discover now