—¿Vamos a jugar al yo nunca nunca? ¿Es en serio? Somos un poco mayores para eso...—replica Claudia, con el ceño fruncido.
Habíamos terminado de comer hacía unos minutos atrás, y todos caminamos hacia la parte de la derecha de esa planta. Allí, se encuentran unas habitaciones en la que podemos estar todas las personas que quisiéramos y disponemos de muchas cosas para entretenernos y pasar el resto del día. Ninguno de mis amigos estudia, ya que han decidido no hacerlo, así que tenemos todos los días restantes para poder hacer lo que quisiéramos.
Claudia se negaba a jugar al yo nunca nunca con nosotros, debido a que ella pensaba que era un juego de niños pequeños. Habíamos intentado explicarle que, la única opción que teníamos, era dormir. Y nadie tenía ganas de dormir la siesta. Así que, era eso o nada.
—Te recuerdo que la gente de nuestra edad juega a eso mientras se emborracha—le explica Luke, y se levanta del sillón para caminar hacia la puerta—.No podemos beber alcohol aquí, así que lo haremos con agua. ¿Algún alma caritativa que me acompañe a por vasos y agua?—pregunta él, dándonos una sonrisa reluciente, y escucho suspirar a Emily.
—Iré yo—dice ella, y rápidamente su rostro cambia a uno más feliz. Ella esboza una sonrisa, y junto con Luke desaparecen de la habitación.
—Bueno...¿hoy hace buen día, no?—pregunta Claudia, al notar que el ambiente es uno incómodo.
—Ni siquiera podemos ver el tiempo, Claudia—dice Samantha, y todos reímos por unos segundos—. Para salir al patio tenemos que pedir permiso. Algún día podríamos jugar al fútbol, al baloncesto, o algo parecido. Pero, que yo sepa, el grupo de Abraham ya lo tenía pillado hoy.
Inmediatamente, al escuchar el nombre de Abraham, noto cómo Dylan se tensa. Observo cómo quiere huir de ahí, y quiere refugiarse en su habitación como hace siempre, así que me limito a pasar mi mano por la suya y a dedicarle una mirada de tranquilidad.
—Tranquilo, ¿vale?—le digo, y él asiente.
Acaricia mi mano con su dedo pulgar y sonrío. Se siente tan bien su contacto, que yo también me calmo. Es como si nos ayudáramos uno al otro, y era muy bonito.
—Dylan, es...raro que estés aquí—habla Samantha, y su tono de voz se vuelve más débil. Es como si no quisiera decir esas palabras, pero lo tuvo que decir al final.
No sé cómo va a reaccionar Dylan, pero su única reacción es acariciar mi mano con más rapidez.
Dylan tampoco es de muchas palabras. Me recuerda a mí. Aunque conmigo, él se comporta de manera distinta.
Y yo también me comporto de manera distinta cuando estaba con él.
—Samantha—habla él, y centra su mirada en ella por unos segundos—. Cállate. Si no he hablado todavía de eso, es porque no me apetece hablar de ese tema—replica él, y me mira a mí—. Sólo...sigue sosteniendo mi mano. Necesito calmarme.
—Vas a estar bien—le calma, y él me sonríe—¿Quieres...quieres que nos vayamos de aquí?
—No, no hace falta. Terminaremos de jugar e iremos a cenar. Aquí cenamos muy temprano, para dormirnos lo antes posible.
—Después de cenar puedes venir a nuestra habitación. Seguro que a Celeste no le importa—dice Samantha, y Dylan niega con la cabeza.
—Celeste necesita dormir. Iré en otro momento.
—¡YA HEMOS VENIDO!—grita Luke, y bebe de su vaso.
Emily, por otro lado, sostiene un conjunto de vasos en una mano y en la otra una botella de agua que tiene pinta de estar bastante fría.
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SOL [Diferente #1]✔️
Teen FictionCeleste Blake siempre ha sido una chica diferente. Todo cambia el día en el que sus padres mueren y es llevada a un orfanato. Allí conocerá a Abraham, del que lo único que sabe es que cada año una chica acaba desapareciendo el día de la fiesta. Cel...