MAHR

Capítulo 31 - Gafas.

Capítulo 31 - Gafas.

Después de que Shen Huai dejó la estación de televisión, se dirigió a la oficina de abogados.

Sin embargo, tan pronto como entró en la oficina de abogados, vio un rostro familiar; un anciano espiritual de cabello plateado. Shen Huai se acercó rápidamente y dijo: "Qi Wenyi, ¿has vuelto?"

Qi Wenyi vio a Shen Huai y se sorprendió. Se acercó y le dio una palmada a Shen Huai en el hombro. "¡Acabo de regresar, estaba a punto de llamarte!"

Qi Wenyi es uno de los mejores abogados de China y socio del bufete de abogados. Ha trabajado para su familia desde la generación de los padres de Shen Huawei, quienes han sido amigos durante décadas. Pero ahora que Qi Wenyi es mayor y pasa la mayor parte de su tiempo de vacaciones, tenía otros abogados en la firma para atenderlo.

Sabiendo que Shen Huai tenía algo que ver con él, Qi Wenyi le pidió que se ocupara primero en su oficina y lo esperara.

Shen Huai terminó el trabajo antes de llegar a la puerta de la oficina de Qi Wenyi. Antes de llamar a la puerta, la voz de Qi Wenyi vino desde adentro: "Adelante".

Cuando Shen Huai empujó la puerta, Qi Wenyi se quitó las gafas viejas y se frotó los ojos. "La vejez hace que incluso las palabras no sean claras".

Shen Huai se rió y dijo: “¿Cuándo envejeciste? Creo que el otro día fuiste a bucear, ¿no? Incluso los jóvenes no pueden compararse contigo en cuanto a fuerza física ".

Qi Wenyi también se rió: "Tú, ah, al igual que ellos, aprendes a halagar". Luego preguntó: “¿Cómo has estado últimamente? ¿Sigues trabajando como agente?

Shen Huai asintió.

Qi Wenyi sonrió y dijo: “Bueno, mañana haré que alguien compre ciento ochenta copias de ese álbum, para apoyar a tu artista. Recuerdo, se llamaba Bai ... ¿Qué era de nuevo?

"Bai Jiajia". Después de que Shen Huai terminó, dijo algo impotente: “Pero ya hemos rescindido nuestro contrato. Ahora no es mi artista ".

Qi Wenyi arrugó las cejas y dijo: "¿Se ha rescindido el contrato de nuevo?"

Shen Huai: "... Sí".

Qi Wenyi no luchó mucho más: “Bien, ¿cómo se llama tu artista actual? Yo lo apoyaré ".

Cuando Shen Huai decidió de repente ser agente, mucha gente no lo entendió, pero él siempre lo apoyó.

Al ver que el anciano realmente quería que la gente saliera a comprarlo y amenazó con usarlo como regalo de vacaciones para el bufete de abogados, Shen Huai sonrió y negó con la cabeza. "No, aún no ha debutado".

El anciano no estaba contento: “No me tomes como una antigüedad. Lo se todo acerca de eso. Ya firmé por Weibo ".

Shen Huai tuvo que convencerlo de nuevo. Después de un tiempo, el anciano volvió a ser feliz. Recordó algo, abrió el cajón y sacó una caja. "Casi lo olvido, esto es para ti".

Shen Huai estaba algo desconcertado y lo recogió, después de abrirlo, dentro había una pequeña medalla.

Qi Wenyi suspiró: “Esta vez pasé por el alma mater de tu padre para hablar sobre sus asuntos con el director. También se sintió muy apenado. Esta medalla la ganó tu padre en la competición. El director me pidió que se lo diera. Espero que pueda seguir adelante con valentía sin temor a las dificultades ".

Shen Huai observó la medalla descolorida con deleite, y el tranquilo lago en su corazón estaba lleno de olas.

Qi Wenyi lo miró, sintiéndose un poco triste.