Capítulo 10

11.5K 1.4K 389
                                    

Se mantiene ahí algo apegados mirándose fijamente, rápidamente el de cabello negro se ocultó entre el cuello y hombro del rubio, intentando procesar la vergüenza del momento.

¡Le han robado su primer beso!

Ante aquella reacción Bakugo sonríe orgulloso al darse cuenta de que hay una pequeña posibilidad de que Toshinori sienta algo por él, una pequeña y mínima posibilidad pero le es más que suficiente.

Puede ser una pequeña posibilidad pero es grande para él.

—¿Qué es lo qué haces?—preguntó en un murmullo que escuchó muy bien por tenerlo cerca de su oído.—Intentas besar, te haces el desentendido, te burlas para después intentar besarme de nuevo, esta vez lo lograste, entonces dime, ¿qué sigue ahora?, ¿repetición o cambio de disco?—

De algún modo siente vergüenza tal como su madre le había dicho al saber cómo había actuado con aquel chico. Lo apretó ligeramente tratando de pensar bien sus palabras tragando su orgullo para decir lo siguiente.

—Cambiar.—comentó.—Si quieres que deje mis actitudes de mierda lo haré pero ya deja de hacerte el culo cerrado conmigo, no es tan fácil cambiar de la noche a la mañana.—

—¿Culo cerrado?—rió.—El culo cerrado aquí eres tú que siempre andas con un humor de perros.—

—¡¿AAH?!—se separó de él con una vena marcada en su cuello y cara.

Una buena risa abandonó los labios del ojiazul grisáceo algo que causó un revoltijo en el estómago de Bakugo.

Agarró su bolso colgándolo de su hombro, observó cada movimiento para voltearse a ver a Katsuki con una ligera sonrisa sincera.

—Quiero confiar en ti, espero que tus palabras no sean mentira y cambies para bien. Recuerda que las acciones valen más que mil palabras, no solo digas que lo harás, solo hazlo.—dijo.—Porque decirlo es fácil, hacerlo es difícil. Hasta mañana, Bakugo.—

Se acercó dejándolo sorprendido cuando dejó un pequeño beso sobre sus labios, un beso muy tímido.

Sonrió abandonó el sitio comenzando a irse a su hogar, el ojirojo rozó sus dedos por encima de sus labios sintiendo un gran rubor en sus mejillas cuando se dio cuenta de esa acción de niña enamorada.

Vaya que está enamorado y quiere cumplir con su palabra.

Toma su bolso para comenzar a caminar a su hogar, si debe cambiar eso significa que debe bajarle dos rayas a sus tratos a Midoriya sabe que se llevan demasiado bien ahora.

No puede permitirse cagarla.

Llegando a su hogar con la cabeza las nubes su madre le miró confundida de esa actitud.

—¿Hijo?—le volvió a llamar pero al no conseguir respuesta suspiró.—¡Katsuki!—

—¿Ah?, ¿qué?—

—Tienes la cabeza en las nubes, ¿a pasado algo hoy?—preguntó su padre siendo más amable con su hijo.

—Eh...—recordó el pequeño beso que el pelinegro dejó sobre sus labios, sus mejillas se sintieron calientes.—Nada.—

—¿Cómo que nada?, estás peor que quinceañera enamorada, ¿a pasado algo con el muchacho Toshinori?—le hace sentarse en la silla del comedor.—Cuenta cuenta.—

—Lo bese, también me beso.—está tan ensimismado en recordar que no le importo en lo mínimo hablar.

—¡Ay mi bebé está creciendo!—exclamó siendo muy chillona mientras abraza al rubio.—Algún día deberías traerlo para acá para conocerlo mejor, Katsuki.—

—Un paso a la vez.—ahora opinó su castaño padre.

—Él pidió que cambiara esta actitud de mierda o que le bajara dos rayas para empezar, puede pensarlo si lo hago.—

—Gracias a Dios que alguien pude cambiarte esa actitud de mierda.—burló su madre ganando una mirada hastiada.

—¡¿EEH?!, ¡¿QUÉ DICES, BRUJA?!—gritó con las venas marcándose.

—¡DIGO LA VERDAD, PEQUEÑO DEMONIO!—

El pobre Masaru solo trata de calmar a su esposa e hijo que son algo...explosivos.

[***]

Por el golpe en su mejilla cayó al suelo pero rápidamente se levantó con una mirada concentrada en su oponente que es mayor que él.

Se movió evitando los golpes contrarios para darle una buena patada en la cara, sintiéndose satisfecho de que su entrenamiento de flexibilidad está  funcionando tal como quiere y se adapta correctamente a el estilo de pelea que ha pensado.

Ahora le dio un puñetazo en la mandíbula dando un golpe en sus piernas para lograr que caiga presionando su pie sobre su cuello, lo ha dejado completamente inmovilizado.

—¿Sorprendido?—pregunta sin mover su pie.

—-Tanto que me rindo, ese golpe en mi espalda ahora me causa dolor.—se queja el mayor.

Alejó su pie ayudándolo a levantarse.

—Este entrenamiento da muchos resultados buenos, Kisuki-san.—

El de cabellos rojizos sonrió alegre de que aquel muchacho esté dando un buen esfuerzo para lograr sus objetivos sin importar cuantos golpes gane, siempre se levanta.

—Me sorprende mucho que con solo un año pasado ya mejoraste tan rápido, niño.—

—Antes apenas y podía con una pesa.—se burló de si mismo.

—Pero ahora me sorprende que hayas logrado ser más flexible para desarrollar tu propio modo de pelea.—recordó los movimientos e incluso las mortales que le sacan el corazón del cuerpo a Yagi.

Sinceramente, Yagi era toda un padre preocupado e incluso la primera a vez que vio a ____ dar una mortal se desmayo pensando que se había dislocado el cuello.

Le llena de orgullo que su hijo esté logrando tanto con su entrenamiento, solo que le asusta cuando hace esa clase de cosas que siente que se puede romper un brazo, una pierna o el cuello.

—¿Sabes la chica de la película "El Aro"?—preguntó con una sonrisa divertida.

—Sí, que hace un movimiento extraño con su cuerpo que parece que se romperá.—recuerda perfectamente esa escena.—¿Por qué?—

El menor se dejó caer en el suelo que está cubierto por un tapete para posteriormente mover sus extremidades hasta el punto que quedó en la misma posición que la niña del aro, completamente torcido.

Su entrenador se puso totalmente pálido para después dejarse caer, sin siquiera poder hacer algo la puerta del gimnasio se abre dejando ver a su tutor legal que al verlo en tal posición cayó también desmayado.

Pensó muy exageradamente que se le estaban desgarrando las tripas en esa posición.

—¡Papá, Kisuki-san!—se levantó estirándose un poco sintiendo un ligero tronar de la espalda que fue relajante que indicaba que había hecho bien los movimientos de la espalda.—¡Oh Dios!, necesito encontrar alcohol para despertarlos.—

Se preocupa bastante queriendo encontrar alcohol para despertarlos solo que una mejor idea apareció en su mente al ver su botella de agua, tomándola entre manos para dejar el agua caer en el rostro ambos hombres haciéndolos despertar.

Más efectivo que nada.

Estará en muchos problemas otra vez.

Quirkless. [Bakugo Katsuki x Male Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora