0 6

73 13 0
                                    

Doyoung no cerró sus ojos en ningún momento, porque no se resistió a su destino, sin embargo no esperó que ellos tardaran tanto, quería que le sacaran rápido, porque sabía que Johnny iría esa noche a su departamento. Lo inevitable se cumplió, ahora les mantenían encerrados en uno de los subterráneos perfectamente construidos bajo tierra, en donde los amigos de YukHei solían hacer negocios. En donde Lucas le llevó la vez que habló con sus amigos y les mostró sus heridas. Cuando abusaron de él hasta que su cuerpo simplemente cedió y dejó de sentir dolor.

Se sentía diferente, pensó que preferiría volarse la tapa de los sesos a regresar ahí, pero su ánimo había cambiado. Por culpa de John, sin duda. Se sentía culpable de que él tuviese que estar ahí también, pero sabía que tendría oportunidad de salvarse, por su puesto en la policía. Era su única esperanza, que los inmigrantes ilegales de la mafia no quisieran arriesgarse a un problema netamente diplomático. 

Estaba preocupado porque Johnny había pasado al menos dos horas inconsciente. Intentó acercarse a él, pero estaba esposado contra una cañería sin fin que iba del suelo al techo. Doyoung sabía perfectamente qué hacer bajo esa situación, porque estaba dispuesto a todo para liberarse, pero estaba guardando eso para cuando una buena oportunidad se presentase ante ellos.

La puerta se abrió, dejaron ahí a otro prisionero. Doyoung le conocía bastante bien, habían estado juntos ese día, cuando lo lastimaron. No pensó que volvería a verlo, de esa misma forma.

—¿Taeyong? —susurró— ¿Eres tú?

—Dijiste que ya no volverías aquí —respondió, tosiendo sangre mientras intentaba levantarse del suelo—. ¿Por qué mierda estás aquí?

—Lucas está muerto...

—Ya sé que está jodidamente muerto. ¿Por qué mierda no huiste, eh? Bastardo loco, ¿no sabías que irían por ti?

—Estoy cansado de huir —admitió—. Ya no quiero tener miedo.

—Pues hazme una promesa antes de que vuelvan para matarme —le pidió—. Si ya decidiste morir, llévate a los que puedas contigo.

Doyoung asintió con la cabeza, y sabía que cumpliría, jamás fue bueno rompiendo promesas. Dejó que Taeyong descansara, porque notaba en el brillo apagado de sus ojos, que le restaba muy poco de vida. Al igual que a él.

Cuando se lo llevaron, se mantuvo expectante en Johnny, queriendo asegurarse de que estuviera respirando. Su línea de tiempo no se había debilitado en lo absoluto y DongHyuck se había ido hace demasiado. La culpa no estaba, John podría continuar con su vida, y quizás ser feliz en algún momento.

A Doyoung le hizo sinceramente feliz saberlo.

Jamás podría explicarle al detective qué tan grande y peligroso era el grupo de amigos de YukHei. Sólo que tal vez les gustaba disciplinar a sus víctimas, que solían ser demasiadas, personas que traían de todos lados, para traficar, para vender, para asesinar y re-utilizar. Habían tantos destinos que podía sufrir, uno seguido del otro. No acabaría de enumerar, no podría imaginar cómo y dónde quedaría su cuerpo luego de morir. Sólo esperaba que al menos Johnny le recordara, como lo que fue esa noche. Como lo que pudieron ser.

El detective abrió sus ojos cinco horas después, y se encontró en un sitio totalmente extraño. La cabeza le palpitaba con dolor ácido y su cuerpo estaba demasiado adolorido, tanto por heridas como por estar sobre el suelo. Cuando intentó moverse, se notó aprisionado, esposado contra una cañería. Tenía su arma, pero estando atado no sería de mucha ayuda.

Comenzó a recordar qué había sucedido una vez que vio a Doyoung en el extremo opuesto de la habitación, en su misma situación. Quiso preguntarle qué ocurría, porque no alcanzaba a imaginarlo.

Play dead // JohnDo ⁿᶜᵗ¹²⁷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora