0 7

78 14 0
                                    


—Ninguna responsabilidad se me restará por lo que hice —acabó por concluir Doyoung luego de haberle contado detalle a detalle toda la historia—. Porque es cierto que me arrepentí a último instante, pero lo maté. Yo... realmente asesiné a Lucas.

A pesar de que los ojos de Johnny se mantuvieron fijos en él, podía sentirlo divagando por cada espacio y cada pared de aquel horrible sitio. Lo había perdido para siempre, adivinaba. Y estaba bien, Doyoung prefería aquella distancia antes de que él intentase alguna locura por intentar salvarlo.

Todo lo que Johnny sentía era confusión.

Sin duda alguna, ambos habían experimentado el dolor a lo largo de sus vidas, de maneras muy diferentes. Pero John podía entenderlo. Podía ponerse en sus zapatos e imaginar lo que era vivir con alguien que amabas y que te hacía tanto daño. Recordaba el rostro de sus padres, que si bien jamás llegaron a torturarlo físicamente, sí lo guiaron al límite de su culpa, tanto como para contemplar unirse a Haechan día tras día. Claro que podía entender el instinto de supervivencia, sus ganas de querer vivir sin la amenaza latente de morir a cada momento.

Entendió que cada una de esas cicatrices tuvo que haber causado su ira, y la desesperación por ser libre.

—Tendremos tiempo de hablarlo con más calma, cuando salgamos de aquí.

—¿Es que acaso no lo entiendes? —gritó Doyoung—. Tienes que salir de aquí, sin mirar atrás. Olvida que me conociste, y si ves mi rostro en las noticias, sólo pasa de largo. Sálvate, joder. Vive.

Fue la primera vez que Johnny escuchó la voz de Doyoung quebrándose de esa manera. Y hubiera deseado estar cerca de él, para poder consolarlo mientras sollozaba con tanto dolor. De la nada sintió sus propias lágrimas bajando por sus mejillas y no podía explicarse por qué lloraba. Tal vez porque sabía que no sería capaz de irse de ahí sin Doyoung.

—Mi vida se terminó cuando Haechan murió —comenzó diciendo mientras secaba las lágrimas con su mano—. Pensé que podría retribuir algo a la sociedad siendo un hombre correcto, salvando a las personas... Y acabé en un sitio peor por seguir las reglas, viendo cómo los malos siempre ganan. Y estoy cansado, de esa línea que yo mismo impuse. Quizás estoy cegado, Doyoung, tal vez simplemente me importas demasiado como para dejarte solo aquí, sabiendo lo que te hicieron. No quiero más justicia, quiero... paz. Quiero que estés tranquilo. Y quiero recuperar mi vida, pero no me pidas que la inicie dejándote aquí, porque no puedo.

—Van a matarte, Johnny.

—Tal vez hace mucho tiempo no me importa morir —le sonrió, como si le hubiese contado un tierno chiste, pero Doyoung se mantuvo en silencio, con una expresión que le fue totalmente imposible descifrar. Melancolía, quizás.

—Desearía haberte conocido antes.

Un día cualquiera, cuando aún estaba en la universidad, soñando con ser artista. Se habría topado con John en un sitio tan común como una cafetería, y entonces le hubiera preguntado su nombre. En una situación diferente, Haechan seguiría con vida. Ambos serían personas totalmente distintas, con colores cálidos a sus alrededores.

Doyoung hubiese roto el hielo con alguna frase común sobre el clima y si John le respondía, probablemente se atrevería a iniciar una conversación, invitarle otro café si lo permite. Johnny se interesaría en alguien como él, quiere creer, porque aún conserva una pequeña parte de su vanidad y sabe que sus ojos son diferentes a los del resto, que John desearía conocerlo más.

Sí, eso hubiera sido dulce.

—Tendremos tiempo para conocernos —John le hizo regresar al presente.

Play dead // JohnDo ⁿᶜᵗ¹²⁷Where stories live. Discover now