17.-Nonna

578 81 5
                                    

"Espero no haber abusado de tu hospitalidad, T/N"—fueron las disculpas de la chica tras salir de aquél pomposo sitio.

—No te preocupes, queda entre amigos—respondiste, tajante. Creías observar una sonrisa tímida en su rostro, sin poder asegurarlo.

—Nada de eso. Hubiera sido lo mismo ver a Randy en un merendero con hamburguesas... ¡Ah, con lo bien que me vendría una doble!

—A mí me vendría bien un antiácido. — Murmuraste, divertido y a la vez frustrado.

Leviathan, por su parte, parecía haberse quedado dormido. ¿O era sólo una trampa para observarte mejor? No se había ocultado, sino que reposaba apaciblemente en los hombros de su joven ama —para usar sus propias palabras— dejando salir tenues volutas de humo por sus fauces. Era el mejor momento para conversar.

— ¿Puedo preguntarte algo serio? —dijiste seriamente a la joven, tomando la delantera.

—Desde luego.

—Si puedes comer y sentir ... ¿lo demás funciona?

—...Es un poco grosero responder una pregunta con otra, pero, ¿qué me quieres decir? —se ruborizó vivamente.

—Necesito saber seriamente si no puedes pescar un resfrío con la espalda y los hombros al descubierto.

— ¡Eso no es serio! —respondió entre risas— ¡Qué tonto eres!

— ¡Hace mucho frío! ¿Ves? Anda, toma mi chaqueta.

—De acuerdo. ¡Ya deberías saberlo por estadística! ¡No! ¡Basta ya! ¡No soy muñeca de trapo! —reía alegremente.

—No las hacen tan agradables

Enmudeció de repente. ¡Oh, no! Habías dicho algo inoportuno. Deseaste tener otro de aquellos raros momentos de clarividencia. O mejor aún: morir en el acto. Algo en tu interior parecía rebelarse y salir, libre de su prisión. ¿Qué podría ser? De inmediato lo sofocaste con tu acostumbrado razonamiento realista: sólo se trataba de mantener contenta a una fallecida para fines de intercambio. Sí, sonaba bien... sólo que seguía muda y apenada.

— ¿Lo...lo crees en verdad? ¿Te soy agradable? -rompió su mutismo, mirándote fijamente

—Sí -dijiste dándote aires de tener la situación bajo control.

—¿Aun cuando estoy...?

— ¡Abrigada como deberías estarlo! —cortaste, fingiendo seriedad.

— ¡Basta! ¡Hablas como la nonna!

— ¿La nonna?

—Sí. En cuanto este dormilón despierte, te contaré todo. ¿A dónde iremos ahora? Sigo sintiendo lejana nuestra meta.

—Buena pregunta. Debería tener otro informante.

Continuaron su marcha, sin saber a donde dirigirse. Todo lo que habían concluido era que la Skullgirl seguía lejana, moviéndose en el lejano norte de New Meridian, planeando algo que aún no lograban entender del todo. Y no siempre habría camionetas caninas para salvar el día.

Ya estaba cerca el ocaso. ¡Raro escape de tu rutina diaria! Tendrías que llamar al trabajo para decir que la exhumación seguía en curso, con toda documentación en regla y firmada debidamente por la responsable. ¡Quién lo diría!


"Tal vez pueda pagarte una habitación en el edificio, si mi bolsa sobrevive

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

"Tal vez pueda pagarte una habitación en el edificio, si mi bolsa sobrevive. Ya me darás suerte como para irme de aquí. Sí, sin duda. Alguna verdad debe haber en esos cuentos. ¿Dónde vivirás, Sienna? "

"No me gusta que andes por las calles de noche, con tantos orates y pervertidos por ahí. Puedes cuidarte y tienes a Leviathan...Sí, sería lo mejor: cada quién tiene su propio camino. ¿O acaso sólo hay uno? ¡Qué estoy haciendo! ¡Qué locura! ¿Tienes algo que ver con esas visiones tan raras? ¿O no? ¿Por qué no puedo apartarme?"

¿Podría ser, acaso, que lejos de comerse tu cerebro te empezaba a devorar el pensamiento como si fuera pasta?

Tales cavilaciones tuvieron que esperar, sin embargo, apagadas por otro repentino flashback de la tierra consumida por alguna maligna presencia, el hedor de sepulcros abiertos y todos los lamentos ensordecedores como olas del mar.

Los horizontes cedían paso a esa pútrida e inmensa deformidad que ya habías visto dos veces antes.

La misma figura femenina se levantaba al llamado de una risa alocada que repetía tu nombre de forma sarcástica. Esta vez, sin embargo, notaste más detalles, como que el lugar dónde estabas no era el cementerio, sino una colina que se sacudía violentamente. Bajo un árbol muerto creíste ver una loza rota y lo peor: algo parecía dirigirse a donde estabas, con torpe paso. Ninguna voz familiar, ningún lugar a dónde escapar y ningún consuelo. Todas las perspectivas se alteraban de forma chocante, desafiando la frontera entre realidad y fantasía. ¿Era eso que corría por tu cara sudor, lágrimas o sangre?













Siete Veranos (Squigly X Lector)Where stories live. Discover now