Capítulo 3: No.

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Los países se vieron realmente afectados por las palabras dichas por el argentino, quién había soltado de forma grosera y desafiante, casi escupiendo las palabras, mientras que su rostro se tornaba serio y amenazante, todo el inspiraba temor y violencia, haciendo temblar levemente a Dinamarca, quién no pensó que ese tipo sería tan intimidante y que su hermano sólo exageraba, pero no. Se atrevía a decir que Finlandia no había exagerado demasiado aquella particularidad.

—Buenos días— saludo algo nerviosa Suecia, ya que no se sentía tan segura ahora de proceder a hablar con el argentino— ONU pidió que viniéramos a buscarte, para...p-para— Suecia empezó a tartamudear, removiendose nerviosamente bajo el escrutinio del argentino, su mirada azulada la penetraba y dejaba paralizada ¿Cómo era posible que una persona que apenas siquiera había dicho un máximo de 10 palabras logrará cohibirla de esa manera?

—Para llevarte a la reunión— terminó con euforia Dinamarca mientras que se adelantaba y se acercaba unos cuantos pasos al argento, tratando así de demostrar que no lo intimidaba.

Argentina enarco una ceja en dirección al pequeño país, debía sacarle dos cabezas, era parecido a Noruega, solo que sus colores cambiaban, por un momento comparó a esos cuatro hermanos con Venezuela, Colombia y Ecuador, pero por lo menos estos fueron más creativos, a pesar de haber seguido el mismo diseño de su bandera.
Miró de forma burlona al enano, haciendo que Dinamarca se sienta incómodo ante el pesado silencio que el argentino parecía estar impartiendo, como una burlona ley del hielo.

—¿Podrías por favor venir con nosotros? ONU en serio quiere que vayas— insistió un poco más Dinamarca, sin perder su sonrisa y gesto apasible.

Argentina soltó una carcajada, sarcástica y ronca, muy ronca, tanto que hizo estremecer a Dinamarca.

—Muchas personas quieren muchas cosas de mí— contestó de una forma amarga el argentino— les ahorro el viaje, ya había enviado a un embajador mío a representarme— Argentina procedió a ponerse el casco de nuevo, dispuesto a seguir practicando.

—Pero debes ir— alzó la voz Noruega— además ¿Piensas dejar de lado tus responsabilidades por pasar un día en el lodo?— trato de racionalizar con él, cosa que parecía imposible, ya que el argentino no se había inmutado ante sus palabras.

—Hasta la ONU querría pasar un día acá antes que una hora allá— comento sin mucha importancia, poniéndose los guantes de nuevo.

Dinamarca ante aquel comentario rió, visiblemente divertido, ya que ciertamente, en días como éstos, el también preferiría pasar una tarde entera aquí.

—Rajen antes que los saque a palos— les ordenó Argentina dispuesto a dejarlos hablando solos, además de correrlos de forma grosera.

—No nos iremos a menos que vengas con nosotros— aseguró Noruega, quién se encontraba hastiado por la actitud tan arrogante y condescendiente que el mayor adoptaba.

—No voy.

Después de decir aquello, Argentina hizo arrancar la moto, dando una vuelta rápida por el barro, acelerando pero sin avanzar, levantando el barro que salpicó a los países, sacando más de un grito y exclamación de asombro por parte de los países, y ya satisfecho con ello, aceleró y dejó atrás a los países

—¡Es insufrible!— gritó Noruega, completamente molesto mientras que maldecía en voz baja tratando de limpiar su traje lo mejor que podía.

—Es un idiota— bramó Suecia mientras que también trataba de retirar los rastros de lodo de su rostro, con ayuda de un pañuelo que Dinamarca le había pasado.

Sus hermanos siguieron comentando lo odioso que era el país, pero Dinamarca no pretendía unirse a sus ataque verbales en contra de Argentina, no lo creía necesario, además no se encontraba tan enojado con el país, quizás si indignado, pero aún así seguía calmado, y con la intensión de hacerlo ir a la reunió cueste lo que cueste, se había vuelto personal.

—Vayan ustedes a la sede, yo me quedaré para convencer a Argentina, después de todo, ustedes están aquí porque yo los obligué— pidió Dinamarca, con un tono de voz tímido y algo avergonzado, se sentía culpable por haber hecho que sus hermanos pasarán un mal rato solo porque él quería ver las flores y disfrutar del sol.

—¿Seguro? No me sentiría bien dejándote con alguien como él— aseguró con desconfiada Noruega, mientras que seguía sacudiendo sus ropas.

—Estoy seguro, confíen en mí.

****

No tenía la más mínima idea de cómo hacer que Argentina lo escuchase, hacía rato que había terminado el circuito y ahora estaba en una especie de carpa, arreglando la moto, concentrado y sin percatarse de su presencia. No se había quitado el traje de motocross, solo había bajado el cierre de la parte de arriba y debajo que le caiga hasta la cintura de manera descuidada, tenía puesta una musculosa blanca, dejando a la vista sus brazos fuertes y tonificados que se marcaban más cuando los flexionaba. Era atractivo, Dinamarca no iba a negar lo obvio, pero por más atractivo que fuese, seguía siendo un idiota maleducado.

Este camino en silencio al Argentino, sin intensiones de sobresaltarlo o hacer que se aleje, por lo tanto, cuando ya se encontraba a su lado, se permitió hablar.

—Hola de nuevo Argentina— comenzó con confianza y tranquilidad— sé que no comenzamos de la mejor manera, pero ONU dijo que era de suma importancia tu presencia allí, dijo que no podía soltar toda la información si tú no estabas ahí, creo que deberías ir, ya que bueno...ONU no me haría viajar tan lejos si no fuese de carácter urgente, y no sé tú, pero yo tengo mucha curiosidad acerca de la reunión, creo que soy muy curioso— dijo de forma distraída mirando el techo de la carpa, para finalmente volver a ver al argentino, quién no había volteado a verlo ni un segundo—  ¿Tu eres alguien curioso Argentina?— pregunto el país, esperanzado ante la idea de que Argentina responda aquella pregunta.

Pero el argentino, tan absorto en su mundo, cuando vio al país a su lado, procedió a sacarse lo auriculares con rapidez dedicándole una mirada de indiferencia y frialdad.

—¿Me hablabas?— pregunto desinteresadamente— no te escuché ni mierda.

"Inhala amor, exhala paz".

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