Capitulo 17: Plan.

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Argentina avanzó entre la masa de personas que abarrotaban el boliche, a veces ni siquiera hacía falta pedir permiso o la necesidad de empujar a alguien, ya que mucha gente al reconocerlo se quitaba de su camino, era mejor así.

¿Cuál era su objetivo? Dinamarca, ¿Por qué? Sin ánimos de ofender, era el eslabón más débil de la cadena, el más accesible.

Dinamarca parecía absorto en su mundo, literalmente no notaba al país albiceleste que se acercaba por detrás, cual cazador asechando a su presa, pero cuando la mano de Argentina tomo la suya, y lo abordo en medio de la pista, no pudo hacer nada más que observar esos tormentosos ojos azules, que lo miraban con fijeza, y que ahora tiraban de su mano con la intensión de alejarlo de la pista ante la vista despistada de sus hermanos.

—¿Qué pasa?— preguntó confundido Dinamarca cuando vio que lo llevaba a un rincón apartado, donde vio a personas besarse, entre otras cosas.

El pequeño país, debía admitir, que se asustó cuando Argentina lo acorraló contra la pared, junto con todos esos humanos que se buscaban desesperadamente.
Dinamarca volvió su vista a los ojos de Argentina, quién mantenía cierta distancia y no parecía estar borracho, es más, parecía estar más sobrio que él.

—Mirá por sobre mi hombro, en la barra— ordenó Argentina, agachándose un poco, acercando su rostro peligrosamente al de rojo, haciendo que este se sienta indudablemente nervioso.

Dinamarca, a pesar de que los nervios lo estaban haciendo flaquear, siguió las órdenes de Argentina y vio en dirección a la barra del club, donde noto a Suecia junto con la capital del argentino, ambos charlaban, pero veía claramente como la capital se le acercaba a su hermana y como guiaba su mano al muslo de la misma, rozando de vez en cuando el borde de la falda que ella vestía. De acuerdo, antes no estaba seguro de alejarlos, ahora quería hasta fingir un ataque, de lo que sea, para que su hermana se aleje de ese casanova.

—¿En serio querés ver eso? Buenos Aires no le conviene a tu hermana, es mucha cosa para algo tan mierda como es mi hijo, y no es por ser malo, pero estoy seguro que el se la va a querer garchar y luego se va a olvidar de ella muy fácil, en caso de que tu hermana no habrá fácil las piernas la va a ilusionar, te lo digo posta, Buenos Aires es un ninfomano.

—¿Cómo los separamos?— pregunto ya convencido, no quería a ese tipo cerca de su hermana, sobre todo porque ella era una romántica empedernida.

—¿Me vas a seguir la corriente?

Pregunta difícil, no confiaba del todo en Argentina, pero si lo ayudaba entonces era capaz de crear una especie de alianza por un tiempo, aunque Dinamarca no tuvo mucho tiempo para pensar, porque Argentina ya estaba tirando de él en dirección a ambos, y veía como pasaba a dar pasos seguros a tambalearse, hasta que tiro una vez más de su brazo, poniendolo a la par del mismo, lo rodeó con un brazo y empezó a caminar más torpemente, apoyando parte de su peso en él.

—¡Ah que no me creen que acabo de ver a Marcelo!— exclamó Argentina llegando a la pareja, atrayendo la atención de ambos, hablaba con dificultad y actuaba como un borracho.

—¿Qué...?— antes de que su hermana termine de hablar, Buenos Aires le tapó la boca.

—No contestes— le aconsejo la capital viendo molesto a su papá.

—Ah bueno igual yo lo digo ¡Agachate y conócelo! Ahre— exclamó feliz mente Argentina mientras que se hacía un espacio entre la pareja y se apoyaba en la barra.

Dinamarca lo dejo y trato de ir al lado de su hermana, con tal de distraerla y alejarla del porteño, pero antes de que logrará alejarse del todo Argentina tiro de su muñeca e hizo que se apoyará sobre su cuerpo, abrazándolo de una forma algo... íntima.

—Che pendejo ¿Me haces un favor? No quiero que el trolo del bartender me vea porque no me va a servir ¿Me pedís un fernet puro?— pregunto Argentina dirigiéndose a Buenos Aires, haciendo que este asienta, no muy contento con la idea.

Argentina, debía admitir, era un muy buen actor, pasó de estar completamente serio a estar completamente ebrio y parlanchín en menos de 5 segundos.

—Che, ehhhh Islandia...

—Suecia— corrigió el país con mala cara, pero levemente divertida por la actitud del argentino.

—Me chupa, estás re linda, posta te lo digo, estás hermosa— admitió Argentina coqueteando con su hermana, haciendo que Dinamarca se moleste y considere la opción de golpearlo ¡La idea era alejarla de la capital, no coquetearle!

—¿Y me lo dices abrazando a mi hermano?— pregunto Suecia mirando a Dinamarca claramente divertida y lanzando miradas indiscretas a su hermano.

—¿Qué?— Argentina hizo como si se hubiera olvidado de su presencia y bajo la vista su cuerpo, que seguía pegado al suyo— ¡Ah sí! Tu hermano también está re bueno— aseguró, abrazándolo más fuerte— pero él no me quiere dar ni un pico, mira— Argentina para probar su punto bajo la cabeza y acercó peligrosamente su rostro al suyo, dispuesto a besarlo, pero antes de que sus labios se unieran Dinamarca soltó un chillido y escindió su rostro en la camisa de Argentina— ¡Ves! No me quiere, F en el chat.

Suecia sonrió encantada mientras que soltaba carcajadas limpias, y Buenos Aires sólo se limitaba a ver a su padre con mala cara, mientras bebía el trago que su padre antes le había pedido.

—¿Vos sabés por qué no me quiere besar? Porque posta yo le quiero re comer la boca ¿Vos me querés comer la chota Dinamarca? Ahre, así no era— Suecia rió aún más fuerte mientras que Dinamarca se sonrojaba furiosamente.

—¡Argentina!— chilló muy avergonzado golpeando su pecho, su duro y firme pecho.

—Dame un beso— Argentina estiró sus labios en dirección a Dinamarca, haciendo que este pegue su palma a los labios de Argentina y se alejará mientras que gritaba "No"— bueno, ¿Y vos Suecia querés darme un beso? Porque tu hermano no me quiere.

Argentina ahora se volteo en dirección a Suecia, acercando su rostro peligrosamente al de ella, pero ella no se veía intimidada o amenazada, se veía divertida y muy cómoda con el ebrio argento.

—De acuerdo creo que ya es hora de ir a casa— Suecia tomo el brazo de Argentina y junto a Dinamarca lo dirigieron afuera de boliche, dejando a la capital detrás mientras que Argentina seguía diciendo incoherencias y acusaba a Dinamarca de no querer besarlo.

Argentina tenía la capacidad de llamar la atención cuando quería, opacando a todas las personas a su alrededor, por esa razón, había funcionado, ahora mismo Dinamarca se encontraba conduciendo a la casa de Argentina, a sabiendas de que Dinamarca llevaría directamente a Suecia al hotel y se terminaría la noche, el resto dependería de él, para detener a Buenos Aires y evitar que vaya detrás de Suecia.

Misión cumplida.























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Y así gente...así hace las cosas un pro.

Dejen sus F en el chat para el pobre de Arge porque Dinamarca no le quiere hacer la respiración verga-boca al pobre xd

IMPACIENCIA Where stories live. Discover now