Capítulo 24

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Lakis levantó la cabeza ante la llamada de Yuri. Tampoco se olvidó de manejar la expresión feroz en su rostro antes de volverse hacia la persona detrás de él. Su expresión se volvió dócil en un abrir y cerrar de ojos, frente a Yuri.

—Sé que esto puede sonar muy extraño pero...— Yuri miró directamente a Lakis y solo habló sin rodeos. —¿Puedo tomar tu mano una vez?

Lakis se sobresaltó en ese momento. Miró a Yuri con una expresión como si dudara de sus oídos.

Por un breve momento, Yuri consideró decirle que era costumbre saludar a las personas con un apretón de manos en el este. Pero por alguna razón, no creía que Lakis lo creyera, y sentía que eso solo empeoraría el estado de ánimo, por lo que renunció mientras estaba adelante.

Y ella solo habló honestamente.

—No creo que pueda dormir si no sostengo la mano del Sr. Lakis en este momento.

En ese momento, la expresión de Lakis se volvió extraña. En este momento, en su cabeza, el insecto estaba alborotando y gritando de alegría.

Yuri esperaba una respuesta positiva de Lakis. Si Lakis se negaba, no le importaría ser desvergonzada y buscar la oportunidad de agarrar su mano. En otras palabras, esto no significaba mucho para Yuri.

Lakis miró a Yuri por un momento, luciendo un poco preocupado. Luego, pronto, sus ojos se enfriaron ligeramente. En su mente, rebobinó los eventos de la última vez.

Cada vez que tocaba su mano, Yuri reaccionaba de manera anormal. No, aparentemente no fue solo tomarse de las manos lo que provocó esa reacción de ella. Lo mismo sucedió cuando le tocó la cara la última vez.

<<¡¿Qué haces, Lakis?! ¡Acepta ya! ¡De prisa! ¡Hazlo!>>

El insecto lo molestaba para no perder la oportunidad.

Yuri también lo miraba y esperaba una respuesta. Afortunadamente para Yuri, cuando Lakis finalmente abrió la boca para hablar, las palabras que salieron fueron permiso.

—... Si es brevemente.

Una voz baja y ligeramente ronca, le rascó los tímpanos. Poco después, Lakis lentamente extendió su mano hacia Yuri.

Lakis aceptó la extraña solicitud de Yuri sin siquiera preguntar por qué. Una parte de él quería volver a comprobar exactamente qué sucedió cuando la tocó, pero sinceramente, otro deseo precedió a su curiosidad.

Al ver que Lakis le hacía un gesto para que se sentará a su lado en el sofá, Yuri avanzó como si estuviera poseída. Quizás fue porque las luces se atenuaron deliberadamente por el bien de Lakis, pero la sala de estar sutilmente iluminada tenía una atmósfera algo inusual.

Ella notó que el cabello de Lakis estaba mojado por el baño que él no se había tomado desde hace mucho tiempo. Pensar que un paciente con una herida tan grande iba a ducharse solo, ninguna persona normal lo intentaría. A este ritmo, dale solo una semana y podría estar volando.

Justo antes de llegar a Lakis, Yuri se detuvo por un momento y respiró hondo. Luego puso su mano sobre la palma extendida de Lakis.

<<¡Huaa!>>

Al instante, el mismo calor que sintió antes se vertió en ella. Su corazón vacío se calentó y se llenó de felicidad. Se sentia…

Se sentía tan bien.

Como la primavera en una tierra árida, la cara desierta de Yuri adquirió un color rosado. Queriendo acercarse a la fuente como antes, entrelazó sus dedos con la mano que sostenía. Una energía más intensa la inundó desde la palma fuertemente apretada contra la de ella. Su cuerpo lentamente comenzó a perder fuerza mientras se sumergía en la felicidad eufórica.

Te Equivocaste De CasaWhere stories live. Discover now