Epílogo

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Han pasado cuatro años desde que Jimin apareció escondido en la nieve y han sido los mejores años de mi vida.

Los recuerdos que he hecho con él son enormemente valiosos principalmente porque para él todo era nuevo.
Un día lo llevé a conocer el mar y parecía un niño pequeño correteando a las gaviotas que tomaban el sol en la arena, ni hablar de cuando comió su primera tarta de chocolate. Creo que en estos cuatro años que lleva conmigo puedo decir que ha probado un montón de manjares, a mí incluido, pero sin duda su comida favorita son los frijoles.

Taehyung odia los frijoles, pero Jimin los ama. Y ¿cómo no amarlos si fue su primera comida en este mundo?
Él no lo sabe, pero yo sí. Gracias a sus cartas me enteré de muchas cosas que ama y no las recuerda, como por ejemplo los cuentos para niños.

Nuestra vida es la que siempre soñamos. Yo trabajo tocando el piano y gano un montón de dinero con eso,  mientras tanto Jimin se convirtió en un escritor de historias infantiles y orgullosamente puedo decir que es un autor magnífico que está siendo reconocido.

Taehyung y Jungkook son los más felices con su trabajo ya que siempre están fisgoneando en su estante de libros.

Por cierto, Taehyung es oficialmente un Min.

Sorprendente, ¿no?

Hablando de los niños, la primera vez que Taehyung y Jungkook vieron a Jimin viviendo mi casa no dudaron en llamarle ángel.

- ¡Angelito al fin estas de vuelta! – le gritó Taehyung confundiéndolo con demasía.

- ¿Por qué me llaman así? – me preguntó.

- Porque eres tan hermoso como un ángel – le respondí y me eché a reír porque aquello lo sonrojó.

Asombrosamente la conexión con Taehyung se hizo al instante. Su corazón lo recordaba, pero su cerebro no.

SeokJin sabe de las cartas y sigue tan perplejo como yo aquel día que las leí.
Siempre que viene de visita se avergüenza principalmente porque sabe de que un ángel lo encontró muy guapo, y no hablo de Jimin, sino que el travieso ángel de la guarda de Taehyung.

Sigue pareciéndome un poco extraño el saber que hay un ángel de la guarda viviendo con nosotros, pero supongo que los hay en todos lados. Incluso yo tenía uno sin saberlo.

- ¡Papá! – me gritó Taehyung cogiendo algunas monedas de su cochinito hace un rato atrás – ¡Iremos a la tienda!

- ¿Por qué llevas tus ahorros? – le preguntó Jimin cogiéndolo de la mano.

- Porque quiero comprar dulces – la risilla malvada que soltó me hizo reír – Traeré unos para Jungkook que vendrá por la tarde.

- Vayan con cuidado – les dije desde el piano de cola. Jimin me lanzó un beso y cerró la puerta llevándose a ese niño ruidoso con él.

Taehyung ya tiene once años, pero sigue conservando esa inocencia que trae desde los siete.

Ahora, mientras los veo caminar calle abajo a través de la ventana que da a la ciudad, no puedo sentirme más feliz.

Es primavera, la nueva estación favorita de Jimin, así que voy por lirios nuevos casi todos los días. Él los ama y yo también.

Ahora que hablo de lirios, el padre Hyun también los ama. Cada fin de semana vamos en familia a dejarle unos cuantos a la iglesia. Jimin adora ir allí.

Tuve una charla con él la misma semana que me encontré a Jimin, así que ahora somos los invitados estrella cada vez que nos reunimos para las celebraciones de los demás niños.

QUERIDA ALMA GEMELA | YOONMINWhere stories live. Discover now