Capítulo veintidós.

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"No soy buena para las promesas, nunca las cumplo.''

—Mario, ¿sabes que esto es muy difícil para mí? —Pregunté e hice una pausa. —Confío en ti, pero, me es difícil amar a alguien, sí es a eso a lo que tú te refieres.

—No me refiero a eso. Me gustas, eres diferente a las demás; aveces siento que debo protegerte, y no me quejo. —Sonrió. —Te daré tiempo, ¿quién sabe luego?

—Te quiero muchísimo, ¿sabes lo feliz que me hace tener una persona que me haga ser fuerte, y hacer que no me rinda? —Pregunté y el asintió, dándome un fuerte abrazo. —Gracias por comprenderme.

—Siempre estaré para ti, eso nunca lo dudes, _______. —Hizo una pausa. —Pero siendo tu novio o no, no dejaré de besarte, porque me encantan tus labios. —Reímos los dos y negué con mi cabeza divertidamente.

—Bien, y a mí los tuyos. —Le guiñé un ojo y le di mi mano para que me ayudara a levantarme. Besó mi frente y bajamos al primer piso.

Me sirvió un vaso de jugo de frambuesa y lo tomé con gusto. Miré el reloj y eran recién las 15:37, el tiempo había pasado entre rápido y lento. Quería que fuera la noche, para desahogarme en silencio, y también para dormir junto a Mario.

—No entendí a lo que se refería con ''Te daré unos días'' en el mensaje. —Murmuré e hice una mueca extraña. El negó con su cabeza y dijo:

—Ni yo. Pero lo que si sé, es que nos siguió hasta acá, seguramente ya se fue.

—Quiero averiguarlo. Ugh. Me da ansiedad esté tema. —Dije arañando el mantel que había encima de la mesa. El rió y yo me detuve, me estaba comportando extraño.

—Estaré contigo pase lo que pase.

—Tengo que contarte algo... —Susurré y el asintió con su mirada curiosa, iba a seguir hablando pero la puerta se abrió rápidamente.

Entró una chica de unos catorce años tomada de la mano con un chico, besándose, ugh. Venía con un vestido amarillo muy bonito y su pelo tomado en una cola de caballo, las pestañas naturalmente encrespadas y sus labios de un rojo suave. Era muy bonita y sus ojos azules combinaban en todo. Era igual a Mario, en versión mujer.

—Miren que sorpresa. —Murmuró Mario con la mandíbula tensada. Rodó los ojos desagrado al ver al acompañante de seguramente su hermana.

—Yo... yo me voy. Lo siento Rousse. —Susurró el chico y salió rápidamente de la casa. Rousse rodó sus ojos y colocó sus manos en su cintura.

—¿Y bien, querida hermana? ¿Qué forma de llegada es esa? Casi te lo follas aquí mismo. —Preguntó con sarcasmo. Me gustó su tono de seguridad hacia su hermana, es muy protector con todas las personas que lo rodean.

—¿Qué forma de llegada es esa? —Imitó la chica con voz de niñita. —¿Y a ti qué te importa? No te vengas acá con cosas, los dos sabemos que no eres un Santo. Así que a mi no me jodas, querido hermano.

—Ya te quiero ver cuando estés con enfermedades de contagio sexual. —Exclamó el riéndose. —Oh perdón, Santa Rousse, ¿quiere que le rece ahora?

—Qué te follen, marica. —Murmuró y subió enojada a su habitación. Arriba resonó un portazo y un cuadro caído. Mario se encogió de hombros y explotó en carcajadas.

Reí inconscientemente y tomé otro sorbo de mí jugo, estaba delicioso. Mario volvió a tomar asiento, más cerca de mí y solté un suspiro. Coloqué un mechón de pelo rebelde detrás de mi oreja.

—Y bien, ¿qué tenías que decirme? —Preguntó, elevando su ceja derecha con curiosidad. Tragué en seco y me decidí, se lo tenía que decir.

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Hola!

La verdad no se si Mario tenga una hermana pero acá la tiene x3

En fin, no olviden votar y comentar que les parece el cap

¿Qué creen que le dira ___ a Mario?! :o

¡DIGAN NO A LAS LECTORAS FANTASMAS!

"Depression" Sebastián Villalobos y tu-1° TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora