Lo Que Debió Haber Sido

Trampa

QUE NO MUERA ESTA JOYAAAAAAAA!!!!!

Por siempre suyo...un pequeño Kaos

—¡Todo esto es una maldita porquería!— grita nada más al llegar a su apartamento. Cerrando la puerta de un tirón, las paredes retumban y poco le importa saber que puede llamar la atención de algún entrometido vecino. —¡Pero me las pagará, ese idiota de Asahi me las pagará todas!

Saca su teléfono de uno de sus bolsillos. Colérico, comienza a marcar el número de unos de los buitres que pagaría por información valiosa. El pitido de la llamada entrando le avisa sobre su amigo al otro lado de la línea.

—Ahorrémonos las formalidades...— escupe enfadado. Una risa estridente por parte de la otra persona le hace chasquear la lengua con odio —Te tengo información valiosa, algo que seguramente dará qué hablar...

—Te escucho...— musitó en un tono cómplice.

—La pareja del momento, Nakiri Erina y Asahi Suzuki, material nunca antes visto sobre el caballero que acompaña a mi pequeña muñeca.

—Interesante, sigue...

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[...]

—¿Tus padres quieren que vaya a conocerlos el fin de semana?— Asahi ladea la cabeza cual pequeño cachorro confundido. Mira con atención a Erina quien solo asiente a su pregunta mientras devora todos los pequeños sándwiches de la bandeja —¿No es muy apresurado?

—¡No seas cobarde!— reprenden Erina y Leo al unísono. Ambos estaban pasando un rato muy ameno juntos y no dejan de asombrarse por lo pasivo que ha resultado ser Asahi con ellos dos en su contra.

Han sido tres días de locura. Es increíble lo rápido que cambia todo; Soma no se ha aparecido ni por gusto hacia la pareja, Erina ha visitado con frecuencia Lust y en el proceso se ha vuelto la consentida de Leo y, por alguna razón (que Asahi desconoce) Takumi le visitó una vez y ambos compartieron una tarde como amigos.

—No soy cobarde...— Asahi niega de inmediato —Es solo que no creí que me considerarían, es decir, luego de lo que pasó en el Blue...

—Ese es tu problema, hijo— Leo interviene haciendo que Asahi le mire expectante —Te encierras demasiado en el pasado, si bien es una parte de ti, no tienes porqué aferrarte a eso.

Sin controlar su ternura, Erina sonríe por el comentario de Leo, su cabeza declina ligeramente apoyándose en el hombro del adulto mayor. Asahi considera tierna la escena, ver a su novia y ahora a su "padre" tratándolo de esa manera, simplemente se sentía el hombre más afortunado del mundo.

—Solo hazlo...—Erina le alienta —Yo acabo de conocer a tu padre— se vuelve con sus ojos amatistas centellando brillitos y Leo le sonríe culpable por el comentario.

—Touché— Asahi alza los brazos en rendición —Supongo que iré.

Pasan unas horas y la feliz pareja se retira del restaurante para pasar el resto de la tarde juntos. Asahi se sentía idiota, pero Leo le había pedido salir aún en horario laboral, "Cuida bien de ella, no permitas que se te escape hasta que te firme el acta de matrimonio, sino...te quedarás solo y triste" el discurso de Leo le golpea la mente haciendo que se sienta patético.

Asahi ha llevado a Erina a una floristería. La princesa quería hortensias, pero Asahi dijo rosas. No obstante, ahí estaban, intentando armar un ramo bicolor, que se debatía entre el rojo de las rosas y el azul de las hortensias, no combinaban para nada y claramente las hortensias consumían entre sus pomposos pétalos a las rosas.