035.

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Había pasado un mes desde que Jimin volvió a prisión, los días transcurrían de forma normal y tranquila. Después de la muerte de Kang, los miembros de su pandilla nunca más volvieron a meterse con ellos. Sólo les ignoraban o pasaban de largo. Aunque Jimin siga teniéndoles rencor, quería dejar de meterse en problemas y específicamente en peleas con otros reclusos. Pero vaya que era jodidamente difícil, pues había más de algún preso que intentaba pasarse de listo con él y no tenía opción que darle una paliza. Tenía suerte de que no lo mandaban a aislamiento por eso, de lo contrario, estaría allí todo el tiempo. Originalmente Jimin era un chico problemático, así que no era una gran sorpresa. Pero de todos modos no quería volver ahí, después de haber estado tanto tiempo.

A pesar de eso, Jungkook y Jimin eran vistos en la prisión como una pareja sumamente peligrosa. Ambos podían golpearte, ambos podían apuñalarte y hasta matarte. Eran muy respetados por los demás reclusos.

A veces a Jimin le costaba recordar como era su vida sin Jungkook, aunque tuviera a su pandilla, antes él siempre se encontraba solo, especialmente en su celda y eso le gustaba. Amaba su comodidad y soledad. Pero ahora se había acostumbrado tanto a la presencia del pelinegro que se le hacía imposible imaginarse la litera de abajo vacía.

Jungkook estaba por cumplir tres años en la cárcel, faltaban un par de meses y a pesar de que su caso aún no había sido revisado en un juzgado, se le mantenía con la misma condena de diez años.

Sin embargo, la vida podía dar enormes giros, los cuales podían cambiar totalmente tus planes de vida y justamente ese día, Jungkook no se esperaba que un funcionario le convocara para darle un aviso. Mientras se encontraba trabajando con Jimin en la biblioteca, el hombre le aisló momentáneamente para hablar de forma privada.

—¿Qué? ¿Estoy en problemas? —pregunta con una sonrisa vacilona y algo extrañado.

El funcionario negó con la cabeza, manteniendo un rostro serio.

—Nada de eso, es más vengo a darle las felicitaciones.

Jeon frunce el ceño.

—¿De qué?

—Me mandaron a informarle que renovaron su derecho a fianza y al mismo tiempo fue pagada.

Literalmente el corazón de Jungkook se detuvo por un milisegundo, al mismo tiempo que su sonrisa desaparecía y su presión bajaba de golpe.

—Sin embargo... —continuó el funcionario— El juez decidió otorgarle libertad condicional si se presenta cada vez que se le convoque, necesitará firmar su salida y tiene máximo media hora para recoger sus cosas e irse al juzgado.

Una vez terminado el hombre de hablar, Jungkook parpadeó varias veces y salió un poco de la impresión.

—¿Qué? —logró decir, mirando al funcionario como si fuera un fantasma e intentado procesar toda esa información— E-Es imposible... Yo perdí el derecho a una fianza, ni siquiera he tenido un juicio y mi pena sigue en revisión... —niega con la cabeza— No puedo ser yo... Debe estar equivocado de persona...

—A ver, usted es Jeon Jungkook, ¿no? —el nombrado asiente— Entonces es usted, me mandaron desde dirección a avisarle y después escoltarle a la salida.

—P-Pero... ¿Cómo pudieron pagarla? Era muchísimo dinero... —continúa, sin poder moverse de su posición y quitar la expresión de sorpresa en su rostro. En ese momento sólo pudo pensar en una persona— ¿Quién fue?

—Eso lo sabrá cuando salga, repito, tiene media hora para cambiarse y recoger sus cosas. No pierda el tiempo... —seguidamente suspira y coloca una mano sobre el hombro del contrario— Vamos hombre, cambie esa cara... Sé que es difícil de creer en estos momentos pero caiga en cuenta de que ahora es libre.

Presos Deseos ✗ kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora