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Se quedó con la vista puesta en las fotografías colgadas en la habitación, cada una de aquellas imágenes tenía el rostro de aquella mujer.

Anabelle.

- Señor - la voz de su jefe de seguridad y el golpe en la puerta lo hizo levantarse del sofá.

El misterioso desconocido se acercó hasta la puerta asegurándose de que las fotografías no estuvieran a su vista.

- ¿Qué sucede? - enarco una ceja.

- El auto está listo, nos llevará al edificio en un par de minutos.

El hombre observó su reloj y luego metió sus manos a los bolsillos del pantalón.

- Has que traigan el cuadro desde Roma – ordeno.

- Entendido mi señor - el hombre abandonado la habitación y el hombre quedo solo de nuevo.

(***)

Belle y Marco decidieron ir a uno de los centros comerciales que había cercanos al centro de la ciudad para escoger algunas cosas para la habitación de los bebés

El mafioso observó como su esposa sonreía al sostener un pequeño vestido lila de niña en sus manos.

- ¿Y si es niña? ¿No crees que sería algo lindo? - enarco una ceja la castaña.

- Será entonces igual de hermosa a ti mi ángel - la abrazó por su espalda y le dio un ligero beso en la mejilla.

El sonido de su teléfono móvil en el bolsillo de su pantalón lo hizo separarse de ella.

- Tengo que contestar esta llamada, regresare enseguida - respondió su marido mientras ella se quedaba viendo algunos juguetes.

Marco se alejó de ella para tomar la llamada, Belle avanzó algunos pasillos más y se topó con un oso de peluche de color miel en los estantes.

- Es hermoso - susurro ella en un intento de alcanzarlo.

- Aquí tiene señora - contestó una voz masculina mientras tomaba el juguete en las manos.

- Grazie - sonrió ella al recibirlo.

Fijo su vista entonces en el hombre, era bastante alto, sus ojos verdes oliva parecían penetrar su alma con tan solo una mirada, una barba negra azabache adornaba su mentón y parecía ser de otro sitio distinto a Italia por su acento.

- Ha sido un placer ayudarla - le dedicó una media sonrisa. Encantado fascinado, más que extasiado por la belleza de la mujer que tenía enfrente de él. Hasta ahora la había apreciado en fotografías pero tenerla de frente era distinto.

- Es mejor que me regrese, mi marido debe estar por volver y se preocupara si no me ve cerca.

- Parece que es un esposo bastante protector – agrego el hombre.

- Así es – respondió ella metiéndose un mechón de cabello cabello detrás de las orejas.

Belle giro su cuerpo para regresarse hasta la entrada del almacén y se encontró con la figura de Marco a un lado del pasillo.

- Te estaba buscando por todos lados - dijo él sin evitar ver al hombre que estaba al lado de su esposa-. ¿Quién es este sujeto? - acortó sus pasos hasta llegar hasta ellos.

- Me ha ayudado a bajar este oso de aquel estante - respondió ella.

- No me gusta verte cerca de gente extraña - dijo furioso el italiano.

- Solo he ayudado a tu esposa, es todo. No he buscado causar ningún problema – sonrió con descaro.

Belle rodó los ojos al saber que Marco siempre actuaría de la misma forma con las personas que se le acercaban.

Perfecta Oscuridad  (No.2 de la Trilogia Peligroso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora