Especial: Al otro lado del Océano

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La cálida luz del sol primaveral se filtraba entre las cortinas de la habitación, provocando que la muchacha que allí yacía se acomodara dándose la vuelta en la cama. Al hacerlo, se encontró cara a cara con una chica de bellas y delicadas facciones durmiendo plácidamente.

El cuerpo de la joven se movía lentamente de arriba a abajo, demostrando la calma de su respiración y la tranquilidad de su sueño.

Ante aquella visión, le fue imposible resistirse a estirar su mano y con sus dedos comenzar a recorrer suavemente cada rasgo presente en el rostro contrario. Cuando había llegado a la zona de la barbilla, la cual era tan fina que daba la impresión que podría causarle un corte, se detuvo bruscamente al ver como la muchacha blanco de sus caricias hacía un ademán de despertar. Pasada la falsa alarma, continuó deslizando la yema de su pulgar hasta la comisura de los labios que tenía en frente. Labios tan rosados y perfectos que por un lado demostraban los cuidados a los que eran sometidos, pero que por otro, hablaban de la castidad de ellos.

Era domingo, y en la noche anterior, se habían quedado estudiando hasta muy tarde en la habitación de la pelinaranja y sin que ninguna se diera cuenta, terminaron durmiendo juntas.

Chaewon aprovechó la fortuna de haber despertado antes y permaneció largos minutos simplemente observando a su compañera de departamento. Cuando creyó que su pecho no iba a seguir resistiendo los saltos de su corazón, decidió levantarse e ir a preparar el desayuno. Antes de cruzar el umbral de la puerta, un tono de llamada la detuvo. El celular de Minju había empezado a sonar.

¿Quién la llama tan temprano? Pensó la mayor. Al acercarse para apagar el móvil, pudo responder de inmediato a su pregunta. Se encontró con el nombre "Shiroma Miru" escrito en la pantalla del aparato tecnológico. La pelinaranja suspiró, lo que causó un lapso de segundo suficiente para que una mano distinta a la de ella tomara rápidamente el teléfono.

- ¿Aló?- Respondía una Minju somnolienta.

- Perdón si te desperté, pero era para ponernos de acuerdo sobre hoy.-

- No te preocupes. ¿Te parece a la una?-

- Me parece perfecto. No vemos querida bella durmiente.-

Minju colgó el móvil con una sonrisa en la cara, pero pronto su expresión cambió al percatarse que estaba sobre una cama que no era la suya. Al elevar la vista se encontró con los ojos de Chaewon observándola.

- Buenos días. Parece que nos quedamos dormidas.- Decía la mayor forzando una sonrisa. Desde hace un tiempo, le estaba afectando más de lo normal presenciar las interacciones que la pelicafé tenía con aquella chica japonesa que conoció en la Universidad.

- ¡Perdón Unnie!- La menor se disculpaba con una expresión llena de vergüenza. – Anoche no me di cuenta que me quedé en tu habitación.-

- Tranquila. No es que me haya molestado.- Cuando sintió que sus mejillas comenzaban a enrojecer, continuó al instante. - ¿Desayunamos? Justo iba a ir a prepararlo.-

La menor miró la hora en su móvil. Las once de la mañana. Había despertado bastante más tarde de lo que tenía planeado. Con ojos aproblemados y una voz que demostraba dudas en su actuar, se dirigió a la pelinaranja.

- Perdón Unnie... es que quedé en juntarme a almorzar con Miru. Así que no desayunaré.-

- Ah...- Chaewon se oía y veía decepcionada. No sabía si era por el rechazo que había recibido de la contraria o por lo planes que ésta tenía.

- Perdón por avisarte tan encima y dejarte sola un domingo...-

- Deja de ser tan correcta, está bien que salgas. No te preocupes por mí.-

To Reach You  ~ Yenyul / Ssamyen ~Where stories live. Discover now