—Valentín, ¿me podés explicar por qué carajo me llaman del colegio diciendo que cagaste a palos a Mauro? —Valentín escuchó apenas cerró la puerta de su casa y apoyó su espalda temblorosa contra esta.
—Valentín, te estoy habla—Maia terminó de bajar las escaleras y miró a su hijo aún apoyado en la puerta, con la mirada perdida en algún punto del suelo encerado, el ojiazul levantó los ojos conectandolos con los de su mamá, dejando ver sus ojos celestes empapados por las lágrimas y completamente rojos.
—Hijo, ¿qué pasó? —La pelinegra se acercó a Valentín, quién no había despegado su mirada de la de ella, su labio inferior temblaba y lo único que quería era un abrazo de su mamá, el cuál se le fue dado unos segundos después.
—Mami—Los sollozos inundaban el living, su cuerpo no paraba de temblar y sentía que el corazón quería salirse de su caja torácica.
—Bebé, ¿que pasa? —La mujer sentía el dolor de su hijo como propio, le dolía el pecho de solo ver a su bebé así de destruido.
Los hombros de Valentín se sacudían rápido y sus ojos temblorosos no paraban de derramar gotas saladas y gruesas, el llanto que retenía hace semanas había explotado ese día.
Maia caminó hasta el sillón con su hijo aún abrazado a su pecho, apenas Valen se sentó ella le trajo un vaso de agua y frotó su espalda intentando calmar su respiración.
—¿Estás así por qué te peleaste con Mauro? Me dijeron que se agarraron muy feo, Val, ¿qué pasó? —Valentín se hizo chiquito ante ese apodo que solo usaba Dani, abrió la boca intentando hablar pero el nudo en su garganta se lo imposibilitaba.
—Dani...
—¿Peleaste con Dani? —Dijo Maia intentando adivinar lo que Valentín quería decir, al parecer acertó porque el ojiazul asintió con la cabeza.
Tres vasos de agua más tarde y ahora con una taza de té en sus manos Valentín pudo volver a hilar palabras sin sollozar e intentó explicarle a su mamá lo que había pasado.
—¿Te acordás la última tormenta fuerte que hubo? Que yo fui al colegio igual, nos dieron un trabajo práctico en pareja y a mí me tocó con Dani, ni siquiera nos caíamos bien en ese momento y él se había rehusado a hacer el trabajo conmigo entonces... Yo les conté a Mauro y a Alejo e hicimos una apuesta.
—¿Qué apostaron? —Maia conocía a los amigos de su hijo y sus personalidades, ya se veía venir alguna maldad de parte del trío.
—Dani se tenía que enamorar de mí para cuando entreguemos el trabajo y el que perdía tenía que poner la casa para todas las jodas que el otro quisiera.
—¿Una apuesta Valentín?, una apuesta sobre los sentimientos de alguien. —La taza en las manos pálidas temblaba mientras las palabras de su mamá se clavaban en lo más profundo de su pecho, junto a las palabras de Daniel hace menos de dos horas.
—¿Apostaste por no prestar la casa para unas juntadas de mierda? ¿Limpiar la casa valía más que Daniel?
—No má, ya sé que no...
—Y se lo dijiste, me imagino. —Valentín intentó interrumpirla pero Maia siguió hablando. —Igual sigo sin entender que tiene que ver Mauro en esto.
—No se lo dije. —Sussurró el ojiazul. —Se lo dijo Mauro.
—No entiendo Valen, parecías tan encariñado.
—¡Estaba encariñado! Todavía lo quiero, lo amo, pasa que… no sé, hice las cosas mal má.
—¿Qué dijo Dani?

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trust ; wosani
Fanfiction"Ribba es un pendejo de mierda, planeen una maldad y que sea grande" o donde valentín hace una apuesta con sus amigos.