Capítulo 11 - Niñas.

722 49 16
                                    

Era notable que Rodrigo era un hombre encantador de pies a cabeza y de eso no había duda, porque incluso Gianna y María estaban curiosas de él, llevaban gran parte de la noche rodeandolo, pregúntale cosas e incluso en un momento Gianna se trepó a él para abrazarlo. Me sorprendía su comportamiento, ellas no eran las niñas más simpáticas con extraños pero con Rodrigo se veían particularmente cómodas, fluidas y en confianza, era como si ya lo conocieran.

Habíamos terminado de comer y estaba dispuesta a recoger para después llevarme a las niñas a dormir y pasar más tiempo a solas con mi invitado.

-¿Podemos dibujar con Rodrigo?-Preguntó Gianna que estaba tomada de la mano del antes mencionado.

-Pues pregúntale si él quiere.-Respondí, mientras ataba mi cabello en un chongo.

-¿Rodrigo quieres dibujar conmigo?-Mencionó la pequeña mirándolo con sus grandes ojos azules mientras se movía inquieta.

-Claro, podemos dibujar lo que tú quieras.-Respondió mientras le dedicaba una sonrisa tan linda que incluso yo quise colorear con él.

Y ahí estaba Gianna corriendo por su pequeño bolso que traía libretas, colores y crayones.

-¿Quieres que te ayude a recoger?-Me preguntó amable mientras se acercaba a mí. Negué.

Gianna regresó, llamó la atención de Rodrigo y se lo llevó la sala. María se había quedado conmigo a recoger los plásticos y la cocina en general. Habíamos pedido pasta y ensaladas de un restaurante Italiano que nos gustaba mucho a las niñas y a mi, Rodrigo ni lo conocía pero al parecer fue de su agrado.

Después de recoger todo, subí con María, la ayudé a cepillarse los dientes y la lleve a mi cama dispuesta a que dejarla dormir.

-Me gusto mucho que viniera tu amigo.-Habló mientras se acomodaba entre las sábanas de la cama.-¿Vendrá de nuevo?-preguntó mientras soltaba un suspiro que denotaba cuan cansada eataba.

-Yo espero que sí.-Respondí sincera.-Ahora a dormir.-Terminé de acomodarla, le dí un beso y salí de mi habitación.

Cuando llegué a la sala me encontré con un montón de dibujos de colores en el piso y a Rodrigo guardando las cosas mientras Gianna bostezaba y frotaba sus ojitos. Caminé por ella y antes de que se le espantara el sueño, la subí a la planta alta, le cepille los dientes y la acomodé junto a su hermana. No tardó en quedarse completamente dormida.

Bajé y Rodrigo se encontraba sentado en la sala, caminé hacía él y tome los dibujos que tenía en la mano, me senté a su lado y los vi, eran castillos, arboles, corazones, personitas, animales.

-Siendo sincera, no distingo cuáles puedan ser tus dibujos, dibujas igual que mi sobrina de cuatro. Que bueno que te dedicaste a los negocios.-Mencioné para romper el silencio, soltó una risilla que me llevó a sonreír.

-Ya sé, Gianna es mejor artista que yo.-Habló mientras me enseñaba un dibujo en donde se veían tres niñas dibujadas.-Dijo que eran ustedes, tú eres la de en medio.

Sonreí, yo tenía un montón de dibujos de mis sobrinos y me encantaba guardarlos, era como guardar un cachito de su niñez y tenerla para siempre conmigo.

-¿Quieres ir al jardín? Tengo un poco de calor.-Propuse y acepto.

Salimos, el clima estaba cómodo, algo fresco pero sin llegar a ser tan helado. Nos sentamos en una banca que quedaba debajo de un gran árbol donde Alexander y yo siempre solíamos jugar cuándo éramos pequeños.

-Muchas gracias por venir hoy y por decidir quedarte después de ver a mis dos torbellinos. Lo aprecio muchísimo.

-No es nada, realmente fue un tiempo agradable y me divertí mucho con sus ocurrencia.-Respondió mientras me miraba con la luz luna acentuando más su rostro.

El ver a Rodrigo en una fase tan distinta a la que se veía a simple vista me hizo sentir afortunada, era un encanto con las niñas y sinceramente me ayudó bastante, seguro yo tan sólo las hubiera tenido viendo películas y él las había animado. Era algo casi mágico de ver como aquel hombre de traje podría mostrar un lado tan real, tan cursi y tan amable con mis sobrinas.

-Fue una grandiosa cita de cuatro.-Agregó, mientras se acercaba más a mi.

Suspiré, quería hacerlo y se sentía como el momento indicado.

Terminamos con el breve espacio que nos alejaba y nos besamos, el beso era lento, dulce, suave y a este punto se sentía completamente necesario. Su mano estaba en mi mejilla y su pulgar me acariciaba. Era cálido y acogedor y poderoso a la vez. Mis manos estaban en sus hombros, se sentía tan firmes y fuertes que era una sensación única al tacto. Su perfume me inundaba, era embriagador, la mezcla perfecta. Mi corazón latía a mil por hora, me sentía sumergida en los encantos de aquel hombre y la forma en que besa era adictiva, jamás nadie me había besado de una forma tan peculiar y fascinante. Sentía que me arrebataba la respiración, me alejaba del presente y yo estaba completamente decidida a dárselo, incluso mi futuro si así lo quisiera.

Al cortar el beso me fue imposible no besar su mejilla y acariciarlo, era algo casi instintivo, rítmico. Después conectamos miradas, me sentí morir, paso sus brazo por mis hombros y yo me acurruque. De pronto la noche ya no parecía tan fría como hace unos minutos y todo se sentía abrasador.

No estoy segura de cuánto tiempo llevábamos abrazados pero se sentía cómodo, estabamos en un silencio que pasaba a ser el más agradable de mi completa existencia, tan sólo sentir nuestras respiraciones mezclándose, ahí abrazados y escuchando el sonido de las hojas danzando con el viento era como estar en un cuento de hadas.

La puerta corrediza se abrió y pude ver a mi papá, mirándonos, estaba tan concentrada en sentir a Rodrigo cerca de mi que ni siquiera escuche que en ningún momento había escuchado llegar a mis padres, me puse nerviosa y sin pensarlo me solté del agarré de Rodrigo. Justo cuando me levante papá cerró la puerta y desapareció de la vista de ambos.

No pude evitar sentime nerviosa, sabía perfectamente que no era lo que mi papá esperaba encontrar en su jardín y más allá de lo que pudiera pensar me aterraba el desconocer si mi mamá nos había visto, sé que tampoco soy una niña que debe dar explicaciones sobre a quién o no besa pero también había sido criada en una familia que hasta cierto punto era muy conservadora.
Estaba consciente que verme en los brazos de alguien que me dobla la edad no sería de su agrado y menos sabiendo que tenía una relación con Diego.

-

Me sentiría muy feliz de leerlas, ¿Qué les pareció el Roro niñero?, ¿qué opinan del beso?, ¿qué creen que pasé con Emmanuel?

Que tengas un precioso Jueves, nos leemos.

DREAM ON, LITTLE DREAMER. ( Rodrigo Herrera Aspra )Where stories live. Discover now