café veintiuno

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Eran exactamente las 7:30, el sol comenzaba a ocultarse lentamente, siren en un día normal habría salido a su pequeño balcón a mirar la puesta de sol, pero ese no era un día normal.

Hay quienes dicen que la segunda cita es la más fácil, pues para él no estaba siendo nada fácil. Cómo la primera vez los nervios lo recorrían de arriba abajo, su mascota al notar el nerviosismo de su amo se levantó perezosamente de su cama hasta llegar a su dueño, y tratar de darle ánimos.

-¿tu que opinas cleo, va a salir todo bien?- dijo mientras acariciaba las orejas del animal

Los minutos pasaban tan lentamente que parecían horas, por un segundo creyó que el reloj de su pared estaba roto ya que parecía no avanzar, pero funcionaba perfectamente, era solo el y sus nervios.

De repente escucho su teléfono sonar, lo tomo con una velocidad que hubiese dejado perplejo al mismísimo Flash, pensando que tal vez sería su ángel de ojos cafés. Pero no, era su amiga, atendió respirando lentamente en busca de calmarse.

- ¿¡ COMO ESTA MI TORTOLO FAVORITO!?

- hola jaz, estoy ¿bien?

- eso sonó más a una pregunta que a una afirmación, ¿que pasa lindo? - pregunto dulce

- Estoy algo nervioso, no lo sé, una cosa es salir a un lugar con mil actividades para hacer, y ahora tengo que ser todo yo y tal vez lo aburra y...

-ok, ok, alto ahí siren, sabes cielo, tu tienes un problema. Te la pasas pensando en las mil posibilidades de todo, cálmate. ya salieron juntos y fue genial ¿verdad?

- si, lo fue - apenas dijo eso una sonrisa se instaló en su rostro

- Entonces todo va a ser genial, y sabes que puedes contar con nosotros.

Ella tenía razón, debía dejar de pensar tanto, relajarse y que todo fluyera naturalmente como había sido hasta ese momento.

- lo se, gracias, espera ¿nosotros?

-oh si, nos juntamos con los chicos a beber para festejar tu cita - siren río sonoramente, para sus amigos cualquier excusa era buena para tomar- ¡saluden a siren chicos!

De fondo se escucharon gritos como "¡hola siren!", "¡vamos campeón!", "¡usa preservativo!". Realmente los amaba, y les agradecía infinitamente que lo animarán en esos momentos. continuaron hablando casi a los gritos, no se dio cuenta de que el tiempo avanzaba hasta que siendo las 8:10 escucho el timbre sonar.

- está aqui...

- ¡Escucha, nada de hacer el idiota!, ¡baja y abrele a tu hombre! - los gritos de sus amigos se entremezclaron y casi no pudo entender ninguno - ¡mucha suerte tigre!

Con la llamada terminada, tomo aire, se llenó de confianza y fue a abrir la puerta.

Allí estaba, la persona dueña de la mayoría de sus pensamientos, luciendo tan encantador como siempre. Apenas se vieron los ojos de ambos se iluminaron completamente, fue inevitable para ambos sonreír como un par de niños. Kappa instantáneamente se lanzó a los brazos de siren, que sorprendido lo atrapó en un abrazo que decía lo mucho que se habían extrañado el uno al otro en eso días que no se pudieron ver.

El clima era frío, los vientos soplaban con furia avisando una posible tormenta, pero nada de eso importaba en ese momento, porque entre los brazos de siren se sentía tan encantadoramente cálido y protegido.

-Te extrañe - dijo el mayor tomándolo suavemente de las mejillas para darle un tierno beso en la cabeza que hizo sonrojar al menor.

- también te extrañe - contesto sonriendo

café con leche - Castillos en el mar Where stories live. Discover now