La cruda realidad

26 3 3
                                    

Este capítulo está dedicado a:
YunoGasai1828 Muchas gracias por el apoyo. ❤❤❤
------------------------------------------------------
El silencio reinaba en la consulta luego de la extenuante sesión. Aurora se encontraba expectante a cualquier movimiento de su paciente.

Aline miraba al suelo, de vez en cuando se le escapaba una que otra lágrima, intentaba comprender todo lo que había sucedido en cuestión de minutos.

-Es increíble cómo unas pocas palabras, dichas hace más de veinte años me pudieron haber marcado tanto. Había olvidado todo eso, es como si de la nada encontrara la podredumbre debajo del tapete.

-Espero que ahora comiences a comprender por qué maltratabas a tus compañeros y a tu esposo, has tenido muchas carencias a raíz de esos traumas.

- Por eso sentía todo el tiempo como si la vida fuese una competencia, como si los demás me quisieran atacar, siempre estaba reactiva, predispuesta para defenderme.

-Porque esa persona, la maestra, te transmitió en pocas palabras todo su odio y frustración, te hizo creer que no valías, te humilló y no tuviste cómo defenderte.
Pero lo curioso es que a pesar de creer que no lograrías nada en la vida, has logrado muchas cosas.

-Si, sé que he logrado cosas, pero ahora es que comprendo de donde parte toda mi inseguridad, mi competitividad e inconformidad ante la vida, entiendo por qué nunca me fue suficiente con nada de lo que hice, con ningún premio.

-Para que veas el poder que tienen las palabras de los adultos en los niños. Ella desaprobó tu potencial, no lo supo ver, pero a pesar de todas las secuelas que han dejado los traumas seguiste dibujando, porque lo necesitabas, porque te sientes viva cuando lo haces, cuando creas algo nuevo. Eso nadie te lo quitó ni te lo va a quitar nunca.

Aline esbozó una sonrisa melancólica y anunció a la doctora que necesitaba procesar todo, el entender y aceptar las consecuencias de ese doloroso momento requería tiempo y por consiguiente debía perdonarse así misma por todos los años en que arrastró esa amargura.

Ella sabía que muchas personas en el mundo sufrían  cosas mucho peores que lo que ella pasó, pero aún así, no dejaba de ser su problema. Antes de irse, Aurora llamó su atención por última vez:

-Sé que es un golpe revivir ese momento. Pero ahora el ser adulta te hace responsable, sobre todo de tu niña.

Muchas personas cuando descubren el origen de sus males, culpan a los implicados, no lo hagas tú también, es un error. Ahora toda esta información es tuya y eres consciente de que necesitas cambiar. Espero que vuelvas, sabes que puedes contar conmigo.

-Lo sé. Nos vemos, muchas gracias por tu ayuda Aurora.

La chica salió despacio del lugar, sentía unas ganas irresistibles de llorar y correr a toda velocidad. Conducía a casa pensando en su vida, en las sonrisas que no regaló, en las palabras de elogio que nunca dio, en los momentos en que pudo ayudar a alguien y no lo hizo.

Dio vuelta en la esquina y se dirigió por la Avenida 86, rumbo a la costa. Quería estar sola, pensar, gritar si era necesario. La culpa de no haber aprovechado más los años de juventud ni el cariño de las personas que le hicieron compañía le quemaba el pecho.

Comenzó a acelerar por la desolada carretera sin prestar demasiada atención, la noche comenzaba a caer casi a la misma velocidad que el carro se acercaba al mar. Las lágrimas le empañaban la vista, en ese momento nada ni nadie le importaba, todo daba igual, su vida con tantos títulos y premios no tenía sentido, pensaba en que gracias a su personalidad tóxica y narcisista todos se habían alejado de ella.

Mi niña interiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora