¡Hagamoslo!

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El ambiente en la oficina se tornó tenso, la secretaria se encontraba escuchando detrás de la puerta mordiendo sus uñas, expectante a la reacción del jefe ante el rotundo rechazo de Aline.

-¡Pero es que no te entiendo!-dijo el jefe con un atisbo de ira en el rostro- Hace unos días juraría que te matabas trabajando para obtener el cargo. Siempre he sabido leer entre líneas y tu forma de actuar me hizo entender que eso era lo que querías.

-Tiene razón, yo lo quería, anhelaba con todas mis fuerzas ser la directora creativa de la empresa.

- ¿Entonces, por qué no aceptas?

-Es que eso era antes, ya no me importa. Me di cuenta de que por trabajar horas extra y demostrar que era digna del ascenso, sacrifiqué el tiempo con mi esposo y mi familia. Nunca tenía tiempo para ellos, toda mi vida se resumió al trabajo. Y ahora me doy cuenta de que por estas pequeñas victorias, he sacrificado cosas que realmente son más valiosas.

-¿Familia? ¿Tú diciendo eso? Pensé que eras más inteligente Aline, más ambiciosa. Me decepcionas. -El hombre abrió con gesto desdeñoso su lujosa caja de habanos para tomar uno y prenderlo con prepotencia. Aline lo miró inexpresiva y continuó hablando sin hacer caso del insulto-

- Señor, usted me enseñó  que hay que ser  depredador o presa en los negocios. Pero resulta que yo ya no me considero ni uno ni otro. Luego de que tuve mi problema emocional usted no creyó  en mí, incluso puedo llegar a especular, que no esperaba la victoria del equipo.

-Es cierto, debo confesar que lo dudé. -El hombre de bigotes canosos soltó una bocanada de humo blanco mirándola con gesto duvitativo, esperando la reacción de la chica-

-¿Entonces, para qué darle un cargo a alguien en quien usted no cree, alguien que ya le falló una vez? No estoy dispuesta a seguir demostrando nada. Porque ahora sé quien soy y lo que merezco.

- No sé que te han hecho en esa consulta. -río subiendo las manos en gesto de paz- Creo que romperé el contrato con ellos, eres otra persona, no me convienen más como tú en la empresa.

- Haga lo que desee, le agradezco mucho todo lo que me enseñó. Pero creo que este es el final.

-¿Qué es ese papel que traes en las manos?

-Es mi carta de renuncia, para que la firme y luego llevarla a recursos humanos.

-¿También te vas?

-Si, creo que me iré a respirar un poco y vivir la vida. No todo puede ser trabajo y negocios ¿sabe? Hasta luego Señor.

-Pero ...

La chica no esperó a que el hombre hablara, sino que dio la espalda y salió de la oficina con gesto solemne.
     
                          ***

Aline le comunicó a Marcos todo lo que había sucedido, él se sorprendió por la decisión repentina, esta era la verdadera prueba de que su esposa había cambiado de verdad.

Pensaba en lo positivo que sería para ella  salir de ese mundillo competitivo, o como él solía llamarle, la jungla de los arquitectos.

-Estoy feliz de que por fin hayas tomado esa decisión-sonrió Marcos cortando los vegetales desde la isla de la cocina-

-Yo también, no sabes lo aliviada que me siento por eso. Creo que fue uno de los pasos más grandes que he dado en mi vida, te confieso que tenía miedo, pero me llené de coraje y enfrenté al Señor Carlos ... Bueno, a Carlos, ya no tengo que decirle "Señor".

-Ambos estaban tan absortos en la conversación que solo el humo que desprendía el horno los trajo a la realidad.

- ¡Corre que se quema! – Los dos salieron disparados hacia el aparato y al abrir la tapa una bola de humo cubrió la cocina y la habitación se tornó nebulosa.

Mi niña interiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora