Igual que siempre [Kiribaku]

Capítulo VIII [Final]

Epílogo

Al llegar al final de esta historia me doy cuenta de algo, todos mis problemas empezaron cuando pensaba en el futuro. Esa primera vez que te rechacé fue por puro miedo de que te acabarías cansando de mi, de que, aunque empezáramos nuestra historia de amor, un día acabaría, y con ella, yo. De que aunque en este instante me ames con cada parte de tu corazón, mañana no.

Y hallé allí otro problema, no quiero que me ames con todo tu corazón, porque yo no puedo prometerte hacer lo mismo, no quiero que me ames con todas las partes de ti, quiero que ames todas mis partes. Porque yo amo todo de ti.

Y otro error el pensar que el amor haría una catástrofe en mi vida como héroe, amaba el saber que después de cada entrenamiento estarías allí, entre la multitud, aplaudiendo, adorándome. Eso hacía que deseara aún más el llegar a ser el mejor héroe de todos los tiempos ¿Así conseguiría más de tus halagos?

Porque al fin y al cabo el tiempo es algo demasiado relativo, sigues siendo aquel niño que no sabe montar en bicicleta.

-¡Ah!-Tu grito obviamente indicaba que habías vuelto a perder el equilibrio. Al instante un golpe mayor sonó.

Tu cuerpo descansaba en el suelo, inspirando demasiado rápido. Parecías no entender que parte de montar en bicicleta era no caerte. Chocarte contra una farola tampoco te daba puntos.

-Si no tuviera mi quirk de endurecimiento me habría matado-Indicaste entre suspiros, parecías frustrado.

Me reí levemente ante ese comentario, y me acerqué a ti, te tendí mi mano para ayudarte a levantarte.

-Si no fuera por tu particularidad llevarías mucho tiempo muerto-Bromeé, sonriendo.

Recordando esto, me he dado cuenta de lo extraño que se me hace mi mismo ser cuando estás junto a mi. Siempre me he creído alguien egocéntrico y desagradable, mas en ese momento hubiera sido capaz de dártelo todo y ser la mejor persona del mundo si me lo pedías. ¿Siempre que estoy contigo tengo esas risas nerviosas? ¿Siempre que estoy contigo te observo tan fijamente? Si la respuesta es si, espero que siga así siempre.

Hiciste una falsa mueca de enfado ante eso, mas no tardaste en agarrar mi mano y levantarte, disminuyendo la distancia entre ambos.

-Si me animaras con algo...-Te quejaste entre dientes tocando tu cabello pelirrojo antes de dirigir una mirada fija a mis ojos rojos-. Como un beso.

Era 20 de abril, mi cumpleaños, y en este instante nos encontrábamos en las puertas de la UA, enseñándote a montar en bicicleta. Cuando me contaste que nunca aprendiste puse una mueca de molestia, como si no me importara lo que decías, pero al instante imaginé, que, algún día, tendríamos un momento como este. Casi diría que se siente como un sueño si no fuera porque tus gritos de agonía y los míos de cansancio llenaban el ambiente cada vez que te tropezabas. ¿Eres realmente torpe, sabías? A esas alturas del día pensaba que cuando llegáramos a mi casa ya habrían llegado mis padres, y no quería que mis viejos arruinaran nuestra quinta cita.

Si, estuvimos saliendo desde el día que volviste, y desde entonces no quise pasar un momento sin ti, a mi lado, me tomé enserio lo de no dejarte ir. Al fin y al cabo me sentía tan bien con tu presencia...

-Vete a la mierda-Mis contestaciones bordes tampoco eran nada inesperado, pero creó una mueca de tristeza en ti, el cual pasaste del tema y decidiste volver a por otro intento.

Mas eso no fue posible, porque te agarré la cabeza y la giré levemente para estrellar mis labios de forma agresiva al contrario. Y aunque el encuentro fue hostil, al acomodarse un poco todo volvió a su calma habitual. Nuestros labios, que siempre supuse que encajarían así de bien.

Ambos estuvimos tanto tiempo imaginando y soñando con el contacto del otro, que cuando finalmente lo tuvimos, me percaté de que superaba con creces a mis sueños. Era tan cálido la forma en la que nuestras lenguas jugaban y cuando una de las manos empezaba a jugar debajo de la ropa del otro haciendo cada vez que una calidez mayor gobernara el cuerpo contrario... Habíamos pasado nuestras mierdas para llegar a ese estado, pero aseguro que valió cada segundo.

Dejándote más que satisfecho, cuando nos separarnos me miraste fijamente con una de tus dulces miradas que tanto llenaban mi ser, y sonreíste.

-¡Séptimo intento!

-Octavo.

-¡Octavo intento!

Observaba como sujetabas el manillar de la bicicleta con miedo y como tu cuerpo ahora era musculoso, grande, fuerte... Nada que ver con el Kirishima anterior que no podía sentarse en el sillín por cuenta propia.

-¡Esta voy a poder, llegaremos a tu casa y te daré la sorpresa de cumpleaños!-Se colocó rápidamente en posición de salida, lo miré, expectante, cualquier cosa que hicieras se llevaba toda mi atención.

-No pareces la misma persona que hace cuatro años.

Ante mi comentario pareciste algo sorprendido. Por extraño que suene no hablamos mucho sobre lo que pasó con la particularidad de Eri, estuvimos demasiado concentrados en nuestra relación. Mas en ese momento reíste y colocaste uno de tus pies, firme, sobre uno de los pedales.

-Supongo que todos cambiamos-Fue lo que dijiste antes de, exitosamente salir pedaleando hacia delante.

Y desde ahí atrás divisaba tu firme espalda que seguía recto al atardecer. Se nos había hecho algo tarde. Tus mechones, rojizos, volaban con el fuerte viento, casi podía imaginar la cara de imbécil que se te habría quedado al descubrir que podías pedalear y mantenerte en equilibrio al mismo tiempo.

-Nah- Te paraste en vano y giraste hacia mi, exitado por la adrenalina que te habría dado el momento. Fue la primera vez que montaste en una bicicleta solo ¿Qué se sentía al sentir esa libertad abrumadora por primera vez?¿Habías parado por escuchar mi negación? No, claro que no, esperabas a que agarrara mi bicicleta y siguiera tus pasos para poder ir juntos a nuestro destino. Empezaste a agitar tu mano alegremente. Si, tranquilo, ya voy. Mas es ahora, en estos momentos de tranquilidad, en donde pienso, y cuando estoy seguro en decir esto-. Tú estas igual que siempre.

Wow, al fin el final de esta historia. No suelo poner notas de autora al final de la página, pero este era obviamente necesario jejeje #shy.

Lo hago para principalmente agradecer a las personitas que han leído, compartido y, principalmente, disfrutado este fanfic tanto como yo escribiéndolo uwu.

¡Llegamos a las mil vistas antes de si quiera terminarlo! Muchas gracias de corazón <33

Me siento realmente realizada por terminar este proyecto ya que de las miles (y miles y miles y miles...) de ideas y de las muchas historias que he comenzado, esta ha sido la única que he terminado jejeje si, un poco desastre #sisoy. Pero bueno, sin enrrollarme más espero que hayáis disfrutado esta (espero que bonita xd) historia y que os haya podido entretener o enamorar un poco con mis palabras.

Porque más fan del kiribaku que ayer, pero menos que mañana.

Me despido <3 -Its_Hoshia