꒰ O44 ꒱

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TaeHyung tragó duro cuando los ojitos de su asistente lo miraron directamente. Le estaba ofreciendo quedarse en su casa, y esta vez no era en cualquiera era en la del lindo azabache.

Los lindos y brillosos ojitos de JungKook eran algo que no podía ignorar, por más que creará una fuerza sobrehumana en no dejarse llevar por ellos, se veía tan lindo y dulce que ni siquiera pudo decirle que no. Ahora estaba allí en la casa de su asistente con un JungKook cometiendo torpes acciones.

Tenían que ser silenciosos si no querían despertar a las lindas y dormilonas criaturas que tenía JungKook de hermanas. No le molestaban pero estaba algo cansado, y cada vez que se encontraba con las princesas de su asistente tenía que hacerles mimos y darles mucha atención.

Porque a los mofletes lindos y regordetes era también muy difícil decirles que no.

Podía entender un poco a JungKook.

El menor le extendió una taza de té caliente. Ahora estaba muy sonrojado y tal vez un poco arrepentido de no haberlo pensado muy bien, su jefe en su hogar donde vive con dos criaturas que lo quieren mucho y para rematar su tío chismoso. No había sido tan buena idea.

Pero ya que le ofreció una estadía allí por la noche ni siquiera podía retractarse, solo debía continuar y no hacer las cosas más incómodas.

Al parecer era muy malo disimulando.

— JungKook, si te sientes incómodo mejor- — El azabache negó con un puchero antes de que el contrario pudiera seguir con sus palabras.

No era incómodo, no debía verlo de esa manera, solo un poco extraño. Lo pensaba y mucho en la posición en la que se encontraba, pero a su vez no quería dejar ir a TaeHyung, su mente creaba la estúpida razón de que era muy de noche y podían comérselo los monstruos.

Apoyó su cabeza en el hombro de este disfrutando la calidez de el estar junto a alguien que quería. Se sentía lindo estar allí con el señor Kim, ambos acurrucados en el sofá disfrutando de un té con el silencio de la noche.

A veces le parecía casi irreal el ser correspondido.

Ya no se sentía tan mal.

Pudo sentir como la cabeza de su acompañante caía poco a poco, de reojo alcanzó a ver la imagen más linda que pudo ver en el día. TaeHyung trataba de luchar con el sueño, cerrando de a pocos sus ojos, incluso tenía sus labios medio entre abiertos. Solo soltó una pequeña risa y se acomodo para tomar el rostro de su jefe entre sus manos.

— Tae ya tiene sueño — el menor formó una sonrisa y solo obtuvo un asentimiento del contrario.

Acarició la cabeza del castaño por un momento, este cerraba los ojos como un cachorrito disfrutando las caricias mientras que el azabache pasaba y pasaba sus dedos en los rulos castaños de su jefe.

Sin ninguna palabra al aire observó el hermoso rostro de TaeHyung, incluso llegó a tocar torpemente el lunar que tenía en su nariz. Estaba siendo muy dulce con el castaño, pero ver cómo disfrutaba tanto de los mimos y de los besitos lo hacía sentirse bien, saber que TaeHyung estaba bien con él a su lado era lo que lo hacía sentirse seguro.

— Vamos, es hora de dormir.

Solo se fueron a la habitación del pequeño koo que tenía su corazón latiendo.

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Nayeon y Somi se miraron entre ellas algo confundidas. Como todas las mañanas siempre iban a levantar a su Jungkookie con un brinco de buenos días y muchos mimos, pero esta vez a penas abrieron la puerta de su habitación ni siquiera supieron cómo reaccionar ante la imagen que estaba al frente de ellas.

un novio para Kook¹ | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora