Capítulo 37

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Hoy tardé más tiempo eligiendo que ponerme, pues me vería con Toni. Cuando escuche la bocina se su auto baje corriendo las escaleras.

- ¿A dónde vas? - preguntó mi madre desde la sala donde leía unos papeles.

- Toni me invitó a cenar - dije con una enorme sonrisa.

- ¿Y cuándo me pediste permiso? - lo hacía intencionalmente, podía faltar dos días a casa y no se daba cuenta, pero no podía ir a cenar y regresar si no le había pedido permiso.

- Te lo dije el martes - mentí, de todos modos no recordaría.

- Está bien - dijo sin despegar la mirada de las hojas. Rodeé los ojos y caminé hacia la puerta.

- Wow - levantó ambas cejas al verme,
- creo que tendremos que ir a un lugar más elegante de lo que había pensado - ambas reímos.

- Si quieres me cambio - dije señalando hacia atrás.

- No, no - negó con la cabeza, - ¿vamos? - caminamos hacia su auto, ella hacia el lado del piloto y yo al del copiloto.

Abrió la puerta y subió, al contrario yo puse mis brazos en mi cintura y la miraba a través del vidrio frontal. Me miró y rió negando con la cabeza.

- ¿Es de verdad? - preguntó con la sonrisa en sus labios.

- Pues en mis tiempos se hacían asi las cosas - dije como si fuera una mujer mayor.

- ¿En tus tiempos? - preguntó saliendo del auto.

- Sólo hazlo y no preguntes - mordí mi labio inferior reteniendo mi risa.

- Como ordene princesa - rodeó el auto y abrió la puerta.

- Me dijiste princesa - la miré con ternura.

- Fue sarcásticamente - puso los ojos en blanco.

- Yo sabía que había una dulce Toni detrás de esto - hice un ademán señalando su ropa.

- Sar-cas-mo - separó en sílabas, - lo conoces de sobra -  quería reír a carcajadas, era divertido molestarla así.

- ¿Y a dónde tenías planeado que fuéramos?- le pregunté y subió los hombros en señal de que no sabia,
- ¿McDonald's? - una vez más rió y me miró por un par de segundos para luego regresar la mirada al camino y condujo al menos cinco minutos.

- Es broma ¿verdad? - esta vez sí solté una risa muy fuerte.

- Tú querías venir aquí, ¿no? - sonrió divertida mientras parqueaba el auto en el estacionamiento del mencionado restaurante.

- Toni, era sarcasmo - bufé y bajé del auto, se estaba vengando por lo de princesa.

- ¿No te gusta? - preguntó cerrando la puerta del auto y caminó hacia mí.

- Si lo hubiera sabido antes, no me parto la cabeza tratando de encontrar un lindo vestido.

*

- Quiero el combo número uno y una malteada de chocolate - dije segura y el chico tocó la pantalla, - ¡No!, mejor de vainilla - reí, - disculpa - le dije apenada ya que lo había marcado. 

- No te preocupes, tómate tu tiempo - dijo el rubio con una galante sonrisa.

Sentí como la mano de Toni pasaba por mi espalda, para llegar a mi cintura y lentamente me apegó a ella. ¡Bienvenidos sean celos!.

- Cereza, mejor cereza - dije finalmente y volteé a ver al chico, su galante mirada había sido sustituida por una atemorizada, - Toni - la llamé y cambió su intimidante mirada por una más suave.

Pagó y el chico le entregó un pequeño letrero con el número de nuestra orden.

- Lo bueno es que llamé temprano para reservar una mesa - bromeó pasando su brazo por mis hombros.

- Cielos - fingí estar sorprendida, - creo que te debió haber costado demasiado conseguir esta mesa, es una de las mejores del lugar - nos sentamos en la supuesta mesa especial.

- ¿Se les ofrece algo más? - preguntó después de traer nuestro pedido, aunque creo se refería el chico en específico a mí, ya que sentía su fija mirada.

- No - contestó Toni duramente, de inmediato voltee a verla, - Gracias - dijo mirándome.

- No te pongas celosa - le dije cuando el rubio se fue.

- No estoy celosa - afirmó desenvolviendo su hamburguesa que era dos veces más grande que la mía.

- ¿Ah sí? - dije con el muy empleado sarcasmo esta noche, - porque la verdad parecía que querías desarmarlo a golpes, seguro es mi imaginación - suspiré.

- Sí, eso es.

Seguimos platicando de cosas sin sentido, me hacía preguntas, le respondía, le hacía preguntas, me respondía. No podía parar de reír y aunque ella intentaba no reír, terminaba haciéndolo.

*

- ¿Sigues pensando lo mismo sobre mí?.

- ¿Por qué preguntas? - se recargó en el auto.

- Porque en realidad me importa lo que piensas tú de mí - baje mi mirada y mordí mi labio inferior.

- No - dijo tomando mi barbilla y alzando mi rostro, - no pienso lo mismo - se acercó lentamente con un objetivo fijo, mis labios. Me acerqué al igual pero desvie mi rostro y llegué a su mejilla, donde deposite un suave beso.

- No beso en la primera cita - susurre en su oído.

- Me has besado antes sin siquiera tener una cita - dijo también en mi oído.

- Pero ahora la tenemos - golpeé su estómago en señal de juego, - y no hay beso en la primera.

*

- Vero tenemos que hablar - cerré de golpe su casillero.

- ¡Estás loca mujer, casi me quedo sin cabeza! - exagero

- Que lástima, ahora tenemos que hablar.

- ¿Sobre? - preguntó abriendo nuevamente su casillero.

- Cancelemos la apuesta - dije sin rodeos.

- Tienes que estar bromeando, ¿no? - preguntó riendo mientras seguía sacando libros.

- Veronica no es broma - volví a golpear la puerta haciendo que se cerrara otra vez.

- ¿Entonces te rindes? - preguntó abriéndolo de nuevo y matándome con la mirada.

- No, me siento mal por estar jugando con ella - dije con toda la sinceridad del mundo.

- No me digas te enamoraste - solto una carcajada

- No seas idiota - pasé con desespero mi mano por mi cabello.

- Creí que querías recuperar a Heather y vengarte de lo que te hizo Topaz - tenía razón, no podía olvidar los motivos principales.

- Sí, estás en lo correcto. Olvida lo que te dije, la apuesta sigue en pie - dije con confinza.

Me, Myself and I // ChoniWhere stories live. Discover now