día de locos

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luego de su respuesta, se escuchó por uno de los altavoces que ya era la hora del desayuno, por lo que me levanto junto con el contrario y lo llevo hasta el comedor de los pacientes, intentando mantener distancia por miedo.

-¿tanto miedo me tenés que no te animas a estar cerca? vamos, no te haré nada, o no por ahora.

ignoro su comentario y, al llegar al comedor, busco con la mirada a mis otros pacientes para poder ver si necesitaban algo. como todo estaba correcto, vuelvo con minho.

-luego de agarrar el desayuno, tenés que ir a la ventanilla de allá -la cual señalé- y decir tu nombre, te van a dar tus medicamentos. también tenés que ir en el horario de la cena, todos los días, si?

-como sea, ya dejame comer.

suspiro y, luego de despedirme con un simple "adiós", me doy la vuelta y comienzo a caminar con bastante cansancio.

...

ya una semana había pasado desde que minho es mi paciente. el primer día me arrojó una navaja; el segundo casi me asfixia; el tercero hablamos bastante, pero cuando se cansó, prácticamente me empujó fuera de su habitación; el cuarto día se enojó conmigo y no me quiso ni dirigir la palabra solo porque no lo dejé que golpeara a otro paciente; y el quinto día estuvo tranquilo, hasta sonrío, cosa que, según los informes de los otros hospitales, no hacía, así que es una mejoría.

en ese momento estaba despidiéndome de yeji, ella ya se iba por lo que le di mi número de teléfono (no el personal) para que me contacte por si necesitaba ayuda con algo o la medicación ya no le servía. en cuanto se fue, voy a visitar a mis otros pacientes, dejando para lo último a minho (cosa que, para verlo, tuve que esperar a que el almuerzo se acabe). pero para mi sorpresa, él estaba durmiendo en cuanto entré, por lo que no había comido ya que parecía estar dormido profundamente.

fui hasta el comedor, pedí una bandeja de comida y, al ya tenerla, volví a la habitación, en la cual dejé la comida en el piso para despertarlo.

-hey, minho, despierta.

lo sacudo un poquito para despertarlo y suspiro al no conseguirlo, por lo que lo muevo un poco más hasta por fin hacerlo.

-buenas tardes, te traje la comida.

-no quiero comer, la comida es una basura.

-no debe estar tan mal... bueno, de aspecto no es la mejor pero debes comer.

-hagamos algo, si pruebas un poco de eso, yo voy a comer.

-acepto, pero te vas a comer todo.

con ayuda del tenedor, junto un poco de lo que parecía ser avena (la verdad que no estaba segura de lo que realmente era) y me lo llevo a la boca con algo de desconfianza. era asquerosa, y mi cara lo mostraba, cosa que no tardó en hacer reír al mayor.

-te lo dije, es una cosa sumamente asquerosa.

-no voy a permitir que comas esto, ya vuelvo.

agarro la bandeja del piso, tiro la comida a la basura y regreso la bandeja al comedor. voy hasta mi casillero, agarro un sándwich de mi cartera y lo guardo en mi bata. luego de eso, volví a la habitación y le entregué la comida al mayor.

-no es mucho pero es lo que tengo. que no se enteren que te estoy dando otra cosa que la comida del hospital porque tendré muchos problemas.

-no le diré a nadie, sos la única que medianamente soporto en este estúpido lugar, por ahora no quiero que te despidan. además, si lo hacen, me voy a quedar con las ganas de hacer lo que te dije el primer día, y voy a tener que matar a más de tus colegas por arruinarme la diversión.

por suerte, ya me estaba acostumbrado a ellos y ya no me afectaban... o bueno, no tanto.

cuando terminó de comer, me guardo el envoltorio en la bata y despeino el cabello del mayor.

-bueno, ya sabes que toca, así que, ponete cómodo que empezamos con las preguntas.

-estábamos bien, ¿por qué tenías que cagarla?

-yaya, ¿extrañas a alguien de allá afuera?

-a mi hermana, pero me viene a visitar cada tanto, así que no.

-y tu madre? o tu padre?

noté como se puso tenso por lo que puse una de mis manos sobre las suyas, intentando demostrar que estaba todo bien.

-no te pienso contestar nada más, así que vete.

-minho, tranquilo, sabes que podés contarme todo lo que quieras.

-no te voy a contar una mierda. todos son iguales, solo quieren sacarme la mayor información posible para que "me cure" y así darme una patada en el culo para ya no ser su estúpido problema. así que cierra la maldita boca.

-minho, tranquilízate, no todos somos así.

me levanto y veo como también lo hace, por lo que empiezo a retroceder hasta chocar con la pared ya que se estaba acercando a mi.

-todos son la misma mierda pero en un envoltorio diferente.

como estaba acorralada, me lo quedo mirando con algo de temor, hasta que pasó lo que no me imaginé... me besó y fue tan... no sé cómo explicarlo, pero no lo pude alejar, claro que no, me había olvidado de todo en ese momento. digamos que el mayor no había salido de mi cabeza desde el momento en el que lo conocí, y sé que está mal, que es mi paciente, pero no puedo hacer nada para que eso cambie.

al sentir como se separa, agacho mi cabeza algo avergonzada, cosa que, al parecer, al mayor le gustó ya que volvió a besarme, por lo que paso mis brazos por su cuello y sigo aquel beso tan peligroso por muchas razones.

no mucho después, tocan la puerta por lo que nos separamos rápidamente, nos alejamos y digo un "pase".

-celes, ya terminó tu turno, ve a casa.

-está bien, chris, ya voy. gracias por avisar.

-de nada, pequeña. adiós.

se va y cierra la puerta, por lo que trago en seco y miro al mayor.

-ya debo irme, adiós. portate bien.

deja un pequeño beso en mis labios y se va a acostar en el colchón.

-adiós.

salgo de ahí rápidamente. este si que fue un día de locos

psychopathy- imagina con stray kidsWhere stories live. Discover now