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El pelinegro se acercó a la puerta y cuando hiba a abrir alguien le tomó la pantorrilla.. bajó la vista y unos ojos azules lo miraban suplicantes.

-Ayúdeme por favor–Pidió el ojiazul suavemente.

-No... ya está inconsciente–Le dijó el pelinegro serio.

-Por favor señor Jeon.. no me deje aquí así–Suplicó el ojiazul con debilidad.

-Sabrás cuidarte–Jeon abrió la puerta he hiba a salir pero el ojiazul le abrazó la pierna. -Suéltame–Ordenó serío.

-Ayúdeme, se lo suplico señor Jeon–El ojiazul sollozó pasito.

El pelinegro suspiró pesado.. se agachó y tomó al ojiazul del brazo y lo levantó del suelo.

-Camina–Ordenó Jeon.

Como pudo el ojiazul caminó, se inclinaba a la pared y se dirigió al departamento de su vecino.

Jeon abrió la puerta y lo dejó entrar...

El ojiazul se sorprendió, sólo había una silla cerca de la puerta, un sillón negro y una pequeña mesa en el frente, a un lado una pequeña mesa con una cafetera eléctrica.

-Sientate–Le dijó Jeon serio y señaló la silla.

El ojiazul asintió y se sentó, estaba muy débil pero se resistía a dejarse llevar por el cansancio y él dolor.

-Ten–Jeon le dío un pequeño frasquito blanco. -Es ungüento, para tus heridas.. curate.

El ojiazul asintió levemente y lo tomó.

-Gracias señor Jeon, ¿me presta un espejo?–Preguntó con vergüenza.

-Puff–Jeon frunció el ceño y abrió un cajón de la mesa y sacó un espejo de 10x10. -Ten–Se lo dió sin verlo.

El ojiazul suspiró y puso el espejo en el espaldar de la silla y se vió la espalda.. estaba destrozada.

Mientras el ojiazul se colocaba el ungüento en las heridas que alcanzaba, Jeon estaba enfrente de su cafetera preparándose un delicioso café...

Jungkook fue a la cosina por un poco de crema para su café.. una vez lo terminó de preparar, fue a su sillón y se sentó dándole play a su equipo para reproducir su música.

El ojiazul dejó de untarse ungüento en su espalda por que no alcanzaba, se miró el rostro en el espejo y se hecho en esas heridas. Miró al señor Jeon con intriga... todos decían que él era un hombre extraño, que daba miedo sólo verlo por su ruda apariencia.

Pero para el ojiazul no.. al contrario, le tenía pesar, siempre estaba solo y al ver el lugar donde vive y lo poco que tiene le hace ver que él no es feliz, sólo es un hombre solo y mezquino.

-Si ya terminaste, puedes irte–Le dijó Jeon sin mírarlo cuando se acabó su cansion.

-¿Puedo quedarme otro rato?–Preguntó el ojiazul con timidez.

La otra canción empezó y Jeon no habló, siguió dándole pequeños sorbos a su café.

Vecinos (KOOKMIN)Where stories live. Discover now