Vecinos (KOOKMIN)

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-¿No iremos a su departamento?–Preguntó Jimin viendo por la ventana el lugar donde habían llegado.

-No, sospecharian si me ven salir y entrar contigo–Jeon salió del auto y Jimin lo imitó. -Pasaremos la noche aquí.

Jimin abrazó fuerte el brazo izquierdo de Jeon y entraron al lugar.

-Un cuarto–Pidio Jeon al hombre detrás del vidrio. -El más lejos.

El hombre asintió y dijó el precio del cuarto por noche. Jeon sacó dinero en efectivo y pagó dando un nombre falso para el registro.

Los dos se fueron con la llave en la mano, el cuarto quedaba detrás así qué se subieron al auto y condujeron hasta haya para tener el auto a la vista.

Llegaron y abrieron, una vez adentro Jeon le puso seguro.

-Duchate para que duermas–Le dijó el pelinegro a Jimin.

Jimin asintió y se fue al baño..

Una ducha corta y refrescante fue lo suficiente para el chico para sentirse tranquilo y relajado. Con una bata cubriendo su cuerpo salió del baño, se sentó en la cama y le sonrió a Jeon.

-Me duchare, vístete–Le dijó Jeon antes de cerrar la puerta del baño.

Jimin sonrió grande por que se quedaría con su vecino, ya no había quien le golpeara por no trabajar o por cualquier estupidez. Ya no le dedicaría cada lunes de la semana a su vecino Jeon, ahora sería todos los días de su vida.

Jeon estaba bajo el agua tratando de organizar sus ideas... en su plan de vida no estaba estar cuidando un chico, sólo debía trabajar y darce los lujos que quisiera, conducir a toda velocidad y listo...

Todo esto debía ser una broma de mal gusto... en un solo día había ayudado a alguien, habia empacado un cuerpo de un muerto, también había limpiado una escena del crimen y eliminado todas sus evidencias, no olvidemos que había intentado rescatar a un chico de un infierno de vida.

Estas no eran cosas que él hacía... además, hace mucho tiempo no había sentido a su corazón tan activo como ahora que sonaba tan fuerte como una tormenta.

Salió del baño con una toalla enrollada en su cadera pensado que Jimin estaba durmiendo pero no.

El ojiazul estaba sentado en la cama desnudo, así como Dios lo trajo al mundo.