Prólogo

1K 28 29
                                    

Otro suspiro de desconsuelo escapa de los temblorosos labios de Sung Jong mientras reprime las enormes ganas que tiene de seguir llorando. Sung Kyu y Woo Hyun por fin se han unido en matrimonio y él sólo puede estar presente en la majestuosa recepción (en la lujosa mansión de los Kim) para admirar cómo su vida se transforma en el peor de los infiernos.

—Sung Jong, sirve más champaña.

—Enseguida, señora Kim —dice con un doloroso nudo atado a su garganta.

Se encamina con pasos ligeros hacia el salón intentando no perturbar la perfecta atmósfera, aunque, los invitados están demasiado absortos en la celebración, por lo que no le prestan el más mínimo cuidado.

No así Sung Kyu, quien de inmediato clava sus ojos en él para recorrer con ellos desde sus lacios cabellos negros hasta su estrecha espalda baja. La majestuosa visión lo hace estremecer y no puede evitar morder sus propios labios con un sutil movimiento.

Y es imposible para el omega no sentir el penetrante escrutinio del alfa que tanto ama cuando por fin acomoda la botella sobre la fina mesa. Ha pasado casi un año desde que Sung Kyu le prometió que estarían juntos para siempre, sin embargo, todo cuanto soñó alguna vez, ha caído en el más profundo abismo del olvido.

Ahora ya todo parece inalcanzable. Las innumerables palabras de amor se han quedado estancadas en lo más hondo de su ser.

Y, evitando a toda costa desviar su mirada hacia la pareja de recién casados, Sung Jong se apresura a terminar de llenar las copas para volver a la cocina.

—¿Qué estás mirando? —le susurra Woo Hyun a Sung Kyu al oído con un tono empalagoso segundos antes de deslizar la mano con lentitud por debajo de la mesa, intentando posar sus dedos en el dorso de la del alfa.

Pero, contrario a lo que piensa que hará Sung Kyu, éste aleja su extremidad bruscamente para levantarse de su asiento sin titubeo.

—Tomaré un poco de aire fresco —dice Sung Kyu ignorando el gesto desfigurado de su joven consorte.

Woo Hyun lo ve caminar hacia el jardín trasero de la mansión y sus manos se aprietan en puños sobre sus muslos. Aguanta las ganas de soltar un frustrado quejido y su mandíbula se tensa. Los ojos de su madre se posan en su persona de pronto, aunque el omega no tiene reparo alguno en demostrarle a ella la inmensa molestia que le causa el ser despreciado.

...

La brisa del anochecer golpea con suavidad el rostro de Sung Kyu cuando se detiene junto a uno de los bancos de madera que adornan el lugar, entonces, los recuerdos de cómo fue que conoció a Sung Jong y se enamoró de él empiezan a flotar en su cabeza uno a uno.

Con su genuina amabilidad y singular sencillez, el joven omega lo atrajo sin remedio; tal como lo hace la dulce miel a las ansiosas abejas. Y en aquel entonces estuvo tentado a decirle a su padre que quería desposarlo, pero las circunstancias lo obligaron a proteger a Sung Jong de la ira de su progenitor, haciendo sus planes a un lado y cumpliendo con los deseos (y las necesidades) de su familia.

La mayoría de los matrimonios en su círculo social son arreglados; es una regla implícita que ha existido por generaciones: más que una unión por amor, es una alianza para futuros negocios. Sung Kyu lo sabe, y en algún momento creyó que lo aceptaría sin quejas, no obstante, no tenía idea de que después de que su corazón se partiera en cientos de pedazos, encontraría a la persona con la que quiere pasar el resto de su vida de una forma tan peculiar.

—¿No deberías estar adentro, con tu esposo? No querrás que los padres de Woo Hyun se molesten contigo, ¿verdad? —dice la madre de Sung Kyu con un sutil tono de reproche.

Gravity | GyuWooWhere stories live. Discover now