1.6K 286 240
                                    

SooBin estaba aburrido, odiaba matemáticas, y el profesor no parecía querer colaborar. Su voz, increíblemente neutra no demostraba ninguna emoción, jamás. Lo único que esta causaba era que los alumnos a los cuales no les interesaba la materia, fueran envueltos por unas ganas abrumadoras de dormir. SooBin no era la excepción.

—Señor Choi, le pediré que si no le interesa mi clase, se retire.—Declaró el docente, al tiempo que golpeaba la mesa para despertarlo.

SooBin se despertó de golpe y miro a su profesor. "Con gusto me voy ¿Para qué necesito aprender matemáticas si existen las calculadoras?". Más su profesor pareció leerle los pensamientos.

—Si gusta retírese. Pero directo al salón de castigo.—Añadió.

Bajo la mirada de todos sus compañeros (incluyendo a sus mejores amigos e incluso TaeHyun, el mejor amigo de YeonJun), se retiró del salón y fue al de castigo.

Grande fue su sorpresa al ver a un hermoso pelirrosa sentado en el escritorio del fondo, garabateando en una hoja quien sabe que cosa. Un sonrojo no tardó en apoderarse de su rostro. Sacudió la cabeza y se sentó al lado de quien, desde su punto de vista, parecía ser un simpático pelinegro. Lo miró y cuando este le miró de vuelta, sonrió.

—Hola, soy Kim SeungMin.—Habló el pelinegro.

—Hola, soy Choi SooBin. Mucho gusto, SeungMin.—Sonrió mostrando sus hoyuelos.

—Lo mismo digo, SooBin. ¿Cómo acabaste aquí?

—Me quedé dormido en clase de matemáticas. ¿Qué hay de ti?

—Un pequeño incidente con un cartonero.—Rió.—Digamos que el único que acabó herido fui yo... Y la mesa.

SooBin soltó una risita. El pelinegro resultó ser bastante agradable. Estuvieron un buen rato hablando, hasta intercambiaron números. Todo iba más que bien.

♡•♡•♡•♡

YeonJun llevaba alrededor de una hora en detención. Resulta que golpear a alguien por defender a tu novia es peor que ser el agresor principal. Estaba garabateando en su cuaderno cuando escuchó a alguien entrar, pero no lo dio mayor importancia. Cuando levantó su vista, divisó esa inconfundible cabeza con cabello azul celeste.

Era el chico de las máquinas de peluches.

Sonrió para sus adentros. El chico parecía agradable. Además de que al verlo hablando animadamente con un chico pelinegro se veía más amigable aún. Decidió ponerse de pie y acercarse a ellos. Llegó a la mesa en que se encontraban los chicos y llamó la atención de ambos.

SooBin al voltear hacia donde escuchó el ruido, se le heló la sangre mientras sentía el calor subir a sus mejillas, tiñéndolas de un tono rojizo.

—Hola, tu eres el chico de las máquinas de peluches, ¿No es así?—Sonrió el pelirrosa.

SooBin se esforzó por articular una oración coherente.

—E-eh... S-sí, soy... S-soy yo...—Tartamudeó, sintiendo su cara al rojo vivo.

YeonJun sonrió.

—No sabía que estudiabas aquí.—Admitió aún con una sonrisa que causaba mil estragos en el más alto.

"Era de suponerse." Pensó el peliazul.

—P-pues l-lo ha-hago...—Miró a otro lado, tratando de bajar el ardor de sus mejillas.

—Pude notarlo.—Rió.—¿Cómo acabaste aquí?

—Eh... Y-yo...

SooBin estaba demasiado nervioso. Y la hermosa sonrisa de YeonJun no ayudaba. Menos su melodiosa risa. Estaba apunto de entrar en un ataque de pánico de no ser porque la campana que anunciaba el recreo sonó, y con ello los estudiantes comenzaron a retirarse de sus salones. Segundos después, dos cabezas de cabellos marrones se asomaron por la puerta.

—¡SooBin hyung!—Dijo BeomGyu, alzando la voz para ser oído.—¡Vamos! ¡Ya acabó la clase!

SooBin agradeció a la campana y a sus amigos. Se despidió entre tartamudeos de YeonJun y SeungMin para luego salir casi corriendo de aquel salón. Al salir y encontrarse con sus amigos les contó todo.

—Hyung, ¿Cuándo podrás hablar con él sin trabarte? Parece querer ser tu amigo.—BeomGyu le dio un codazo a Kai por lo que dijo.—¡Ay! ¿Por qué me pegas?—El castaño mayor le dedicó una mirada acusadora, dándole a entender lo que dijo mal.—Oh... Lo lamento, hyung.

SooBin movió su mano, restándole importancia.

—Tranquilo, NingNing. Está bien. Y algún día, algún día podré hablar tranquilo con él. Estoy seguro.

"Con suerte sabe que existo." Pensó el más alto. "¿Por qué me duele? No había forma que supiera de mi existencia. Tenemos clases en común pero también está su mejor amigo, o su novia."

Cuando sus amigos se marcharon, SooBin se dedicó a escribir una nueva carta.

"Hoy te me acercaste otra vez. Mi corazón latía tan rápido que pensé que me delataría sin remedio. Pero no fue así, no lo notaste. Tal vez tampoco notaste como el calor se apoderó de mis mejillas cuando te vi. Probablemente mis tartamudeos y murmuros te parecieron tontos y cuando me hiciste una pregunta, lo único que hice fue escapar. Es increíble como puedo odiar mi forma de ser. Trato y trato, pero no puedo ser valiente como para mirarte a los ojos y decirte que te amo. Ni siquiera puedo decirte una oración coherente sin que mi voz tiemble. ¿A quién le gustaría alguien así? ¿A quién le gustaría un niño tonto y cobarde que solo se declara a través de cartas?

Le dio al botón de publicar, y a los pocos minutos ya tenía el voto de su lector favorito.

"Jjxnie ha votado por tu historia"

"Jjxnie ha comentado tu historia"

"Si a él no le gustas así, que se joda, él se lo pierde. Pienso que eres una gran persona y que escribes hermoso. Apuesto a que un montón de gente se pelearía por ti."

SooBin sonrió ampliamente por el comentario y, por primera vez, le respondió.

"Muchas gracias por eso, me has_ alegrado la noche."

Guardó su teléfono y se dispuso a ponerse el pijama para dormir. Sin saber que, unas cuadras más lejos, un chico de pelo rosa casi que saltaba de alegría al ver que su escritor favorito había contestado su comentario.

☆•☆•☆•☆

Algo extra que quiero decir. Gracias a esa personita que comenta. No tienes idea de como me alegran tus comentarios ;w;

-Hyxnꨄ︎.

Cartas De Amor ¿Por Wattpad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora