En Ti Tengo Todo. (omegaverse)

IX

1 mes después...

ARISTÓTELES

Por fin pasaron los tres meses que mis papás estarían fuera, llegarán mañana temprano así que trate de limpiar y dejar en perfecto estado la casa, también tome unas cobijas del armario para colocarlas en la cama de mis padres ya que desde que mi omega hizo el nido no acomode su cama, obviamente tomando descansos porque de lo contrario me moriré, no en el sentido literal pero si me canso demasiado últimamente, al terminar eso prepare algo para cenar y volví a mi nido.

Ahora toca pensar que decirle a mis padres sobre mi evidente aumento de peso que este último mes fue demasiado, literalmente si estoy de pie y miro el suelo ya no puedo ver mis pies lo cual es muy malo porque engorde demasiado en solo 3 meses que mis papás no estuvieron y todo por complacer a mi caprichoso omega con sus mil antojos al dia ya que esa fue la única idea que se me ocurrió para convencerlo de que dejara de pedir una marca de un alfa que no es mi destinado, que es amigo de Linda y por si fuera poco es mucho mayor que yo.

Sentía un ligero dolor en el estómago pero no le di importancia ya que lleva tiempo eso pero luego de un rato se quita, todo iba bien hasta que de nuevo los raros movimientos en este se hicieron presentes, mi corazón empezó a latir con rapidez por el miedo que me provoca ya que últimamente es como si tuviera un alien y mi abdomen se deforma por completo, creo que es como el de la película y cuando salga terminará matandome, el teléfono comenzó a sonar y rápidamente respondí

LLAMADA
Amapola: Creí que ya estarías dormido
Aristóteles: Esperaba que llamaras como lo prometiste
Amapola: Ya estamos en México Ari, mañana temprano tomamos el avión a Oaxaca y por fin te volveré a ver
Aristóteles: Eso quiero...
Amapola: ¿Ya cenaste?
Aristóteles: Si y ahora como pudín
Amapola: No comas tanto en la noche que te hará daño
Aristóteles: No es mucho
Amapola: Te conozco muy bien
Aristóteles: Está bien, ya no comeré más
Amapola: Ya duérmete Ari
Aristóteles: Descansa mami, dile a papá que lo quiero
Amapola: Claro que sí mi Aris, te veo mañana
FIN DE LA LLAMADA

Luego de hablar con mamá me dispuse a dormir pero mi estómago seguía moviéndose mucho y me dolía, estuve un rato más despierto hasta que por fin se detuvo, me acomode y me dormí casi al instante.

Eran las 3am y desperté por un dolor realmente insoportable en el estómago incluso me costaba respirar por el dolor, poco a poco fue disminuyendo hasta que volví a sentirme mejor, fui a la cocina para prepararme un té esperando ese lograra calmar mi dolor ya que mientras estaba listo el dolor volvió aunque con más intensidad y lo único que pude hacer fue recargarme en la encimera rogando al universo para que no volviera ese dolor, cuando estaba listo el té lo tomé, aparentemente había ayudado pero no fue así.

El tiempo pasaba, el dolor se volvía constante, cada vez más insoportable y sentía que iba a morir, me dolía demasiado la cadera al igual que la espalda, pensaba en cualquier otra cosa esperando así fuera menos perceptible pero no funcionaba y era realmente insoportable al grado que estaba llorando por el dolor, si este se volvía más intenso lo único que podía hacer era apretar las cobijas porque ni siquiera tengo medicina yq que si me duele algo mamá suele preparar algún té y de ser extremadamente necesario llaman al doctor así que no podía hacer nada más para resistir.

En verdad no entendía nada, me dolía mucho y tenía miedo, el dolor seguía aumentando de intensidad, la cadera me dolía como si se estuviera partiendo al igual que mi espalda, todo tendría de mi se removía de una forma lenta y muy dolorosa, a como pude fui hasta el baño, quite toda mi ropa, abrí la regadera y me metí a esta esperando el agua tibia ayudara a reducir mi dolor y en verdad lo hizo por un tiempo aunque fue corto, alivio un poco el dolor de mi espalda y cadera lo cual agradecí enormemente ya que ese era el más insoportable, revise el reloj y este marcaba apenas las 5am, dos horas de que había despertado y para mí ya era una eternidad, una torturante y muy cruel eternidad.