La confesión de Draco Malfoy - Drarry/Harco

Capitulo 7

Harry ya había aprendido su lección con los planes, pero no podía evitar que su cabeza comenzara a trazar uno, devuelta, sobre Draco Malfoy. No paraba de repetirse que no era buena idea, pero al parecer la prudencia se la dejo en el vientre al nacer. Así que luego de almorzar, y no ver a Draco por ningún lado, fue a buscar el mapa, encontrando al chico en la orilla del lago, para su suerte, sólo. Corrió hacia las cocinas para conseguir comida y unas mantas para hacer un picnic. Al dejar a los elfos, estaba con una canasta marrón claro llena de cosas, una tela para el piso y un acolchado para taparse. Sabía que seguramente lo iba a sacar a punta de varita, pero no quería perder esta oportunidad, luego de la fiesta no solo quería obtener el perdón del chico si no que se dio cuenta de lo poco que lo conocía a pesar de gritarse y peleas casi todos los días y le pareció que si comenzaba a acercarse, hasta quizás se volviesen amigos.

Se fijó en el mapa otra vez por las dudas y Draco seguía en el mismo lugar, aun solo. Comenzó a avanzar a paso rápido por los pasillos vigilando para no cruzarse con nadie. Lo último que quería era responder preguntas. Al pasar por las puertas vio la silueta de una persona al lado del lago y camino hasta allá, pero a unos pasos de llegar vio que por el otro lado se acercaba Pansy así que rápidamente se escondió atrás de un arbusto lo suficientemente cerca para escuchar con un poco de esfuerzo.

-Draquiiiii- la chica troto los últimos pasos hasta su amigo y se agacho hasta su altura sin tocar el pasto con más que sus pies.- ¿Qué haces acá? ¿No fuiste a comer?

-Pansy, no estoy de humor para que empieces a joder.

-¿Qué pasa?- Pansy tocó la rodilla de Draco.

-Nada,- Parkinson lo miró escéptica.- en serio Pans, estoy bien, solo quiero pensar- la miro- solo.- la chica se rio.

-Tus indirectas son tan discretas como un elefante- le sonrió-, pero antes de irme una última pregunta y si la respondes me voy y le digo a los chicos que no te molesten para que te puedas quedar acá todo el día mirando a la nada.

-Okey, pregunta.

-¿Es por Potter?- el corazón de Harry subió hasta su garganta. Draco se recostó en el pasto cerrando los ojos.

-Si. No. Tal vez. No lo se. Simplemente me siento para la mierda, y es distinto a cuando me odio por dejar a mi familia, esto es como tener un nudo en el pecho y miles de hormigas por mi espalda que se hacen incómodas.

-Eso se llama desilusión.

-¿Pero de que? No tengo nada de lo que estar desilusionado.

-Si lo tienes Draco. Quizás jamás guardaste esperanzas de que Potter te devolviese los sentimientos, pero aun así duele cuando esa persona que quieres dice cosas tan feas de vos, además de haber tratado, previamente, de humillarte. Aunque te debo decir que al final le salió el tiro por la culata.- Draco rio.

-Puede ser. Y vos que pareces experta, decime, ¿Qué puedo hacer para que pare?.

-Nada, solo esperar y con el tiempo se irá o se hará más soportable. Quizás te acostumbres.

-Pero no quiero acostumbrarme.-susurro Draco tan bajito que Harry tuvo que acercarse un poco para escucharlo.

-Cariño, eso no lo decides tú- le acarició el pelo y se volvió a parar comenzando a irse- Te veo en la sala común antes de la cena, no te perderás otra comida en mi cuidado.

-Si mama- Draco rio y luego volvió a cerrar los ojos.

Harry se quedó viendo el perfil del chico. Nunca había notado lo perfecta que era su nariz o lo afilado de su quijada, tampoco lo largas y rubias que eran sus pestañas, los labios finos y rosados, el pelo sin gel se desparramaba por el pasto. Harry pensó en la conversación y que quizás era mejor irse y dejar en paz al chico. Pero por otra parte, quizás podía ayudarlo si se disculpaba y le decía que no era cierto todo lo que dijo. Así que armándose de valor, se acercó. Se paró enfrente de Draco cubriendo la luz del sol y vio como este arrugaba la nariz y decía con voz cansada.