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Narrador omnisciente:
La orden había perdido a Hedwig, Alastor y la oreja de George en el camino a la madriguera ya que habían sufrido un ataque imprevisto por parte de los mortifagos, había sido una emboscada.

Pero Bill y Fleur querían celebrar su boda así que todo seguía igual no? Había puesto la excusa de que así tomarían un descanso. Una completa locura...

Lydia se arreglaba para la fiesta mientras pensaba en lo mucho que le gustaría que estuviera Oliver allí, acompañándola.

Que mierda.

-Deberías alegrar esa cara.- dijo alguien por detrás de la chica haciendo que esta sonriera tristemente.

-Oh, por favor Remus, ya sabes que esta es mi cara.- dijo señalándosela haciendo que este riera.

Lydia iba a decirle algo pero vio como Tonks los miraba algo molesta? Podía ser celosa? Sonrió al recordarle a...Oliver.

-Así que...tú y Tonks eh?- dijo haciendo que se sonrojara.- Felicidades.
-C-como lo sabes? Digo d-de que hablas?- empezó a tartamudear nervioso.
-Hacéis buena pareja. Deberías invitarla a bailar.- dijo sonriendo a lo que Remus la miró para acercarse a ella algo tímido.

Lydia no tenía mejor cosa que hacer que sentarse y comer... ya entendía por que Ron lo hacía todo el tiempo. La comida es vida.

-Ya eres de las mías por lo que veo.- dijo sentándose a su lado y empezando a comer la comida de Lydia haciendo que ella se extrañara.

La chica lo miró con la ceja levantada, después de unos segundos sin hablar, siguió su mirada que posaba en Hermione y Víctor Krum bailando.
-Eso parece...pero sabes que? Te voy ha hacer un favor.- dijo muy decidida la chica provocando que el pelirrojo frunciera el ceño.

-Hermione!- le dijo esta a lo que la castaña fue con ellos sin rechistar. Mientras eso sucedía, Ron se intentó esconder pero Lydia lo detuvo a tiempo.- Hermione! Que bien que has venido...Ron dice que no sabe bailar! Te lo puedes creer? Yo he intentado enseñarle pero no hay caso...

-Oh, como que no sabes bailar? Vamos.- dijo ella con una sonrisa tomándole la mano y arrastrándolo al centro de la pista.

Lydia solo le guiñó el ojo al pelirrojo quién sonreía agradecido.

Pasó un tiempo y la chica seguía comiendo, sola.
-Que haces llorando enana?- le preguntó George sentándose a su lado pasando su brazo por los hombros de esta abrazándola cariñosamente.
-Que? No estoy llorando...- dijo intentando secarse las lagrimas que caían son control.

George solo se levantó y le extendió su mano a la chica.
-Vamos, sígueme.- le pidió a lo que Lydia solo lo siguió fuera del lugar, tomando aire fresco.

-Ahora, me vas a decir que es lo que te pasa? Y tranquila, tenemos todo el tiempo que quieras.- le dijo con una sonrisa tranquilizadora mientras miraba al cielo.
-Es solo que...- dijo esta cruzándose de brazos.- Aún no asimilo la discusión que tuve con Oliver, y no hemos aclarado nada, no sé si somos novios o si ya no...George, yo lo quiero mucho y no quiero perderlo y todo es culpa mía.- dijo mirando al suelo.

-Voy a serte sincero, sea culpa tuya o de él, tenéis que hablarlo. Te estás haciendo daño tú sola y estoy seguro de que el también está dolido.- dijo a lo que ella lo miró algo sorprendida a decir verdad.

-George, soy yo o la falta de oreja te ha hecho más sabio?- soltó la chica a lo que el levantó la ceja y poco después se empezaron a reír.

Parecía que por un momento, Lydia ya no pensaba en Oliver.

-Gracias por animarme.- le agradeció a lo que George sonrió orgulloso.- No tenías que perderte la fiesta por mi...

-Eso me vale, con volver a hacerte feliz y que vuelvas a sonreír, lo prometo.- respondió pero entonces vio como la chica volvía a su estado de humor depresivo.- Pasa algo?

Flasback.

-Eso me vale, con volver a hacerte feliz y que vuelvas a sonreír, lo prometo.- le dijo a lo que ella levantó la ceja.- Nos veremos más seguido... adiós Anderson.- terminó por decir con una sonrisa acompañada de esperanza.

-Adiós Wood...- le dijo ella para volver a cerrarle la puerta en la cara y suspirar de alivio.

-Lydia, te encuentras bien?- le peguntó George ahora algo preocupado pues la chica no respondía.

-Eh, si, yo estoy bien, gracias de nuevo Georgie.- dijo con una sonrisa triste que no transmitía felicidad.- Está haciendo frío, deberíamos entrar, no crees?- le preguntó pero no pudieron dar otro paso más.

Unas sombras, aparecieron convirtiéndose en mortifagos que buscaban a Harry destrozando completamente la celebración.

George no dudó en sacar a la chica de allí dirigiéndose a un sitio seguro donde no les hicieran daño.

Cuando todo parecía estar más tranquilo los chicos no dudaron en ir a ver que tal estaban todos y que nadie hubiera salido herido y fue cuando se dieron cuenta de que Harry, Hermione y Ron no estaban. Habían escapado a tiempo.

Lydia en ese instante no sabía como manejar la situación, ver todo destrozado y algunas personas heridas... le ponía más triste de lo normal. Fue cuando una lechuza apareció entregándole una nota.

Hola hija, necesito que vengas urgentemente a casa, te necesitamos.

Atte. Mamá y papá.

Lydia frunció el ceño pues ellos nunca le decían hija... siempre solían llamarla princesa, cariño, incluso cielo o pequeña... ahí pasaba algo y ella tendría que descubrirlo.

-Estás segura? Vas a estar bien?- preguntó George quién había leído la carta.- Puedo acompañarte...

-No te preocupes, volveré lo antes posible, accio escoba!- dijo para esperar segundos a que su escoba apareciera y ella se subiera.

Lydia se fue inmediatamente, no quería perder más tiempo, no quería que a sus padres les pasara nada y debía comprobar que todo estaba en su lugar.


damm pride (Oliver Wood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora