🍁 Otoño, parte 1🍁

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🍁 Octubre.
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La noche misma de su debut público, todo había terminado en un giro inesperado.

Feng Xin estaba tan nervioso que había rechazado comer en dos ocasiones y había vomitado tres veces, incluso con el estómago vacío. ¿Cómo podía ser que a Feng Xin le diera vergüenza presentar su coreografía, pero no le avergonzaba ni un poco bailar como anguila epiléptica? Eso permanecería para siempre como un misterio.

Aunque, a esas alturas, Mu Qing sabía que no debería dar mucha importancia al asunto, no esperaba demasiado de Feng Xin de todas formas. 

Muy mala decisión, de hecho.

Lo que había visto durante los entrenamientos, y lo que vio durante el debut...

Esto era algo que no tenía comparación.

Cuando Feng Xin se despertaba para desayunar tenía el aspecto de un hombre que acaba de despertar de un sueño profundo, despeinado y con ojeras.

Mu Qing supuso que probablemente no se lavaba los dientes.

Tomaba una taza de café sin crema ni leche, pero con una cantidad cuestionable de azúcar, y apenas comía la mitad de una tostada antes de dejar la cocina; lo cual no tendría que hacer, porque el nutricionista le había dado indicaciones precisas sobre desayunar lo suficiente. No es que a Mu Qing le importara lo que él hiciera con su dieta, o con su rutina de cuarenta minutos diarios de levantamiento de pesa, para el caso. 

Después de todo, no sería Mu Qing quien se hiciera responsable si el hombre caía al piso desmayado por anemia.

Para cuando llegaba a la pista de patinaje, tan sólo usaba unos pantalones amplios y una sudadera de algodón unicolor. Hasta ese punto, hubiera sido normal y bastante entendible... excepto que Feng Xin tenía al menos unas dos docenas de sudaderas en distintos colores y diseños.

Todas de la misma marca...

Con esto le bastaba para sobrellevar el día a día...

Feng Xin era incuestionablemente atractivo, pero sólo el aspecto corporal no era suficiente para captar la atención de un hombre tan quisquilloso como Mu Qing. Eventualmente el cuerpo se perdería, pero la gente te recordaría siempre por tu presencia. Generalmente, Mu Qing daba más importancia a cosas como la combinación de colores, el contraste de telas, los accesorios y el estilo general del guardarropa.

O eso se decía.

En realidad, mentiría si dijera que no había notado su cambio físico durante el transcurso de aquellos meses que habían convivido, pero esto no era algo a lo que diera demasiado valor. 

No demasiado. 

Si alguien fuera a estilizar cabello de Feng Xin con un poco de fijador, perfumar su cuello con la esencia de una colonia atractiva y comprarle un traje hecho a medida, que resaltara sus mejores atributos, entonces sería la muerte definitiva.

Y esto fue exactamente lo que pasó.

Feng Xin salió del vestidor y, contra toda expectativa, la primera persona a la buscó para preguntarle si realmente se veía bien... fue a Mu Qing. Para el momento en que aquel hombre perfectamente arreglado apareció su rango de visión no tuvo siquiera oportunidad de hablar, Mu Qing le agradeció a todos los Dioses y Budas, porque en ese momento estaba con Xie Lian.

Si hubiera dependiendo únicamente de su respuesta, él no habría sido capaz de decir absolutamente nada.

El cabello de Feng Xin había crecido un poco en los últimos meses, y el estilista había decidido que era buena idea jugar con esto. Lo peinó en un tope alto usando una cinta dorada que era lo suficientemente larga para ondear al viento, pero no para molestar en su rostro, a modo de cubrir los ganchos y ligas.

Castle Of Glass {FengQing} [TGCF]Where stories live. Discover now