Racing Drivers Gay Shit

What is like to be...?

O como Lando y Charles se dan cuenta que estar enamorados de sus compañeros de equipo es una mierda.

El piloto más joven de la grilla acababa de llegar a la habitación del hotel donde, junto a su equipo, se quedarían durante el fin de semana de carrera. Eran cada vez menos las fechas que faltaban para que la temporada termine, y si bien a Lando no le gustaba apresurarse, su mente ya hacia un recuento de la gran cantidad de cosas que habían sucedido en este corto e inusual año. Muchas fueron buenas, como su primer podio, y su renovación con Mclaren. Pero otras no, como el covid, y la salida de Carlos.

Le era casi imposible, luego de haber pasado tanto tiempo juntos, de haber entablado una gran amistad y de haberse acostumbrado a tenerlo alrededor, imaginarse como sería la siguiente temporada sin él.

No era nada contra Daniel, sabía que el otro merecía su lugar en el equipo, y que Ferrari era una oportunidad que pocos, por no decir nadie, dejaría pasar, pero simplemente no sería lo mismo.

Fue entonces que notó que golpearon su puerta, por lo que fue a abrir haciendo lugar a un frenético Charles para que pase.

—Hola. Tienes un momento?

—Depende, para ti?

—Ugh vamos Lando.

El otro soltó una risita y le señaló el balcón donde había un par de sillas reclinables. Se sentaron juntos, compartiendo algo de fruta que les habían traído. Cuando Charles pareció estar más animado, Lando preguntó.

—Que sucede?

—Necesitaba hablar contigo porque, nadie más que tu entiende lo que se siente.— dijo Charles, sin haberlo visto a los ojos ni por un instante, como avergonzado. Lando entonces vio por donde venía la cuestión.

—Te refieres a Sebastian? Charles ya hablamos de esto, nada cambiará entre ustedes...

—Pero sí lo hará, porque ya no podremos viajar juntos, ni lo dejarán pasar tiempo conmigo, maldición hasta se irá a otro país!— Lando suspiró.

—No crees que exageras?

—No, y tu sabes que no. Cuanto tiempo vas a fingir que esto no te duele a ti también?

—Mi situación es diferente, Charles. Sebastian sabe que lo amas! Tu por lo menos tienes algo. Carlos y yo solo somos amigos.

—Y cuando piensas decírselo? Cuando Carlos se vaya y apenas puedan verse fuera de pista?

—No digas eso.

—Solo quiero que entiendas que ya no tienes mucho que perder.

—Si lo tengo. es mi mejor amigo demonios! Yo jamás debería haberme enamorado de él.— Dijo alzando su voz, y tomándose el cabello.

—Lando...—dijo en tono comprensivo, acariciando su espalda.

—Odio esto, sabes?— Charles asintió.

—Sí, pero no hay nada de malo en ello, amigo. Supongo que, es cierto, Sebastian no era mi amigo. Pero aun así tenía miedo de ser rechazado, o de que quizá le diga a Mattia, o lo usara en mi contra, o no quisiera volver a hablarme...— Lando rodó los ojos.

—Sebastian no es así, jamás haría eso.

—Tampoco Carlos. Pase lo que pase, él te aprecia y mucho. Jamás dejará de ser tu amigo.

—Supongo que...

—No supongas nada, inténtalo. Además, apenas y te lastime, lo saco de la pista y lo hago chocar si es necesario.—Lando rió.

—Así como hiciste con Sebastian luego de que pelearan en Siria?

—Peor, imagínate. Yo amo a Sebastian, a él no, no seré tan cuidadoso.—dijo Charles, con expresión maliciosa.

—A veces eres peor que Max.— ahora fue el turno de que el otro riera. —Gracias por tu apoyo, Charles.

—De nada. Ahora volviendo a lo que me trajo aquí... tu crees que deba tener la charla de "No intentes nada con mi hombre" con Lance o no es necesario?—Lando negó con la cabeza, sin quitar la sonrisa de su rostro.

—No lo creo. El ya tiene a alguien.

—A quien?

—Eso no es tema tuyo, ahora mi consejo para ti es que vayas y aproveches el tiempo a solas con "tu hombre", no sé qué haces aquí pudiendo estar con él. Hazlo por mí, quieres?— dijo levantándose y dirigiéndose a la puerta, con Charles siguiéndolo.

—De acuerdo, hasta la vista, baby – se despidió, guiñando un ojo antes de salir del cuarto de su amigo.

Entonces Lando se dejó caer en la cama, dejando salir un suspiro de cansancio. No era la primera vez que hablaba de su flechazo con Carlos, pero ahora se estaba planteando seriamente hacerle caso, porque tenía razón. Ya casi se acababa el año, y si no hacía nada, iba a arrepentirse. Solo debía encontrar el momento adecuado, y pensar de qué forma podía decírselo. Quizá lo mejor sería enviarle un mensaje, o llamarlo una vez que termine la carrera para no tener que estar frente a frente. Jamás podría hacerlo de ese modo, sus nervios no lo dejarían, mucho menos luego si era rechazado, cosa bastante probable. No podría verle a la cara por el resto del año.

Pero la realidad es que nada de eso haría falta, porque en la habitación de al lado, Carlos tenía la ventana de su balcón abierto, y al escuchar su nombre, se acercó a escuchar mejor lo que hablaban los dos jóvenes, atragantándose con su propia saliva en el proceso.

—Jo-der

N/a: Demás está decir que hay al menos dos partes más de continuación, no se me enojen.