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El ojiverde abre los ojos, por recibir aquella advertencia, y de inmediato logra sonrojarse. Era algo extraño para él, debido a que aunque no quisiera reconocerlo el chico de ojos color miel se le hacía adorable.
Era tan infantilmente deseable.
Joel amplia más su sonrisa esperando a que Erick contestará su pregunta, más esté esquivó el tema con un comentario sincero.
~ Pensé que no querías verme ayer después de que - titubeó un poco y bajó la cabeza - después de qué te metí en problemas con tu enamorada.
En chico de rulos hace un gesto de extrañeza y en su mente le viene el recuerdo en el que Erick le había dicho "novio" delante de su pareja.
Joel ríe un poco y luego se acerca al pequeño.
~ De eso no te preocupes, Emilia es buena onda te va a caer bien - le dio un pequeño toque en el hombro.
El ojiverde sonríe. A Joel le estaba comenzando a gustar esa sonrisa. Debido a que era muy sincera.
~ Bueno esta bien entonces, pero no se si Zabdiel y Christopher puedan ahora - comentó Erick guardando nuevamente su hermosa sonrisa.
Joel miro al menor haciendo un puchero y entregandole su libro. Para que así continúe hablando, pero está vez poniendo su brazo alrededor de Colón. Caminando juntos hasta llegar al salón.
~ Haber, te estoy invitando a ti porque te debo una cita. No a Zabdiel ni a Christopher. Aparte el Zabdilucho me dijo que tú estuviste solo en la salida que tuvieron y me siento mal por ello. Así que no acepto que te niegues y créeme Erick yo soy bien persistente.
El ojiverde asiente alegre y quedan para una cita. O salida de amigos como pensaba Joel. El lugar de encuentro sería en donde ayer habían quedado.
Pimentel sonríe nuevamente, como un niño recibiendo una paleta y golpea levemente la cabeza de Erick con la suya para de ahí soltarlo y tomar sus respectivos lugares ya que ya habían llegado a su destino.
Después de todo no era un mal día.
No lo era hasta que el profesor de Química ingreso al salón.
☄️
Pimentel se mira al espejo y prueba diferentes looks de cabello con su peine color azul. Sus rizos avecen lo molestaban. Por breves momentos pensaba en volverse lacio, pero luego recordaba que él así se veía adorable.
Después de haber estado peleando con sus rulos un largo tiempo, se coloca un polo, rosa pastel a la vez un pantalón azul con pequeño rasgados en las piernas y toma su sudadera color rojo entre sus manos porque todo parecía indicar que para la tarde iba hacer un frío horrible. Ya que él conocía el clima de su ciudad. Antes de bajar las escaleras, agarra su perfume favorito y se lo rocía levemente por su cuello.
