Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Erick estaba destrozado. Christopher le había dado dulces para que su energía se restaurara, sin embargo nada solía hacer efecto con él.
Colón nuevamente recibe una llamada del ojimiel sin embargo no contesta.
~ Vamos Er, contesta, con esa llamada ya son más de 170. - se quejó el ojinegro por la actitud poco valiente de su mejor de afrontar las cosas.
El menor niega con la cabeza y vuelve a mirar al techo de la habitación, recostado en su cama.
Eran tan bello para ser cierto, pensó el ojiverde. Es que era la pura verdad. Joel era un chico tan bueno, que era irreal que se fijará en un chico tan simple como lo es él.
Colón hundido en sus pensamientos y tomandole poca importancia a la gente y al día por culpa de su estado. No se percató de que comenzó hacer una llovizna un tanto fuerte.
El clima donde vivían era así, recordó aquella vez que ambos chicos salieron por primera vez y el rizado le prestó su abrigo. Amaba sentir la sudadera roja de Joel en su cuerpo. Por dos motivos.
Era de Joel.
El olor también.
Pronto comenzó hacer un poco más de frío y se levantó a observar la ciudad desde su ventana. Hasta ese entonces Christopher se había ido, dejando solo al menor. Para que supuestamente le de su espacio.
Ek clima era perfecto para su estado de ánimo. Era como si el clima sintiera los sentimientos del castaño y eso le agradaba.
Contempló un breve instante las luces de la ciudad, y digo breve porqué alguien interrumpió su concentración.
~ ¡Erick! - exclamó un chico con sus rizos húmedos y una sonrisa ladina al ver al muchacho de sus sueños.
Joel estaba empapado como un perrito, era tan adorable verlo así. Sin embargo el recién nombrado no quiso hacerlo más de un minuto y dispuesto a no hacerlo, decide comenzar a cerrar su ventana.
Hasta ese entonces el menor no había visto a Zabdiel y no fue gracias a su mejor amigo, que por gracia del destino apareció nuevamente en su recamara advirtiendole que no hiciera lo que estaba apunto de hacer.
~ Mira, lombriz de ojos verdes no cierres esa bendita ventana. Porque te juro que te vas a arrepentir.
Dicho esto, Vélez abrió la ventana, mientras que Erick dibujaba una expresión de extrañeza. Que no fue borrada hasta que volvió a asomarse, mirando ahora si a De Jesús con una guitarra y a Joel con micrófono, que estaba protegido con un plástico.
~ E-Esto Erick - comenzó a hablar el ojimiel un poco nervioso - E-Esto lo hago por ti, porque me importas y porque no me imaginó mi mundo sin tu presencia. Sin mi "violador"
El chico de piel clara, se sonrojo al oír el apodo que Joel solía decirle mientras los vecinos de la cuadra salían de sus casa para presenciar el acto. Logrando así, que los joerick se hicieran más rojos de lo que ya estaban.
