Capítulo 2.

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Cuando llegué a casa, mis padres estaban pegados a sus computadores trabajando como siempre, ya que mi padre era el jefe de una excelente empresa a nivel internacional, mientras que mi madre era una de las ginecólogas más cotizadas de Nueva York, lo que me hace pensar que aquí también lo es o lo será.

Mi madre me saca de mis pensamientos.

- Amanda, cariño ¿Dónde estabas? ,¿Que son estas horas de llegar? Estaba super preocupada por ti- Preguntó mi madre.

- Mamá cálmate, estoy bien y solo salí un rato, hasta te lo dije , pero tu estabas toda enfocada en tu trabajo, así que te deje una nota y te escribí un mensaje de texto, ¿Acaso no lo viste?- Le contesté.

- No me importa si me llamaste miles de veces, sabes que me preocupo por tu salud y no solo mental, sino también física sabiendo por lo que pasaste- Dice alterada.

- Pues resulta que estoy muy bien si no lo notaste, solo Salí a conocer un poco la ciudad- Dije.

- Sabes perfectamente que no me gusta que estés sola rondando en las calles y si que menos en una ciudad que no conocemos Amanda- Sigue hablando alterada.

- ¿Sabes qué madre? Estoy muy cansada, me iré a dormir ya- Le espeto.

- No puedes, primero tienes que comer algo- Dice mi madre.

Apenas terminó la frase, voltee los ojos y asentí, por lo que fui directo al comedor y espere a que llegaran ellos y la comida. Justamente nuestra empleada Milen preparo una comida para chuparse los dedos y cuando estaba comiendo tranquilamente mis pastas a la boloñesa, mis padres llegan y mi padre empieza a preguntarme miles de cosas.

- Amanda, ¿qué tal tu primer dia de clases? - pregunto mi padre.

- Supongo que estuvo casual- le conteste. La verdad no me gustaba mucho interactuar mucho con mis padres y más después de todo lo que me había pasado.

- Tu madre dijo que habías salido sola por un buen rato- Dijo mi padre. No puede ser que mi madre le cuente eso así, como si intentara escaparme o matarme- volteo los ojos.

- Amanda te estoy hablando- dice mi padre.

- Bueno, que maravilla que ya sepas mis aventuras- le digo con un tono sarcástico.

- Podrías ser más respetuosa con tu padre- Interviene mi madre.

Para mi suerte, entra Milen con el teléfono fijo para entregárselo a mi padre.

- Señor William, es para usted- Le dice Milen.

- Gracias Milen. - le responde mi padre, antes de pararse de la mesa y dejarnos.

- Señora Sophia, ¿Necesita algo más? - pregunta Milen.

- Así estamos bien Milen, muchas gracias.

Sin decir una sola palabra, Milen sale del comedor hacia la cocina y yo me paro para recoger mi plato e irme a mi habitación, pero mi madre me coge del brazo y me dice.

- Cariño, ¿te gustaría ir de compras conmigo el viernes? - pregunta mi madre.

- Pues si...si no tienes algo más importante para hacer. - le contesto.

- Hija, sé que esto no ha sido fácil para ti, pero deberíamos pasar más tiempo entre nosotras, ¿no crees? Así como en los viejos tiempos.

- Tienes razón, descansa madre. - le respondo, dándole un beso en la mejilla.

Apenas salgo del comedor, me voy directo al dormitorio y me encuentro a mi padre, el cual me dice.

- Hija, lo siento por no comer con ustedes, es que tú sabes cómo es el trabajo - dice él.

- No te preocupes, no hay problema, será la próxima - le contesto.

- Espero que la situación mejore para toda la familia- Me dice él.  Aquí viene otra vez con su sentimentalismo, pero en vez de contestarle, intento relajarme y decirle- Está bien papá, ya me iré a dormir.

- Claro corazón, descansa- contesta él y le doy también un beso en la mejilla.

Cuando llegué a mi habitación, tomé una ducha para refrescarme y me puse la pijama. Antes de dormir, me quede viendo unos capítulos de Gossip Girl y chequeando Instagram, al fin y al cabo, no tenía con quien hablar, porque los que se suponían que eran mis amigos, resultaron siendo unas hipócritas falsas, así que después de una hora, apague todo y me quedé profunda.

In loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora