Capítulo 60. Un mal presentimiento

44.8K 3.1K 276
                                    

Gina

Alessio y Hardin se sostuvieron la mirada por lo que parecieron ser los segundos más largos de mi vida. Todo fue tan silencioso, que solo se escuchaba el pasar de algunos vehículos por la calle principal. No sabía qué buscaba mi madre con invitar a Hardin, ni por qué mi padre aceptó eso. Él les caía bien mis padres desde siempre. El hombre a mi lado lamentablemente era el terror de cualquier padre.

—Hola, Hardin —saludé animada.

Alessio ajustó aún más su agarre en mi cintura. Le clavé los ojos y él hizo un gesto despectivo con sus labios.

—Soy el novio de Gina —se apresuró a decir. A mi madre parecía que le iba a dar un infarto—. Además, soy el dueño de la marca Lombardi.

A mi padre se le endureció el rostro al escuchar lo último. Era demasiada información para ellos. Con todo lo de la demanda por parte de Alessio, sabía que estaban más que confundidos.

—¡El desayuno está servido! —vociferó mi hermana.

Me salvó de aquel momento tan incómodo.

Genave y su novio policía se acomodaron uno al lado del otro. Yo quedé en medio de Hardin y Alessio. Como siempre, mi madre dio las gracias. Mi padre no apartaba sus ojos de mí. Tendría que contarle todo a Rey, pues con Darla aquello era otro tema distinto. Mi padre siempre respetaba mis decisiones, pero a mi madre le encantaba imponerse.

—Estuve charlando con Hardin y recordamos aquella época en la que siempre venía a casa cuando eran novios. —Miré a Alessio; tenía las cejas levantadas ante esa mención—. Eran intensos estos dos —bromeó mi madre.

Genave se llevó la cuchara a la boca, no diría nada al respecto. La tensión entre ella y mi madre era más que suficiente, así que no le sumaría algo más.

—Eso fue hace tanto. Hardin y yo estábamos aún en la preparatoria y éramos muy jóvenes. —Mi intención de apaciguar las cosas valió mierda.

—Alessio —le llamó mi padre—, ¿Cómo es que usted, siendo tan joven, digo, debe estar en sus treinta, se quedó a cargo de la compañía familiar? ¿Y sus padres?

Mi padre no confiaba en él.

—Mi madre murió cuando todavía iba a la escuela y mi padre se retiró hace unos cuantos años. Soy hijo único, así que era el único que podía quedarse al frente de la compañía.

Apreté su mano por debajo de la mesa, quería que supiera que estaba de su lado.

—¿Y qué hace un hombre de su estatus detrás de una chica humilde de Nueva York? —La pregunta de mi madre fue atrevida.

Todos se quedaron en absoluto silencio y tuve que morderme la lengua para no decir algo que la molestara. Quería ponerme de pie y salir de allí. Quizá presentarle a Alessio a mi familia fue demasiado pronto. Después de los problemas legales que tuve con su compañía, sabía que mis padres lo mirarían con algo de desprecio. Me encontraba en medio de una situación en la que si me ponían a elegir estaría en un gran aprieto. Amaba al hombre junto a mí, pero mi familia siempre fue mi gran soporte.

—Pues creo que no importa el estatus cuando se trata de una mujer tan maravillosa como Gina —comentó Hardin.

Me abstuve de ver en su dirección. Sin embargo, Alessio sí que lo miró con intensidad. Sus comentarios no ayudaban para nada.

El desayuno continuó sin más preguntas incómodas después del comentario de Hardin, pero mi madre no se contuvo de hacer algunas anécdotas de mi adolescencia. Alessio se hallaba incómodo, pero trataba de disimular su molestia. El chico policía trató de conversar sobre cosas triviales con él. Conocía Alessio, toda Italia lo conocía, y tal vez en sus mundos él ni siquiera le hubiese dirigido la palabra. No obstante, Alessio debía entender que si estaba conmigo esto iba a ser parte de su mundo ahora.

—Lo siento —se disculpó mi hermana—. Creo que te la robaré por un segundo. —Genave me tomó del brazo y me llevó arrastrada hasta su habitación.

Miró por un momento a través de la ventana que daba al patio trasero donde todos se encontraban y después posó su mirada en mí. Esto la incomodaba. Gena no era la que quizá debía tener una conversación de adultos conmigo, era yo, pero sabía que esto de la visita de Alessio la tomó por sorpresa, más luego de todo lo que presenció en Italia. El hecho de que se presentara como mi novio, la desubicó mucho más. Él no era del tipo de rosas y chocolates, ella estaba al tanto de eso. Le asustaba que saliera mucho más lastimada de lo que ya estaba.

—¿Qué estás haciendo? —cuestionó siendo cautelosa.

—Genave, quiero estar con él —me sinceré.

—¿Estás segura de que quieres estar con él? No sé, Gigi. Cuando te vi anoche con Hardin, te veías diferente. Tranquila, tal vez fue coincidencia que te encontraras con él o tal vez no. ¿No lo has pensado? —La contemplé, confundida, pero muy en el fondo sabía lo que querían decir sus palabras.

—¿Qué quieres decir con eso, Genave? —le inquirí de todas formas.

—Dime una cosa, ¿qué sabe Alessio sobre ti? ¿Conoce las cosas que te gustan? Algo insignificante como tu color favorito, el tipo de comida que te agrada... ¿Siquiera has tenido una conversación como esa con él? —Me sentí como una estúpida frente a mi hermana, pues en eso tenía toda la razón—. No estoy diciendo que estés con uno o con otro, solo que ya viste lo que pasaste con Camilo y cómo terminó todo. ¿Qué te garantiza que Alessio no se canse algún día?

—Gena, tú misma has visto cómo siempre termina viniendo a mí. De todo corazón quiero intentarlo.

Salí de la habitación y me encerré en el baño. No soportaba seguir siendo cuestionada por ella. Estaba preocupada por mí, pero quería a Alessio. Quería creer que en realidad él me amaba como decía y deseaba aferrarme con todas mis fuerzas a aquel amor.

Abrí la pequeña puerta con espejo para buscar algo para el dolor de cabeza y miré el paquete de toallas femeninas que se encontraba allí. Un pensamiento muy extraño pasó por mi mente. Busqué el calendario menstrual en mi teléfono y lo que vi me dejó aterrada. Tenía justamente una semana de retraso. Comencé a respirar con dificultad, pero traté de calmarme. Quizá solo era una falsa alarma y quizás el estrés de todo lo que me sucedió me había causado algún desequilibrio hormonal. No obstante, muy dentro de mí presentía que algo estaba mal.

La Oscura Obsesión de Alessio✔ (Libro #1 serie Oscura +18) Disponible en AmazonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora